«Por más que se hable de un mal llamado desastre natural, las condiciones en nuestra Montaña son evidencia clara de que estos desastres son consecuencias del sistema político y económico que, durante cientos de años, han explotado la vida en nuestros territorios y de una ideología de progreso que atenta contra la madre tierra», denunciaron los pueblos Mè’phàà, Ñuu savi y Nahua de la Montaña de Guerrero, que desde el 23 de septiembre padecen los estragos del huracán John sin la intervención de las autoridades.

«Deseamos recalcar la violencia sistémica que ha perpetuado históricamente en contra de nuestra Montaña, y a la cual los efectos del huracán agregan otra dimensión de catástrofe. Podemos constatar esa discriminación y olvido por la ausencia de servicios de calidad en salud, educación, carreteras, agua potable y transporte en nuestro territorio», señalaron los pueblos cuyas casas, cultivos y caminos se encuentran «gravemente» afectados por las intensas lluvias, que han dejado aislados e incomunicados a los pobladores.

Los pobladores destacaron la urgencia de que la Montaña de Guerrero, una de las regiones más devastadas por el paso del huracán en el estado, sea declarada «como zona de desastre y de emergencia», pues ya se registran muertes por las afectaciones, además de que 95 por ciento de los caminos están colapsados, así como los servicios de luz eléctrica.

«Hasta la fecha falta el conteo de los daños, las autoridades no han dimensionado la emergencia de nuestra región porque no han venido a nuestros pueblos para ver y escucharnos, su prioridad se enfoca en las zonas turísticas o de fácil acceso», denunciaron en un comunicado.

Frente a la situación de emergencia, los habitantes de los municipios afectados se han organizado para acceder a las poblaciones con palas, picos y machetes, además de que lanzaron la campaña de recaudación de fondos «Que el maíz abra los caminos de la Montaña», luego de que la abundancia de agua y viento dañó los elotes recién germinados y los pudrirá, por lo que no alcanzará la cosecha según la medida que necesita cada familia para pasar el año.

Además de la campaña y la «increíble fortaleza» de los pobladores para abrirse camino en medio de las consecuencias del huracán, la discriminación y el olvido, los pueblos que habitan la Montaña aseguraron que continuarán con su exigencia de justicia y respeto a sus derechos a una vida digna y a su libre determinación cultural, lingüística y política, condiciones de vida que, reafirmaron, «no nos dejarían en el estado de vulnerabilidad que hoy estamos sufriendo ante la inclemencia climática».

A continuación el comunicado completo:

COMUNICADO DE PRENSA TRAS EL PASO DEL HURACÁN JOHN

QUE EL MAÍZ ABRA LOS CAMINOS DE LA MONTAÑA

Hermanas y hermanos de México y del Mundo

Presente

Nosotras las hijas e hijos de la Montaña, la lengua de la piel, la lengua de la lluvia, la lengua de la tierra, pertenecientes a las naciones Mè’phàà, Ñuu savi, Nahua que cohabitamos en el lugar que ancestralmente se conoce como la Tierra Roja, organizados en los colectivos Gusanos de la Memoria, el Centro Cultural San Francisco y Comunidades afectadas, hacemos de su conocimiento que el día 23 de septiembre en el mes de las festividades de las cosechas agrícolas según el calendario de nuestros ancestros, en nuestra región llegó el huracán John y en su paso devastó nuestros pueblos, provocando, entre otros estragos, la muerte de algunas de nuestras gentes, dejándonos en una zona de emergencia.

Las intensas lluvias que cayeron del cielo durante cinco días y cuatro noches, lentas, pero constantes, lograron ablandar nuestra tierra provocando derrumbes que inhabilitaron las vías de comunicación, cayeron árboles, postes de luz y cableado eléctrico, crecieron los ríos, quedándonos aislados y sin poder pedir ayuda, ni avisar al exterior lo que estábamos pasando.

En los distintos municipios de nuestra región, Malinaltepec, Acatepec, Tlacoapa, Metlatónoc, Cochoapa, Alcozauca, Tlapa, entre otras, nuestra gente perdió sus casas, sus animales domésticos, y sus siembras de maíz. La abundancia de agua y viento dañó los elotes recién germinados, los pudrirá, por tanto, no alcanzará la cosecha según la medida que necesita cada familia para pasar el año. Esta situación nos llevará a una escasez de alimentos y gradualmente a una hambruna, por esta razón empezamos la campaña “Que el maíz abra los caminos de la Montaña” con el objetivo de recaudar fondos y juntar este grano que es el aliento corazón de nuestros alimentos; ixí/sentli/núni.

De acuerdo a nuestra experiencia, los gobiernos sólo llegarán a los lugares de fácil acceso a tomarse las fotografías y luego decir que hacen algo por nosotros, así lo hicieron en los huracanes de 2013, en la mayoría de los pueblos de la Montaña Alta, espacios de difícil acceso, nunca llegó la ayuda. Perder una casa en las circunstancias climáticas de la Montaña es devastador para las familias, estar enfermo y no tener acceso a las carreteras para llegar al municipio más cercano en muchas ocasiones significa la muerte.

Ante esta situación, nuestra gente se ha abierto camino a mano, con palas, picos, machetes y su increíble fortaleza. Hasta la fecha falta el conteo de los daños, las autoridades no han dimensionado la emergencia de nuestra región porque no han venido a nuestros pueblos para ver y escucharnos, su prioridad se enfoca en las zonas turísticas o de fácil acceso.

Con eso, no queremos insinuar que no haya otras regiones gravemente afectadas por el huracán, al mismo tiempo, es necesario declarar a la Montaña de Guerrero como zona de desastre y de emergencia pues el 95% de los caminos están colapsados, así como los servicios de luz eléctrica y más importante: la pérdida de vidas humanas.

Deseamos recalcar la violencia sistémica que ha perpetuado históricamente en contra de nuestra Montaña, y a la cual los efectos del huracán agregan otra dimensión de catástrofe. Podemos constatar esa discriminación y olvido por la ausencia de servicios de calidad en salud, educación, carreteras, agua potable y transporte en nuestro territorio. A la vez, se pregona que nuestra región es rica en cultura y bienes naturales. Por lo mismo, con la complicidad de las autoridades gran parte de nuestro territorio de la Montaña se concesionó a consorcios mineros, a pesar de la organización de nuestros pueblos en contra de ello y en defensa de la tierra, es una amenaza latente en los años, estamos conscientes que un día vendrán por ella. ¿Qué hacer ante tal grado de violencia y despojo?

Nuestra región sufre las consecuencias de los sistemas económicos y políticos que imperan, nos enferman con su espíritu y sus acciones. Somos pueblos que vivimos en esta Montaña porque nuestros antepasados fueron desplazados, asesinados por las guerras de la colonización y como era antes, así es ahora, nada ha cambiado. Nuestros cuerpos son testigos de esta violencia, racismo, ninguneo, y exclusión.

Seguimos exigiendo justicia y respeto a nuestros derechos, a una vida digna, a nuestra libre determinación cultural, lingüística y política, condiciones de vida que no nos dejarían en el estado de vulnerabilidad que hoy estamos sufriendo ante la inclemencia climática. Por más que se hable de un mal llamado desastre natural, las condiciones en nuestra Montaña son evidencia clara que estos desastres son consecuencias del sistema político y económico que, durante cientos de años, han explotado la vida en nuestros territorios y de una ideología de progreso que atenta contra la madre tierra.

Solicitamos a las personas y organizaciones que nos ayuden a difundir nuestro sentir y palabra en las diferentes plataformas y medios ante esta emergencia regional. A las autoridades, les exigimos el respeto a nuestras vidas, que cumplan con su deber, el de trabajar por la colectividad y para los más vulnerables, y si no entienden esta palabra los invitamos a venir a escuchar la palabra de nuestros xi’ña, tlamanke, yuva si´i yo, nuestros guías espirituales cuando hay cambios de autoridades comunitarias para que juntos construyamos una sociedad más justa, en vez de desdeñar nuestras formas de gobierno y enfermarlas con la avaricia y el individualismo de sus partidos políticos.

Ante estas circunstancias, a través de nuestros colectivos estamos recaudando un fondo para comprar maíz y apoyar a nuestra gente afectados por el huracán, pueden hacer una donación al número Clabe BBVA 012281011419865386 bajo el concepto de Maíz; para más detalles contactarnos al teléfono (+52)7571222271.

La Montaña también es Guerrero, la Montaña también es México, la Montaña es un pedazo de tierra que es nuestro corazón y fortaleza como nos lo enseñaron nuestros padres y madres.

Montaña de Guerrero,México,

Llano de Heno, Malinaltepec, a 01 de octubre de 2024

Fotografía: Comunidad de Zilacayota, Acatepec.

Están arreglando su carretera cortada por el agua a causa del huracán John


Publicado originalmente en Desinformemonos