Luis Enrique Ortiz

Andrés Manuel López Obrador tendrá al menos la misma magnitud histórica que el presidente revolucionario Lázaro Cárdenas del Río, sobre todo en materia social y al igual que éste, aquél vivirá en la conciencia de los más pobres de este país, de los patriotas y de los mexicanos que de manera abrumadora refrendaron su proyecto de Nación continuado en quien es la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

Pero eso no exime de errores, por llamarlos eufemísticamente, al primer gobierno de la Cuarta Transformación.

Decir que ya se construyó una central fotovoltaica de un Giga Watt, en Puerto Peñasco y la primera de cinco, es más que audacia comunicacional, suena a mucha crema para esos tacos. La verdad que el presidente no necesita aliñar con el lácteo las garnachas, hay suficiente para que alcance un más que merecido reconocimiento de 35 millones de votos a su forma de partir el queso.

De acuerdo a datos del Gobierno de México, la susodicha pretendida descarbonizadora, tiene un avance que no llega al 20%.

Y sí, qué bueno que se está construyendo y que vienen otras cuatro, en el marco del Plan Sonora, mencionado muy brevemente en el sexto informe de López Obrador, por cierto, pero si el oficialismo pide objtividad a la prensa, las instituciones deben ser objtivas con esta y decir la verdad, no el 10% de la verdad y presentarla como el 100%, eso es “güica”, es tramposo e innecesario.

Si un chairo periodista se enoja porque se los haces notar y no es capaz de que ver que reconoces el 90% del mismo “eure”, eso se puede tildar sin equivocación de intolerancia y abyección, por lo menos de culto a la personalidad y lambisconería extrema que exacerva la trompa del porcino.

El 10%, no menos, el 20% de irregularidades en el Gobierno de México, por muy bueno que haya salido, en los social y en materia de estabilidad económica -lo compro- implica casos de probable corrupción que no deben existir en la 4T.

Tampoco se concluyeron a tiempo los acueductos yaqui y seri, además yoremes y guarijíos aun sufren por falta de agua, precisamente los dueños originarios del río Mayo. El Hospital de Vícam tampoco estará listo el 27 de septiembre y los planes de justicia comienzan a ser duramente cuestionados, no por si intención justiciera, sino por la corrupción de una camarilla.

Es que viéndola bien hace al menos dos años que no se termina una obra importante en el estado de Sonora, pese a que por dinero no ha quedado, que si 300 millones para la Calle 36 Norte, que si 100 millones para la carretera artesanal de Desemboque o que si mil 520 millones para un tramo de carretera rehabiltado de 47.5 kilómetros para comunicar a Guaymas con Chihuahua.

Justificar lo injustificable puede llevar a la complicidad y a la corrupción a personas que llegaron al poder con intenciones de transformar las cosas para bien. Por razones naturales es imposible que un ser humano sea infalible por más chingón que sea. Mostrar intolerancia a la crítica que también reconoce lo buen y que es mucho más se llama abyección. Maten al pequeño autoritario stalinista que muchos llevan dentro.

AMLO es muchas veces mejor persona, político y hasta guía moral (en buen pedo) que todos los presidentes que no tienen similitudes con Cárdenas, Francisco I Madero, Benito Juárez o los padres de la Patria, Miguel Hidaldo y José María Morelos, que no fueron presidentes pero la pusieron de pechuga para otros que sí lo fueron.

No se debe tener miedo a reconocer lo que no se ha podido, en especial cuando lo que sí se ha podido es mucho más grande. Tampoco deben cerrarse a que todos los militantes de la 4T son tipo Andrés Manuel sino más de uno más bien al revés.

AMLO es de lo mejor que ha dado México en materia social y política, pero eso no obsta para que conste que todos quienes lo rodean practican los mismos valores.

Próxima colaboración, “El Karma de la 36 Norte y las 10 preguntas que no respodió Wendy Briceño.

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