En mayo del 2020, la compañía Climeworks comenzó a construir una planta para atrapar el dióxido de carbono del aire y convertirlo en piedras.

La planta comenzó a funcionar el miércoles pasado, según informan empresas que están detrás del proyecto.

Adam Vaughan Via Twitter
Co-fundadores de Climeworks, via Twitter

Contiene  unos ventiladores que introducen el aire en un colector, que tiene un material filtrante en su interior. 

Una vez que el material filtrante se llena de CO2, se cierra el colector y se eleva la temperatura para liberar el CO2 del material, tras lo cual se puede recoger el gas altamente concentrado.

A continuación, el CO2 se mezcla con el agua antes de ser inyectado a 1.000 metros de profundidad en la roca basáltica cercana, donde se petrifica. Esta a su vez se convierte en minerales, los cuales pueden regresar de manera “natural” a la tierra.

Esta atrapa hasta 4.000 toneladas de dióxido de carbono al año; según la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA), esto equivale a las emisiones de unos 870 coches. 

Adam Vaughan Via Twitter

Si bien, esta es la primera planta dedicada a esto y probablemente le siguen muchas décadas hasta que la tecnología llegue a otros países.

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