Extraído de Border Hub. Por Melva Frutos.

Francisco Sandoval, periodista nacido en Mexicali, cuenta en esta entrevista con Melva Frutos cómo fue el proceso para convertir una nota sobre corrupción en las aduanas del norte de México en un reportaje de investigación que reveló como se construyó la “Nación chocolate”: millones de vehículos ilegales que fueron importados a México de contrabando o gracias a amparos que les evitaron revisiones y aranceles

Hay historias que no se pueden dejar caer, que contienen datos ocultos esperando ser buscados para ampliar las revelaciones.

El artículo “Autos chocolate: Una promesa presidencial al borde de la corrupción”, publicado el pasado 23 de septiembre en el Border Hub y firmado por Francisco Sandoval Alarcón y Marco Tulio Castro, surgió de la astucia informativa, de tener en mente que una nota periodística daba para más.

Francisco Sandoval, periodista mexicalense, recuerda que, en abril de este año, Animal Político divulgó una nota en donde él, Arturo Ángel y Zedryk Raziel, contaron que ex administradores aduanales estaban siendo investigados por lavado de dinero, narcotráfico y contrabando.

Se quedó con muchas interrogaciones y datos valiosos que no pretendía archivar.

“Hice mi trabajo, el ABC de la reportería, que además es algo que también hacíamos en Animal. Ver cuáles son las propiedades de este señor, qué es lo que tienen él y su familia”, detalla Francisco Sandoval. 

El reportero egresado hace 21 años de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Baja California explica que, desde la publicación en el medio nacional, fue sumando más información.

En el proceso, se mudó a la ciudad de Washington D. C., en Estados Unidos, a la vez que se unió a Marco Tulio, para juntos buscar el apoyo del Border Hub y así continuar con la investigación.

El reportaje publicado en el Border Hub da a conocer cómo en la frontera norte de México, específicamente en Tijuana, Baja California, hay una “nación chocolate”, que se instauró con la presunta corrupción en las aduanas, algunos jueces y un nicho de empresarios millonarios.

Autos Chocolate
Ilustración principal del reportaje de Francisco Sandoval y Marco Tulio Castro. Autor: Carlos Mendoza.

“En abril, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) reveló la existencia de un cartel aduanal en Baja California, que introdujo autos, armas y otras mercancías a México, en presunto contubernio con funcionarios que ya fueron separados de sus cargos.

“Uno de los investigados es el agente aduanal Roberto Ruiz Armas, con patente 1656”, describe la investigación de Francisco Sandoval y Marco Tulio. 

Conforme a lo expuesto, Ruiz está ligado a una de las 14 empresas que, una década atrás, ganaron al menos 18 juicios de amparo para importar autos a menor costo y sin algunos requisitos.

Y agrega que “por esos amparos, 9 jueces y secretarios fueron destituidos, según documentos oficiales consultados para este reportaje”, porque la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que actuaron con “ineptitud” y una “manifiesta desviación de la legalidad”. 

Aparte de la revelación de que los amparos abrieron la puerta para que fueran importados vehículos con hasta 15 años de uso, que quedaron exentos de aranceles y de cumplir con normas de medio ambiente, los reporteros fueron más allá y les dieron cara a las consecuencias.

Esas secuelas de la importación ilegal de autos están plasmadas en las historias de familias desplazadas que, al igual que sus verdugos, los miembros de la delincuencia, utilizan estos vehículos, unos para huir y otros para delinquir. 

También los migrantes los conducen para buscar el sueño americano, aunque muchas veces les son arrebatados en la garita cuando son descubiertos intentando cruzar clandestinamente.

autos chocolate.
Se estima que por cada carro introducido ilegalmente por alguna aduana mexicana se pagaron sobornos (promedio) de 300 dólares, lo que multiplicado por 18 millones de autos chocolate arroja una cantidad de 5 mil 400 millones de dólares, en 29 años. Fotos: Lisbeth Chávez.

Igualmente han sido utilizados por quienes no tienen para comprar un auto nuevo, pero se rehúsan a utilizar el deplorable transporte público que circula en Tijuana, o por quienes cometen ilícitos en esa ciudad y huyen arropados por el anonimato que les da conducir un vehículo sin registro. 

En el proceso de construcción de la investigación, los datos obtenidos que revelaban presuntos actos de corrupción eran fundamentales, considera, no obstante, la experiencia de tantos años en el periodismo les mostraba que eran necesarias esas historias.

En la trayectoria de Francisco Sandoval se puede destacar que, aun siendo estudiante trabajó en el semanario independiente Siete Días, dirigido por quien fue su maestro, el fallecido periodista Sergio Haro, que años después fue su compañero en el Semanario Zeta. 

Al graduarse se trasladó a la Ciudad de México y se unió a las filas de la agencia de noticias Notimex, en donde permaneció tres años. Posteriormente laboró en El Independiente y en La Crónica.

En la búsqueda de nuevas experiencias y aprendizajes, el periodista de Baja California regresó a su terruño para colaborar de nuevo con Sergio Haro en los noticieros de Radio Capital por un periodo de un año, para más tarde trabajar en Zeta de Tijuana durante un trienio. 

En 2010 obtuvo la beca Prensa y Democracia (PRENDE) de la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México. Estando ahí, fue invitado por Daniel Moreno y Daniel Lizárraga a trabajar en Animal Político como reportero.

“La verdad es que siempre me ha gustado apostarle a cosas nuevas. Dije ‘va’. Era el primer medio nativo digital, porque en ese tiempo había medios que tenían sus portales, pero no había ningún medio digital y me tocó esa primera parte”, recuerda. 

Con la inquietud de conocer más sobre el tema de libertad de expresión y protección de periodistas, se sumó al equipo de la organización Artículo 19, del que formó parte dos años. Después regresó a Animal Político como jefe de información. Ahí permaneció hasta febrero de este año.

Entre sus doctrinas, mantiene consigo la del extinto periodista Miguel Ángel Bastenier de quien, dice, aprendió que toda historia debe contener tres elementos claves. Los aplicó en el reportaje de “los autos chocolate”. 

“Estábamos muy centrados con el tema de la corrupción, pero siguiendo un poco la lógica que yo aplico en los reportajes, es como el periodismo de Miguel Ángel Bastenier, cuando decía las ‘3 D’ del periodismo: drama, dinero y diversión.

“Yo veía, estamos centrados en el dinero, la corrupción, el dinero que han ganado los grupos, todo lo que dice la UIF, la sospecha, las importaciones, pero, ¿dónde queda el drama?”, resalta. 

Francisco Sandoval durante decomiso de armas.
Francisco Sandoval durante un decomiso de armas en Tijuana. Foto: Mario Pelayo.

Dichas premisas les dieron la pauta para ampliar el ángulo de su investigación. Se lanzaron en busca del drama que representan las historias de las víctimas.

“Estos autos son responsables de muchos delitos en la frontera, son responsables desde atropellar gente, pero también los usa el narco, los usa la delincuencia para asaltar, los usan los secuestradores, los usa mucha gente”.

Las fotografías tomadas por Lisbeth Chávez y Eduardo Jaramillo, mostradas en el artículo, fueron la tercera “D” de Bastenier, dice, pues daban a notar la “diversión” que representan los automóviles “chocolate” de marca, como BMW y Mercedes Benz. 

Fue cuando reunieron los elementos para hacer una gran historia, agrega, que partió “de tener una hipótesis muy modesta”.

Explica que recurrieron a herramientas digitales como Siger, el Registro Público de Baja California, registros públicos de Estados Unidos, en donde detectaron a algunas empresas.

La herramienta Sinapsis, creada por Animal Político, fue de gran ayuda para Francisco Sandoval en el cruce de datos.

Hicieron algunas solicitudes de información y consultaron archivos públicos del Consejo de la Judicatura Federal y la Suprema Corte de Justicia. 

“Tengo muchos años trabajando con esas herramientas, entonces ya me sé el caminito, se me da fácil. Entonces, ahí conseguimos los expedientes de toda esta red que ganaron amparos, lo que había hecho la Corte. Por ahí la Corte decía que los amparos se habían dado como con una sombra corruptora, por ahí usan una frase leguleya.

“Pudimos conseguir también por esos expedientes, por qué fueron destituidos los jueces y ahí conseguimos los números de amparo y fue más fácil rastrear los números de amparo y decir, ah, estas son las empresas y de ahí buscar en el registro público. Fueron muchas bases de datos, en realidad”, describe. 

Tabla autos chocolate
Ilustración incluida en el reportaje sobre los autos chocolate. Ilustración: byhalia

Las experiencias en su carrera periodística le han dejado grandes enseñanzas, afirma Francisco Sandoval, incluyendo las de figuras esenciales, como Sergio Haro, de quien aprendió el compromiso con el trabajo.

El día en que falleció su maestro, en mayo de 2017, esa lección fue difícil de acatar. 

La investigación de La Estafa Maestra estaba en un punto crucial en la redacción de Animal Político y Francisco Sandoval dirigía a los reporteros que la investigaban. A eso se sumó que en cinco días habría elecciones. No podía separarse de la redacción.

“Sergio me enseñó todo, muchas cosas que yo sé de este oficio, él me las enseñó. Tuve que tomar una decisión complicada (…). 

“Lo más fácil era decirle a mi jefe, Daniel Moreno, ‘oye, mira, me voy porque tengo que atender esto personal’, pero también pensé, ‘¿qué hubiera hecho Sergio? ¿qué me hubiera dicho Sergio?’. En ese momento me hubiera dicho, ‘mira, Francisco, lo más importante es sacar el trabajo, primero es el trabajo’. Él era muy así, primero el trabajo y ya después tendrás tiempo de lo personal. Fue una forma de honrar su memoria, decir, yo me quedo en esto”.

Ahora Francisco Sandoval dirige un programa de apoyo a periodistas de la Unesco, en donde trabaja con 10 equipos de reporteros que realizan investigaciones, al tiempo que se desempeña haciendo sus propios trabajos.