Texto aparecido en la revista Voces del mes de agosto

Jorge Tadeo

Hace un tiempo, en una entrevista, la activista ecofeminista Yayo Herrero, declaraba en una entrevista que, si las ciudades cercanas a Madrid construyeran un muro, amurallando toda la ciudad, está colapsaría en cuestión de hora, pues la gestión que maneja para abastecer sus necesidades es construyendo zonas de servidumbre y sacrificio a su alrededor.

Este comentario es aplicable a la casi todas las grandes ciudades, o aquellas consideradas, que tienen en las ciudades cercanas sus zonas de servidumbre desde donde sale muchos bienes estratégicos para que estas funcionen. Desde la electricidad, el agua, los residuos, hasta la fuerza laborar es proveída por estas ciudades, dando cuenta que estas grandes ciudades, como Nueva York, Madrid, Paris, Londres entre muchas otras solo sirven como espacios políticos, de negociaciones, es decir donde el capitalismo se fortalece y claro, para eso necesita que otras ciudades se hagan cargo de los costos socio-ambientales.

La ciudad de México no es la excepción y desde hace década sobrevive generando severos impactos a las ciudades cercanas, tanto en lo que llaman “Zona Metropolitana” como lo que hará se está llamando la Megalópolis, que no es sino una forma muy elegante de llamar a la expansión territorial que esta ciudad necesita para mantenerse en funcionamiento ante una mala gestión socio-ambiental.

Siempre se hablaba de la gentrificación como uno de los mayores problemas en las grandes ciudades, pues mediante esta practica es que van desplazando a barrios enteros a las periferias; lo primero que se piensa es en la especulación sobre la renta, el subir los precios, encarecer la vida. Esta es la primera acción de la gentrificación, pero no la única, al desplazar barrios enteros, casi siempre hacia zonas marginales, en otros municipios o regiones de una misma zona metropolitana, también se esta contribuyendo a que las zonas de sacrificio o de servidumbre vayan aumentando, con lo que la mano de obra barata se mantiene en perfecto control por parte del estado y mantienen el centro neurálgico del capitalismo funcionando, pues a mayor gentrificación, mayor desplazamiento que da como resultado una mayor cantidad de personas vulneradas de sus derechos más básicos, sobreviviendo con lo mínimo, lo que da como final de la ecuación menos resistencia a defender los territorios, algo que no pasa en otras comunidades donde el arraigo al barrio o a la población, a su cultura se mantienen como parte fundamental de la vida comunitaria, por lo que la defensa del territorio es primordial en su quehacer.

Lo que tenemos entonces es un binomio perfecto para el capitalismo, la gentrificación desplaza y las zonas de sacrificio/servidumbre proveen los bienes estratégicos para que estas ciudades puedan funcionar. Son las dos bases en que se sostiene este modelo de ciudad que busca de cierta forma sobrevivir destruyendo todo lo que le rodea, lo que las hace vivir en una especie de sentimiento de colapso, lo que al final ayuda a detener cualquier tipo de resistencia que se puede dar desde las personas que las habitan, por lo que el individualismo y el aspiracionismo funcionan muy bien como parte fundamental de este binomio antes mencionado.

Ahora bien, para ejemplificar esto, poniendo énfasis en las zonas de servidumbre, hablemos de la ciudad de México que en los últimos quince años ha vivido un proceso de gentrificación masivo, que ha hecho que la necesidad de aumentar los bienes estratégicos aumente. Aquí lo primero que tenemos que tener en cuenta es que esta ciudad se ha encargado -como todas las ciudades similares a ella, aunque aquí es mucho más dramático- de ir acabado con aquellos espacios naturales que anteriormente le proveían algunos bienes, el mejor ejemplo de esto es que la mayoría de sus ríos pertenecientes a la cuenca del Valle de México han sido encementados para convertirlos en canales de aguas residuales, las cuales van tan contaminadas por los distintas sustancias químicas que se arrojan en ellas que hace casi imposible la recuperación de estas agua, mucho menos de los ríos si esta fuera una propuesta de estado. Estos ríos de aguas residuales que terminan en el emisor oriente que no es sino un enorme canal que traspasa otros dos estados -Hidalgo y el Estado de México- va reuniendo todas las aguas contaminadas de la zona metropolitana, contaminando así más ríos hasta llegar a la Presa Endho en Hidalgo, donde se intenta recuperar el máximo de agua por medio de una planta tratadora que esta dejando una zona altamente contaminada, dañando considerablemente la salud ambiental y humana de esta región. Hasta aquí tenemos un serio problema de contaminación hídrica, sin embargo, la problemática aumenta al entender que si una ciudad contamina sus fuentes de agua, lo más probable es que tenga que buscarla de otros lugares, es así como la ciudad de México depende de sistemas hidráulicos como el Cutzamala para tener acceso al agua que necesitan, misma que es proveída por varios estados más, a los cuales se les extrae el agua para abastecer a la ciudad, lo cual genera varios aspectos negativos de justicia socio-ambiental.

Otro ejemplo importante, es que la zona metropolitana de la ciudad de México produce alrededor de veinte mil toneladas de basura el día, el espacio geográfico que tiene no le permite administrar tal cantidad de basura, por lo que ha convertido a muchos municipios cercanos, principalmente en los Estados de Morelos, Hidalgo y Estado de México en su patio trasero donde se deshace de ella, por si fuera poco una gran cantidad de esta basura termina siendo utilizada como Combustible Derivado de Residuos en los hornos cementeros cercanos, por lo que el aire se contamina con Contaminantes Orgánicos Persistentes, los cuales son precursores de varios tipos de cáncer. Esta contaminación atmosférica, llega desde la región tolteca hasta la ciudad, por lo que los habitantes de toda la zona metropolitana están en riesgo.

Con estos dos ejemplos, si pensamos en las ciudades como ecosistemas que tienen o deberían de tener sus propias dinámicas para mantener un equilibrio, es más que claro que algo esta pasando en la ciudad, pues tiene una relación directa con muchos de los daños socio-ecológicos que están pasando a su alrededor, por lo que algo no esta funcionando y esto es un paso cercano al colapso ecosistémico, lo cual ya se está viviendo, con problemáticas que van desde falta de disponibilidad de agua, problemas de la gestión de los residuos y muchos otros que nos hablan de que no es necesario -aunque debería- que las ciudades cercanas pusieron un muro, aunque fuera virtual para no continuar siendo las zonas de servidumbre de la ciudad.

Estamos ante un colapso socio-ecológico histórico por la magnitud de este donde diversas problemáticas y/o crisis se están sumando para hacerlo mayor de lo que se prevenía hace varias décadas atrás cuando comenzamos a hablar sobre esto y siendo las ciudades las que más contribuyen a estas problemáticas, es justo desde ahí desde donde se tendría que estar trabajando, especialmente en aquellos con características similares a la de la Ciudad de México.

Sobreviviente de Ankh-Morpork, activista, escritor, traductor, anarquista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Desde hace años construye una caja de herramientas para sobrevivir.

A veces viaja a Mundodisco

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