Días del Futuro Pasado 125

Jorge Tadeo Vargas

Hace unos años me tocó asistir a un foro que organizaba el gobierno del estado de Sonora, sobre problemáticas del agua y las alternativas a implementar. En este foro un funcionario de la Comisión Estatal de Agua que presentaba una ponencia sobre trasvases y presas como mecanismos de control de avenidas y para garantizar agua a las diversas actividades humanas, es decir para uso agropecuario e industrial. Uno de los principales argumentos que utilizó para justificar estos proyectos, era que no deberíamos desperdiciar agua dejándola llegar al mar. Hacer esto es un derroche de agua que se necesita para garantizar el uso humano, decía muy convencido de su postura tecnócrata.

Al terminar su ponencia le pregunte sobre como las presas, los trasvases afectan a las cuencas en general, pero lo más importante como la falta de agua en los Deltas cercanos al desemboque de los ríos en los mares podría afectar la dinámica de este macro ecosistema como lo es una cuenca. Su respuesta fue que no era así, que ni los mares, ni los deltas se verían afectados y que además las cuencas se regulan por sí solas, gracias al ciclo del agua (sic). Esto nos habla de la falta de conocimiento por parte de los tomadores de decisiones y la ignorancia sobre la visión de cuenca.

Estas reflexiones vienen después de una serie de intercambios con un buen amigo en la red social antes llamada Twitter, después del paso del Huracán Otis por Guerrero y toda la devastación socio-ecológica, donde además se han planteado muchas teorías al respecto de porqué se dio esta devastación y aunque muchas de ellas llevan mucho de verdad, ninguna pone sobre la mesa la visión de cuenca y todo lo que hemos devastado río arriba y cómo esto repercute en los deltas, las costas y las comunidades cercanas.

Tal vez no se hable de esto, porque hacerlo implica confrontar directamente al modelo de producción-consumo y sus impactos en los ríos, en las cuencas o tal vez porque hablar de esto ya no es mediáticamente redituable o ya no es prioridad para las agendas de las agencias internacionales quienes dictan cuál es el tema de moda en materia ambiental; sin embargo, se tiene que hacer el ejercicio más allá de una emergencia hidroecológica para tratar de buscar acciones de prevención.

Río Colorado, Sonora.

Lo primero que hay que entender es que una cuenca es un sistema compuesto por varios ecosistemas que interactúan entre sí con una dinámica sensible a los cambios y que cualquier alteración la pone en riesgo; esto desde el nacimiento de la cuenca hasta su desemboque. Lo segundo es que una cuenca comienza donde nace el río principal y sus afluentes y termina en el desemboque de esta en los deltas que llegan hacia el mar o lagos y lagunas, por lo que pensar que el agua que llega a estos lugares -principalmente al mar- se desperdicia es una aseveración bastante ignorante. Estos forman parte de las dinámicas y cualquier alteración afecta al ecosistema cercano con repercusiones en todo el sistema.

Tercero -y la más importante- es que todos los asentamientos humanos, desde los más pequeños hasta las grandes ciudades pertenecen a una cuenca, esto debido a que necesitamos el agua para sobrevivir como cualquier otro ser vivo, por lo tanto, necesitamos que estén en el mejor estado de salud posible. No hay otra forma de garantizar nuestra supervivencia que garantizando una cuenca sana y en plenas funciones ecosistémicas.

Entendiendo esto, la importancia de los ríos más allá de un mecanismo transportador de agua y más como un ecosistema complejo, compuesto de otros ecosistemas, es que podemos entender que la defensa del territorio debe pasar por una visión de cuenca, para si tener una mayor comprensión de que los impactos son compartidos por todo este macro ecosistema y que lo que ocurre río abajo -deltas y costas incluidos- repercute río arriba, por lo que las acciones comunitarias de defensa tienen que comenzar desde ahí.

La mejor resistencia al sistema de clases actual es desde una visión de cuencas, desde ahí tenemos que organizarnos y esto no es posible sino tratamos de recomponer la interrelación que es la clave en este macro ecosistema.

Todos vivimos río arriba dice un buen amigo cuando habla de problemáticas socioambientales, todas somos responsables de cuidar el espacio en que habitamos para así de forma integral recuperar todo lo demás, esto es la clave para lograr desde la colaboración comunitaria y desde abajo recuperar la salud ambiental de los ríos, para con esto lograr una recuperación de la mayoría de los ecosistemas devastados por el capitalismo tardío.

Noviembre, 2023

Desde algún lugar fuera de Elisyum

Jorge Tadeo Vargas; activista, escritor, traductor, anarquista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Desde hace años construye una caja de herramientas para sobrevivir.

A veces viaja a Mundodisco.