
“Este hábitat se está muriendo. Tiene una enfermedad política dentro.”
Elisyum
#DiasdelFuturoPasado Vol. 60
Jorge Tadeo Vargas
Tratando de ser pragmático y muy realista, después de la COP25 realizada en conjunto entre España y Chile debido a las revueltas populares que se dieron en el país sudamericano en el 2019, uno pensaría que la pandemia ocasionada por el COVID19 seria motivo suficiente para dar por terminado con estas Conferencias de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático que a 25 años de que iniciaron no han servido para nada. Bueno, han servido para fortalecer las falsas soluciones, las de final de tubería, el mercado climático, la economía verde, es decir son un excelente espacio de negociación y de negocios para las corporaciones transnacionales y los gobiernos. Las COPs hoy más que nunca están sobrepasadas por la realidad, su ultimo intento con el Acuerdo de París fue/es un fraude. Los países firmantes no fueron capaces de cumplir con un mínimo los compromisos firmados.
Este año se llevara a cabo la COP26 pospuesta el año pasado por causas pandémicas. La sede sigue siendo la misma, Glasgow, Escocia, en las mismas fechas que las anteriores. ¿Cuál es el objetivo de esta COP? ¿Hacia dónde se van a dirigir las negociaciones entre los países y más instancias involucradas? Primero veamos a, por llamarla de una forma elegante, la agenda oculta que es convertir los pactos verdes en las nuevas directrices del mercado climático, es decir, los próximos proyectos de mitigación que se presenten estarán justificados por estos pactos.
Para que esto ocurra necesitan el segundo objetivo el cual esta siendo “exigido” por ciertas ONGs del Norte Global. Es el inventario de emisiones por país ¿Con qué objetivo? Si se ve de cerca, si se revisan detalladamente los documentos que acompañan a esta exigencia, se ve que solo tiene un propósito: buscar los espacios donde el desarrollo propuesto por los pactos verde tenga más posibilidades de ponerse en marcha. De esta manera, a la par de que mantienen el modelo de producción-consumo intacto, encuentran nuevas formas de extracción, de despojo, de privatización. Fuera de toda intención de que su llamada emergencia climática sea cercana a la justicia socio-ecológica, a la transición justa, esta va en sentido contrario.
Es preocupante pues al tener la validez de algunas ONGs que mantienen cierta credibilidad en los medios y la ciudadanía, el inventario se presenta como una necesidad para saber por donde tenemos que entrarle a la crisis climática, ellos proponen ellos proponen por dónde se tiene que construir la agenda. No, esta no puede, ni debe ser construida desde la reducción de emisiones, mucho menos a partir de un inventario de estas. Hace tiempo que hablar de reducción de CO2 y otros gases de efecto invernadero dejó de ser prioritario: la mitigación (reducción) no ha sido el camino para buscar la justicia. 25 años de negociaciones son una prueba contundente. Solo han servido para crear todo un mercado alrededor de la crisis climática.
Para enfrentar el cambio climático, lo primero que tenemos que hacer es reconocer que ya estamos viviendo los efectos de las alteraciones en el clima. En el mundo hay cambios ecosistémicos, desplazados (miles) por culpa de estas modificaciones en las que ha resultado esta crisis. Es imposible revertirla por más tecnología que se tenga. Lo segundo es que para sobrevivir tenemos que enfrentarnos a este sistema que es un sistema institucionalizado, global, muy acoplado para funcionar en su beneficio. Este enfrentamiento se tiene que dar desde el anticapitalismo, contra el despojo, la privatización y el extractivismo. Lo tenemos que dar desde los movimientos comunitarios, los colectivos que van desde aquellos que luchan por los derechos laborales, los que buscan recuperar los espacios públicos en las ciudades, hasta los que están resistiendo en la defensa por el territorio. Es un enfrentamiento que ya se esta dando, llevamos muchos años luchando por la vida. La crisis climática es solo una causa del sistema depredador.
Seguir pensando en un movimiento por reducir las emisiones es quedarnos cortos. Los cambios antisistémicos, anticapitalistas dan como resultado movimientos de reducción. La lucha es contra el sistema y el modelo de producción-consumo que lo sostiene, entenderlo es ir en la dirección correcta.

Desde la rebelión contra el Elisyum
Abril 2021
Jorge Tadeo Vargas. escritor, ensayista, activista, anarquista, panadero casero, adicto al vino tinto, el café, el té y lo que él considera buena música. Coordinador no oficial de LIDECS.