
“Lo que nos convierte en tontos irreconciliables es pensar que quienes nos ganamos la vida, cuando nos dejan, vendiendo nuestra fuerza de trabajo por un (mísero) salario vayamos a ver mejoradas nuestras condiciones de vida por el simple hecho de depositar un sobre en una urna.”
Óscar Gómez Mera, La puta izquierda
#DiasdelFuturoPasado Vol. 62
Jorge Tadeo Vargas
Cada cierto tiempo se abre la temporada de elecciones en México, las cuales pueden ser municipales, estatales y/o federales. En cualquiera de los cuatro formatos inicia el circo de lxs canditadxs con sus promesas de campaña y todo el tema mediático para llegarle a la mayor cantidad de votantes posibles, pues en la democracia electoral no importa la capacidad de quienes están en la contienda, sino la cantidad de votos que puedan conseguir. Mucho menos buscan representar a sus comunidades y/o distritos, están el servicio de quienes invierten en ellxs para que consigan la cantidad de votos necesarios para llegar al puesto que necesitan.
Esperar un cambio sistémico o de modelo como el que tanto nos urge ante la crisis socio-ecológica que vivimos actualmente, es ingenuo. Son de cierta forma cómplices, pues con su juego dentro del circo electoral dejan en manos de unos cuantos las decisiones a nivel país pero mucho más importante a nivel comunitario. Desde la democracia electoral no hay un verdadero cambio, esta fue cooptado desde hace mucho por quienes ostentan el poder económico dentro de este sistema.
Esta temporada, donde han surgido de forma histórica muchos partidos políticos para tomar una rebanada del pastel que les ofrece esta democracia, el circo mediático ha llegado a niveles del ridículo como hacia mucho no se veía. Tanto en las redes sociales que han servido como plataforma para catapultar la estupidez de lxs candidatxs, hasta los canales de televisión tradicional han servido para que se “promuevan” presentando su inexistente proyecto de gobierno. Eso queda claro. No existe una idea clara de lo que quieren o proponen, solo queda su vergonzoso proceder, en un espectáculo que va en todas las direcciones, acompañada de bailes, de canciones, de sketches de comedia, sin ninguna propuesta.
Algo que no cambia en cada temporada es la falta de agenda ambiental, a lo mucho la mencionan como retórica vaga, sin la simulación de contenido que le dan a otras agendas —¿Recuerdan a Samuel García rompiendo el pacto patriarcal?— El circo inicia y se mantiene sin agenda ambiental, en medio de una urgencia socio-ecológica global, por lo que dejando fuera mis ideas anarquistas, municipalistas libertarias, les comparto cuales serían los puntos a tratar por lxs candidatxs para que como mínimo plantearan soluciones, desde una perspectiva de transición justa, que si bien es cierto el concepto ha sido manoseado hasta el cansancio por gobiernos, activistas e investigadores, no se puede negar el hecho de que es necesaria para sobrevivir al colapso y al neo-feudalismo que nos acecha.
Transición energética: aquí esta el punto más importante para sobrevivir al colapso. Dado que México depende casi en su totalidad de los combustibles fósiles como el petróleo y el carbón para la producción energética, y tanto uno como el otro están en pleno cenit que anuncia su final a la vuelta de la esquina, además de los graves daños socio-ecológicos que ocasionan, los cuales son en muchas ocasiones irreversibles, es para tenerlo en cuenta como la transición más importante.
Ojo, esto no significa que todo se soluciona cambiando la matriz hacia las mal llamadas energías renovables, como lo proponen algunxs investigadores y muchas ONGs. Se trata de cambiar por completo la matriz energética pasando de este modelo centralizado, de megaproyectos a uno mucho más comunitario donde las necesidades de la población en materia de energía se acoplen al ecosistema en el que habitan, impactando lo mínimo. No podemos hablar de transición sin un cambio de modelo y eso aplica para todo.
Transición alimentaria: el modelo agroalimentario impulsado por el capitalismo neoliberal es insostenible y nada compatible con los mecanismos de adaptación que necesitamos ante los efectos del cambio climático. No se trata -de nuevo- de cambios de forma, sino de cambios de raíz y aquí lo primordial es fomentar otras formas de consumo a la vez que buscamos retomar practicas comunitarias y familiares en la producción de alimentos. Esto es fundamental para alcanzar la justicia climática y socio-ecológica que tanta falta nos hace.
Aquí no se trata -solo- de dejar de comer carne, sino de estrategias que nos lleven a una verdadera transición alimentaria partiendo de las necesidades de las comunidades y los ecosistemas en que se desarrollan.
Transición Laboral: tenemos empleos de mierda que hacen funcionar el capitalismo de plataforma y tenemos empleos esclavizantes que hacen funcionar el capitalismo de la producción, ese que algunos teóricos dicen que ya no existe. Y aquí se pueden preguntar ¿Qué carajos tiene que ver el trabajo con la crisis socio-ecológica y porque debe ser considerado en cualquier agenda o acción ambiental que se proponga? Pues tienen una relación muy directa. La forma de producir lo que consumimos, la base del sistema actual es altamente contaminante, daña la salud ambiental y humana de quienes viven cerca de las fabricas y las zonas de sacrificio, la producción es la forma mas depredadora, devastadora que existe dentro de la cadena lineal del modelo de producción-consumo. Destruye ecosistemas mientras esclaviza a las personas. Es importante vincular los daños que causa la industria en la naturaleza con la explotación a las personas que trabajan en ella.
Estas tres aristas son esenciales para una transición justa. Ninguna de las tres aparece ni por error en las propuestas de campaña de algún candidatx. La agenda ambiental es inexistente o parte de una idea muy romántica del “medio ambiente”. Desde ahí el circo electoral deja claro que se mantiene en camino hacia el colapso del cual se sirve el sistema que camina hacia el neo-feudalismo.
Es momento de que hagamos uso de la razón y entendamos que una elección no es un concurso de popularidad, que las decisiones deben de ser tomadas de forma comunitaria, en asamblea, de forma colectiva. Esto es imposible desde la democracia electoral que tiene muy claros sus objetivos.
Hoy en día donde cada vez hay menos pan y pésimo circo, urge buscar otras formas de organizarnos.
Desde la rebelión contra el Elisyum
Mayo 2021
Jorge Tadeo Vargas. escritor, ensayista, activista, anarquista, panadero casero, adicto al vino tinto, el café, el té y lo que él considera buena música. Coordinador no oficial de LIDECS.