Macedonia es originaria del municipio de Amealco, de origen hñañú. En el año 2003, fue falsamente acusada por dos mujeres de su comunidad por adulterio. En la comunidad hñañú, esta acción se castiga con agresión pública y con la aplicación de una pasta de chiles en los genitales.
Macedonia interpuso una denuncia penal contra sus agresoras, lo que la convirtió en la primera mujer indígena en hacer eso. A partir de ese hecho, decidió involucrarse de una forma más activa en la defensa de los derechos de las mujeres hñañú, dando talleres, pláticas, y activismo social en toda su comunidad. Esto fue lo que le valió el reconocimiento como candidata al Nobel de la paz, hace 10 años.
Hoy Macedonia tiene que seguir escondiéndose de los inspectores, ya van varias veces que le quitan sus muñecas y sus servilletas que teje y vende en el centro de Querétaro. Pone su puesto adentro de la Facultad de Filosofía de la UAQ, porque “aquí me siento segura, no pueden entrar los inspectores a recoger mis cosas, los alumnos me piden morrales, fundas, me compran muñecas, me han apoyado mucho, también los maestros y los de administración”, me dice Macedonia.
“Cuando me nominaron, vino Televisa, y Tv Azteca, me hicieron muchas entrevistas. La Comisión Nacional de Derechos Humanos me llevó a Perú y Bolivia a tener encuentros con otras mujeres indígenas de esos lados, coloquios, talleres etc. Pero después de que pasó la premiación del Nobel ya no me dijeron nada, fui a pedirles una beca, o algo, pero me dijeron que iban a ver”.
Ahora, a 10 años de su nominación, es una queretana indígena más en el centro, que pasa a ofrecer sus muñecas a las personas que están sentadas en las bancas del Jardín Guerrero, donde muchos ni la voltean a ver, o no le hacen caso. Sin duda alguna, el final más injusto que puede tener una persona de esta envergadura: el olvido.
Fuente: http://proyectosubmarino.mx/macedonia-flores-la-queretana-nominada-al-premio-nobel-de-la-paz/