Por: Jeniffer Hilsz Yáñez Rodríguez*
Una celebración tradicional no sólo mexicana, sino también de otros países de nuestro continente que la han incorporado, siendo una tradición prehispánica de gran respeto a nuestros difuntos y su paso hacia otra dimensión desde donde nos acompañan. Como cada año el día 1 y 2 de noviembre se recuerda de manera especial a todas las personas que se nos adelantaron y para ello se recurre a los altares, visitas a panteones, velaciones especiales que incluyen flores, velas, alimentos, rezos y hasta música en algunas regiones.
El día primero se recuerda a todos los “angelitos”, para el caso de Sonora desde hace 7 años este día tiene un significado especial por los 49 niños y niñas de la Guardería ABC, que murieron a causa de la corrupción que invade a nuestro país. Es por eso que desde el 2010 los estudiantes de la Escuela de Artes y talleres libres de la misma escuela, han iniciado toda una nueva tradición con su significativa procesión de calaveras: los estudiantes de se visten de catrines y catrinas para realizar una larga procesión festiva pero siempre incluyendo un tema de sentido social. Al paso del bullicioso contingente interactuan con la comunidad universitaria entre canción y canción avanzan, recorriendo desde la escuela de artes hasta diferentes departamentos.
Este año se pasearon por el departamento o Escuela de Lenguas Extranjeras hasta la calle Pino Suárez, dando vuelta a un costado del Museo para llegar a la calle Rosales, después continuaron sus pasos frente a las escalinatas del Museo y Biblioteca de la máxima casa de estudios de Sonora, con una pequeña demostración de bailes, canciones y las famosas coplas o calaveritas.
Un momento especial de gran significado humano llega cuando se dirigieron al altar que se tiene por los 49 niños y niñas de la Guardería ABC, una estructura de metal a manera de escalinatas conforman el “monumento a la Injusticia” de frío hierro (antes fueron de madera pero el tiempo, el sol y el agua las destruyeron), ahora esta simbólica y resistente escultura aguardan algo poco común en México; Justicia, pues permanece fijo desde hace 7 años ocupando la parte frontal de la Plaza Emiliana de Zubeldía (el lugar de la protesta social por excelencia en Hermosillo), donde en esta ocasión cada participante colocó una flor al pie de las 49 cruces. Este es el único momento en que se guarda silencio y se recuerda la mayor tragedia de dolor e impunidad relacionada con infantes.
Después siguieron hacía rectoría donde las autoridades universitarias no escapan a la broma y la alegría, para continuar con el recorrido haciendo un circuito por varias escuelas y terminar en la Plaza del Estudiante. Esta conmemoración se ha convertido en un evento esperado por su color y alegría, la dirección de la procesión está a cargo el maestro Luis Ricardo Gaytan Osorio, junto con los demás maestros del departamento de Bellas Artes. Todos ellos llevan fotos de personas que fueron importantes para el departamento.
El recorrido empieza a las nueve, al frente va un estudiante quien lleva en su cabeza el rostro de una calavera gigante mencionando una frase acuñada por el mismo maestro Gaytan: “¿ dónde está mi pan de muerto, tú tienes mi pan de muerto? ¡quiero mi pan de muerto!” dirigiéndose a los espectadores sorprendidos que cada año nos reunimos para ver este espectáculo de música, baile, creatividad pero también con un marcado compromiso social, no por nada se asegura que los artistas son el alma de la sociedad.
*Prestadora de Servicio Social de la carrera de Sociología de la Universidad de Sonora.
