#DíasdelFuturoPasado 106
En los últimos días, las energías renovables volvieron a ser noticia, con la llegada de la empresa Tesla a México, empresa que instalará una fábrica en el Estado de Nuevo León, tema del que hablaremos la próxima semana, pues la otra noticia que ha estado en los medios es el Plan Sonora, presentado por el gobernador Alfonso Durazo y el Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard desde noviembre del año pasado. No fue sino hasta el mes de febrero que el proyecto arrancó de manera oficial, con una fuerte presencia mediática, y que nos lo tratan de vender como si fuera la panacea. ¿Qué nos dice este proyecto? Que por un lado sacará al Estado de Sonora de todos los problemas que pueda tener y por el otro que lo pondrá como ejemplo en materia de las mal llamadas energías limpias y/o renovables. Dos mitos que se caen por si solos al revisarlo a conciencia.
Antes de comenzar a desmenuzar estos mitos del Plan Sonora y sus virtudes, me gustaría mencionar que desde la administración de Eduardo Bours a la fecha, los gobiernos estatales han presentado tres proyectos “integrales” que solo han dejado deudas, impactos socio-ambientales y la privatización de territorios. El primero fue justamente con Bours de gobernador, conocido como el Plan Sonora Proyecta, que tenía como objetivo detonar la burbuja inmobiliaria, con mega proyectos que al final hicieron explotar la misma burbuja dejando al Estado con una de las mayores deudas públicas estatales. El segundo fue el estandarte del gobierno de Guillermo Padrés que llevaba por nombre Sonora SI (Sistema Integral) que buscaba implementar políticas y proyectos hidráulicos en el manejo del agua a nivel estatal. Tampoco funcionó del todo y solo quedaron algunos vestigios del intento de echar andar este megaproyecto que acumuló más deuda pública al Estado.
Los tres proyectos se han puesto en marcha como una “respuesta” a las necesidades del estado y sus habitantes, con un fuerte apoyo del gobierno federal en su momento y que en la realidad sólo han servido para enriquecer a la clase que sustenta el poder económico en Sonora, dejando costos socio-ambientales, un aumento a la deuda, poblaciones vulneradas y muchos otros impactos más. Al menos lo que se observa en los dos primeros es que no sirvieron para el beneficio de los habitantes del estados, sino para un grupo especifico.
Aclarando esto y reconociendo que cualquier mega proyecto no responde a las necesidades de las comunidades que son directamente afectadas, sino a otros intereses es que podemos ver un foco rojo en el Plan Sonora. No está viendo por las necesidades comunitarias, ni parte de enfoques ecosistémicos, al contrario, busca beneficiar a sectores económicos, socializando los costos ¿Por qué me atrevo a decir esto cuando el discurso tanto del gobierno del estado como de la federación es otro? Bueno, primero por el tamaño del proyecto, el cual genera muchas dudas por la falta de transparencia con el que se esta llevando a cabo. Pensar en la inversión que se necesita para lo que se tiene planificado o lo que se conoce, pues también hay poca transparencia en todo lo que se hará, nos dice que no será solo financiamiento público, sino también privado y obvio con deudas para el estado de Sonora.
Desde la construcción de una planta solar de más de dos mil hectáreas, la planta desaladora que se tiene proyectada, y claro la extracción de litio, como las tres puntas del plan, estamos hablando de que le queda muy grande en términos presupuestarios a uno de los estados con mayor deuda publica en el país. Es una inversión que no es fácil de recuperar, el propio secretario de relaciones exteriores habló de que se necesitará alrededor de cuarenta y ocho mil millones de dólares para que el plan sea operativo.
Es importante aclarar que en la presentación del plan no se presentó un estudio de costo-beneficio que nos permita evaluar si el costo socio-ambiental de la construcción y operación de todos los elementos del plan es menor a la ganancia económica, sabemos por experiencia e historia de que no será así pero es importante puntualizarlo. Tampoco se presentó un estudio de evaluación de los impactos ambientales —al menos de la planta solar, la desaladora y la extracción de litio hubiera sido un acto de buena fe por parte del gobierno— de nuevo y tomando en cuenta el actuar del gobierno federal quien es el responsable directo de llevar a cabo la mayoría de las obras, es posible que no se presente una Manifestación de Impacto Ambiental como esta obligada por ley, pero que su historia con la refinería de Dos Bocas y el Tren mal llamada Maya, nos dice que el actuar del gobierno es no presentar MIA a menos que se le presione para hacerlo.
Ahora, dentro de los impactos ecológicos que estos proyectos van a dejar, tenemos que hacerlo por cada uno de los elementos (o al menos las tres puntas de lanza que tiene el Plan Sonora) iniciando con su planta solar. La cantidad de minerales y metales que se necesitan para abastecer y dar mantenimiento a una planta con el tamaño de la proyectada, nos dicen que la minería en el estado y en todo el país debe de aumentar en se extracción, no es fácil mantener celdas solares, se necesita mucho material que se extrae de la tierra, generando los daños que ya se conocen por la minería, por lo que el mito de energía limpias acaba por derrumbarse, es una energía sucia, por el propio procedimiento que se necesita para que exista. A la fecha no hay otra forma de funcionamiento. Si a esto le sumamos que la idea errónea de que se construirá en territorios donde no hay actividad, pues se complica más. Hay que entender que los desiertos, son ecosistemas muy frágiles y que no son ecosistemas inútiles, estériles, tienen sus propios procesos y pensar en dos mil hectáreas de panales solares y demás infraestructura que se necesita, estamos hablando de una fuerte intromisión en las dinámicas ecosistémicas que se verán reflejados en un mediano plazo, con afectaciones en los patrones de lluvia, de captación de agua, de migración de invertebrados y aves.
En el tema de la desaladora. Ya se ha escrito bastante de los impactos que se generan con una desaladora en las costas y estos van desde afectaciones en los ecosistemas más cercanos como los manglares y arrecifes coralinos hasta la pérdida de especies que tienen cierto valor comercial para los pescadores de la región. No mencionaré el tema de turismo pues es una actividad que de entrada impacta en las comunidades y que no tiene ninguna regulación.
Por ultimo la extracción del litio. Esta es una de las practicas mineras más dañinas que existen, en todas las regiones del mundo donde se extrae litio se van creando zonas de sacrificio, altamente vulneradas, donde las actividades primarias de las comunidades —como lo es la agricultura y ganadería— se van impactada al grado que en muchos de los casos se dejan de llevar a cabo. Los impactos ecosistémicos son los mismos que cualquier proyecto extractivo, la modificación del entorno natural deja daños en las dinámicas ecosistémicas que se traducen en pérdida completa de hábitats naturales.
Por si esto no fuera suficiente, estos tres proyectos ponen en riesgo la ya de por si vulneradas cuencas del estado, por lo que el agua en su totalidad en el noroeste de Sonora está por entrar en uno de los mayores riesgos que ha tenido en su historia. No se habla solo de sequías, sino de la disponibilidad para la naturaleza, con lo que lo que se necesita para garantizar el derecho humano al agua tan cacareado, también se vulnera. Hablamos de que estos proyectos mantienen el modelo extractivo de producción, por lo tanto el Plan Sonora, no es sino un espejismo, una falsa solución que hundirá aún más al estado en la crisis socio-ecológica que ya esta viviendo. Es un mega proyecto que esta inserto en ese nuevo colonialismo que solo se pinta de verde para mantener al Sur Global como servidumbre del Norte, no por nada al gobierno de Joe Biden le parece tan buena idea el Plan Sonora.
Todos y cada uno de los componentes del Plan Sonora son parte de este nuevo colonialismo, producto de la crisis socio-ecológica que estamos viviendo y que los países del Norte están tratando de aprovechar y que va generando la privatización de territorios y naturaleza, impactos socio-ambientales muy severos al continuar con el modelo extractivo y generando más deuda (pública para el estado) económica y ecológica. El Plan Sonora se presenta como parte de las políticas climáticas del país cuando es todo lo contrario, una falsa solución que esta condenando a los habitantes de todo un estado a asumir los costos de un nuevo proyecto que no sólo esta condenado al fracaso, sino que es mucho peor que el de sus antecesores, pues pone en riesgo muchos más aspectos tanto ecosistémicos como comunitarios.
Marzo, 2023
Desde el exilio de Elisyum
Jorge Tadeo Vargas, escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Está construyendo su caja de herramientas para la supervivencia.
En sus ratos libres coordina el Observatorio de Emergencias Socio-Ecológicas
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