#DiasdelFuturoPasado volumen 44
Jorge Tadeo Vargas.*
Esta semana una de las noticias más comentadas fue el acuerdo que publicó la Secretaría de Energía (SENER) sobre las energías renovables. La industria energética que es en su mayoría transnacional, con un fuerte apoyo de la derecha mexicana que busca por todos los medios regresar a la presidencia y con eso recuperar el poder político que han perdido hizo una fuerte crítica hacia esta decisión del gobierno federal. Esto no solo vino por parte de ellos, los gobiernos de Canadá y de la Unión Europea también salieron a criticar esta medida del gobierno mexicano.
Sin embargo las criticas se centran principalmente en el tema financiero, en la inversión o la pérdida de esta por parte de la iniciativa privada en la mal llamada energía limpia, en los comparativos de lo que cuesta producir energía con combustibles fósiles y con renovables, de los empleos que no se generaran en la industria de energías renovables por las restricciones de la SENER y de forma muy residual, sacada de contexto aparece el tema de cambio climático.
De nuevo las transnacionales en complicidad con los gobiernos, o en el caso de México con esa parte del gobierno que ahora es oposición e incluso con el propio gobierno ven la producción energética como un negocio, dejando fuera la pobreza energética que esto genera. Su idea de transición energética no va de la mano de la justicia en ninguna de sus formas.
Mientras que en México se daba esta discusión entre los cotos de poder económico y político, en los Estados Unidos, Noam Chomsky ponía de nuevo el Green New Deal en la mesa de los medios de comunicación. Un acuerdo promovido por Bernie Sanders y Ocasio-Cortez para encaminarse a la transición energética y reactivar la economía estadunidense. Esto es básicamente lo que buscan las transnacionales en México. Mayor inversión privada, con lo que habrá mayor extracción de naturaleza y mayor privatización de territorios.
Es innegable que el pico del petróleo ya inicio, que nos queda poco tiempo para cambiar el modelo energético que tenemos, que estamos iniciando una etapa de transición, sin embargo pensar desde la lógica desde donde lo piensa el gobierno y las transnacionales, desde esa idea de la izquierda/capitalista de Estado es mantener un modelo energético que no es funcional, que favorece a los megaproyectos centralizados, privatizados, que van generando una serie de inequidades que nos llevan a una mayor pobreza energética, a impactos en los ecosistemas, a desplazados, a pérdida de territorios y patrimonio biocultural.
La matriz energética actual es parte del modelo de producción-consumo lineal, insostenible, privatizador y criminal que sostiene al sistema de clases actual. Es seguir pensando en una matriz energética centralizada en mega-proyectos, que no piensa en las necesidades de las comunidades cercanas a donde se realizan sino que piensa en el negocio de la energía sin un enfoque eco sistémico. Es decir, es una matriz capitalista, privatizadora, extractiva; esta política de energías renovables busca continuar con el impacto de lo local a lo global sin cambiar nada. El daño se mantiene aunque lo pinten de verde.
Aquí conviene aclarar que las políticas energéticas de la 4T tampoco son las correctas, que no estoy abogando por mantener a los combustibles fósiles como la forma de producir energía. Mantener esta idea no solo es irresponsable, criminal, sino que es contrario a todos los acuerdos y convenios sobre cambio climático que el gobierno federal ha firmado y se ha comprometido, no de forma vinculante hay que aclarar, pero que con esta política los hecha debajo de un plumazo.
La 4T no tiene una política distinta a los gobiernos anteriores, al contrario, con su promoción silenciosa al fracking, con los contratos firmados con mineras carboníferas, con la construcción de la nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, su política climática y una transición justa es inexistente.
Pensar en una transición energética sin justicia, con mega-proyectos, desde la lógica que lo hace el Green New Deal y las transnacionales energéticas es no pensar en todo los impactos que se han ido generando con esta matriz, es mantenerlos aunque ahora pintados de verde, de renovables. No existen las energías limpias desde la matriz energética actual.
Una matriz energética justa parte de en primer lugar por reconocer la energía eléctrica como un derecho humano, no como un privilegio. Tiene que haber un cambio, municipalizándola, incluso llevándola al terreno comunitario siendo gestionada por las propias comunidades, en colectivo, en cooperativas y sobretodo partiendo de un enfoque ecosistémico y de las necesidades de las poblaciones, una matriz local y comunitaria.
Las discusiones actuales sobre las energías renovables promovidas por las corporaciones, así como los Green New Deal tanto el estadunidense como el europeo son falsas soluciones que nos acercan mas a un nuevo sistema de clases y nos alejan de la justicia socio-ambiental.
Desde la rebelión contra Elisyum
Mayo 2020
*Activista, escritor, anarquista, biólogo, panadero casero, coordinador de LIDECS