El blanco del bombardeo que ayer lanzó Israel fue contra dirigentes de Hezbolá, sin embargo, en el último balance publicado por el Ministerio Libanés de Salud, informó que hasta el momento ha sumado 37 persona sin vida y la cifra puede aumentar ya que aún están despejando los escombros del edificio destruido en un suburbio de Beirut.

El bombardeo buscaba acabar con los dirigentes de la unidad Radwan, fuerza de élite del grupo islamista Hezbolá, mismos que se encontraban en una reunión en el sótano del edificio colapsado, en donde se encontraban civiles inocentes, incluyendo niños.

Según han indicado algunas fuentes del movimiento proiraní perdió a 16 de sus miembros, aunque Hezbolá ha informado que perdió sólo a dos altos mandos de su unidad. 

Además de las 37 personas fallecidas, del ataque resultaron 68 personas heridas y las labores de rescate continúan, oficialmente se busca a 23 personas desaparecidas en el edificio destruido.

Por su parte el grupo islamista Hamás ha informado que lamenta la muerte de Ibrahim Aqil, conocido como uno de los máximos comandantes de Hezbollah.

Hamás también lanzó una advertencia a Israel, asegurando que pagará “un alto precio” por esos ataques, lo que hace entender que la violencia incrementará en los próximos días. 

Y debido al bombardeo en el edificio en Beirut, la atención y el temor de una guerra total entre Líbano e Israel ha crecido.

Por su parte el ejército de Israel dijo que bombardeó miles de plataformas de lanzamiento ubicadas en el sur de Líbano, mismas que según ellos el grupo Hezbollah estaba apunto de utilizar.

En respuesta a esto el movimiento islamista lanzó casi 90 cohetes hacia dos posiciones militares ubicadas en el norte de Israel.