Alejandro Valenzuela/Vícam Switch

En México hay seis estamentos sociales. Estos son:

Los dueños de México. Son una insignificante milésima parte de la población que posee una riqueza que hoy alcanza los 800 mil millones de dólares. (Sólo este sexenio sus riquezas aumentaron en 200%). Son tan poderosos que tienen a su servicio a la clase política en pleno, oficialista y de oposición.

Los conservadores. Estamento formado por los que consideran que el obradorismo “instaurará el comunismo en México” y odian todo lo que suene a popular. Incluso piensan que todo era libertad y democracia durante el priismo neoliberal. Han olvidado que las élites del poder y del dinero chapotearon intensamente en el pantano de la corrupción amasando fortunas fabulosas que les permiten vivir en una opulencia insultante para la población empobrecida y discriminada.

Los olvidados. Es el segmento social formado por los pobres extremos que, aunque va en aumento, no tienen valor políticos ni como acarreados porque dedican su día a día a ingeniárselas para mal comer.

Los indiferentes. Es el estrato más numeroso y misterioso porque, siendo de todas las clases sociales, son personas en perene desencanto político, que no contestan las encuestas, no emiten opinión y no dejarían la comodidad de su casa para ir a votar.

Los fieles. Este es el segundo estrato más numeroso. Han sido el voto duro de todos los regímenes y sistemas políticos, pero ahora son la clientela electoral del obradorismo. Celebran ruidosamente los pequeños triunfos, niegan los muchos fracasos, apabullan cualquier crítica a punta de insultos y de calumnias y están concentrados en el culto a la personalidad de su amado líder.

Los despiertos (en inglés hay un movimiento llamado woke, que tiene un significado diferente, pero sirva la referencia para indicar la divergencia con las élites). Son los críticos, los que piensan por su cuenta y opinan diferente, los que ven al futuro… Si constituyeran un partido, sería como el que Jorge Ibargüengoitia llamó en los Relámpagos de Agosto el Partido de Intelectuales Indefensos pero Revolucionarios porque es un sector conformado principalmente por científicos, intelectuales, académicos, periodistas, artistas, anticolonialistas, animalistas, ecologistas, feministas, madres buscadoras, padres agraviados, movimientos alternativos, defensores de derechos humanos, anarquistas, la izquierda de verdad y luchadores sociales de todo tipo. Es ese estrato el único grupo social que ve con claridad la realidad que está detrás de las apariencias.

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