Las palabras ricas en consonantes se entienden más fácilmente en climas templados; las que llevan más vocales, en regiones tropicales de vegetación densa, dice director de la investigación. Análisis de 628 lenguas sustenta la teoría de adaptación acústica, señalan.
Las lenguas humanas evolucionaron para adaptarse a los hábitats naturales donde tuvieron origen, de acuerdo con un estudio de los diferentes sonidos empleados en la comunicación vocal alrededor del mundo.
Las lenguas que se originaron en las tupidas selvas de las regiones tropicales tienen más probabilidad de utilizar sonidos de baja frecuencia y vocales, en comparación con las que evolucionaron en hábitats más abiertos, donde se entienden mejor los sonidos agudos y las consonantes, señalaron expertos.
Un análisis de 628 lenguas de diferentes regiones del planeta encontró evidencia que sustenta la controvertida teoría de adaptación acústica, cuya hipótesis es que el paisaje natural puede influir en los sonidos empleados por los animales para comunicarse entre sí.
Los investigadores creen haber hallado la primera evidencia sólida en apoyo a la idea de que las lenguas humanas evolucionaron de modo que se optimizara la transmisión de sonidos vocales según el ambiente natural en el que vivieran los hablantes, ya fueran selvas tropicales, montañas o sabanas abiertas.
Otros factores geográficos
El estudio también identificó otros factores geográficos, como niveles de lluvia y temperatura media, que pueden influir en la propagación de las ondas sonoras por el aire, que forma la base del habla humana, indicaron los científicos.
Creemos que alguna parte de las características de las pautas de sonido en las lenguas se forma por las propiedades ecológicas o climáticas de la zona en que se originaron, aseveró Ian Maddieson, profesor adjunto de lingüística en la Universidad de Nuevo México, quien dirigió el estudio.
El estudio se concentró en lenguas habladas por menos de cinco millones de personas oriundas de una región del planeta, por lo cual se descartó el inglés, el chino y el español.
Al hacer referencias cruzadas entre los sonidos lingüísticos –como consonantes y vocales– y los factores geográficos y climáticos de la región de influencia de la lengua, los científicos pudieron mostrar que existe correlación entre la forma en que se habla una lengua y el tipo de paisaje en el que evolucionó.
Creemos que este trabajo es con mucho el más extenso y cuidadoso realizado sobre un posible vínculo entre aspectos específicos de las pautas de sonido del lenguaje humano y factores ambientales, afirmó el profesor Maddieson. “Descubrimos que el número de consonantes distintas y el grado en que las consonantes se agrupan en sílabas se relaciona con precipitación media anual, temperatura media anual, grado de cobertura de árboles, elevación geográfica y topografía de la zona en que se hablan tradicionalmente.
Tanto el número de consonantes distintas como su distribución en estructura silábica son menores donde la cobertura de árboles y la temperatura son más altas. Las palabras ricas en consonantes (como strict en inglés) se entienden más fácilmente en climas templados, en tanto las que son ricas en vocales –como banana– se oyen con más facilidad en regiones tropicales de vegetación densa.
Una lengua rica en vocales, típica de un hábitat tropical y exuberante, fue el hawaiano, en tanto el georgiano, cargado de consonantes, fue un buen ejemplo de una lengua que evolucionó en una región más abierta y montañosa, con poca vegetación densa.
La transmisión de ondas sonoras consiste en la propagación de pequeñas diferencias de presión en un medio como el aire, explicó el investigador. El medio necesita ser uniforme; de otro modo se producen distorsiones.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
Fuentes: http://www.jornada.unam.mx/2015/11/11/ciencias/a02n1cie
http://www.antrophistoria.com/2015/02/el-clima-puede-influir-en-la-formacion.html