La llegada de Centros de Datos a Querétaro arriesga las condiciones del agua y deja a las comunidades al margen. 


En portada: Centro de datos Equinix. Fotografía: Fernanda López Flores.


Fotografías y texto por Fernanda López Flores / @fernandalopezf.raw  

En el municipio de El Marqués, Querétaro, se encuentra la comunidad de Coyotillos, rodeada de parques industriales y plantas de producción. Entre las calles empedradas y las casas despintadas sigo a un hombre a caballo que lleva colgando unas garrafas con agua a medio llenar. 

Por seguir su camino, llego a la Miscelánea Cárdenas. Violeta Salinas, dueña del establecimiento, asegura que en la comunidad no enfrentan problemas de agua. 

Izq. Hombre de Coyotillos montando a caballo con su hijo. Fotografías: Fernanda López Flores. 

“Un día sí, y dos no, porque se reparte. Descansa un día el pozo. Un día la ponen para acá, al siguiente descansa, y después les toca de aquel lado, y así se la llevan”, explica. 

Este racionamiento refleja la crisis hídrica que afecta a todo el estado. 

El Marqués ha sido clasificado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) como un municipio con sequía extrema. De forma paralela también es uno de los municipios con más centros de datos en el estado.  

Los centros de datos, o data centers, son instalaciones físicas que almacenan datos digitales para empresas y organizaciones. Estos espacios cuentan con la maquinaria necesaria para operar la infraestructura digital de las empresas, lo que implica un alto consumo de energía. Además, requieren grandes cantidades de agua para gestionar los sistemas de refrigeración que previenen el sobrecalentamiento de los equipos. 

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), en 2022 los data centers representaron entre el 1% y el 1.3% del consumo energético global. El rápido crecimiento de esta industria ha provocado un incremento en el uso de energía, que ha crecido entre un 20% y un 40% anualmente de 2015 a 2022. Asimismo, estos centros contribuyen casi con el 1% de los gases de efecto invernadero relacionados con el uso de energía, lo que afecta las temperaturas globales y el cambio climático. 

Los sistemas de enfriamiento en los data centers utilizan torres de refrigeración, tuberías y aire acondicionado, que demandan grandes volúmenes de agua. Por ejemplo, Google ha informado que su centro de datos consume aproximadamente 450,000 galones de agua al día (1,703,435 litros). 

Querétaro se ha convertido en uno de los estados con la mayor inversión de empresas extranjeras para la instalación de data centers, alcanzando una suma de 12 mil millones de dólares. La Asociación Mexicana de Data Centers (MEXDC) señala que en Querétaro ya operan 15 centros de datos, y se espera que el total alcance los 37, con 16 centros en construcción y 6 más que han sido anunciados. 

Entre los data centers que se han establecido en Querétaro se encuentran ODATA Data Center, Kio Networks, Equinix, Ascenty y Alestra. Además, se prevé la llegada de centros como Amazon Web Services, Microsoft Cloud HQ. 

Querétaro se posiciona como la ubicación destacada para el desarrollo de esta industria en México, según el estudio “Global Data Center Trends 2023” de Coldwell Banker Richard Ellis (CBRE) Group. Además, fue el primer estado fuera de Estados Unidos y Canadá en ser incluido en el “Data Centers Global Market Comparison” en 2021.  

El abundante suministro de energía proporcionado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el apoyo gubernamental de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SEDESU), su proximidad a la Ciudad de México y la baja probabilidad de desastres naturales son factores que contribuyen a la popularidad del estado para estos proyectos

Suministro de energía para el Centro de datos ODATA Data Center. Fotografía: Fernanda López Flores. 

A finales de 2023, el gobierno de Querétaro invirtió 292.7 millones de dólares en fortalecer la red eléctrica del estado, con el objetivo de distribuirla uniformemente por los municipios de Colón, El Marqués, Huimilpan, Pedro Escobedo y San Juan del Río. De esta manera, las prioridades quedan claras: se invierte a favor de la industria, dejando de lado a las comunidades y ecosistemas que habitan en estos municipios. 

El secretario de Desarrollo Sustentable del estado de Querétaro, Marco Del Prete, reveló en una rueda de prensa que la industria queretana consume el 75% de la energía total del estado, impulsada por la creciente demanda de los centros de datos. Del Prete destacó que la llegada de nuevas empresas no se detendrá, a pesar de que Querétaro es uno de los estados con menor producción de energía. 

El estado atraviesa una grave crisis hídrica, siendo Corregidora el único municipio que enfrenta una sequía severa en la región. Los 17 municipios restantes enfrentan condiciones de sequía extrema o crítica, y Querétaro es una de las siete entidades con el 100% de su área afectada por este fenómeno. 

Del Prete afirmó que las “nuevas tecnologías” de enfriamiento permiten reducir el uso de agua en un 98%; sin embargo, no se han presentado evidencias concretas que respalden esta afirmación, al igual que no se conoce la identidad ni el funcionamiento de dichas tecnologías. 

Esta es una de las principales razones por las que agrupaciones de activistas se manifiestan para expresar su descontento ante la continua proliferación de centros de datos en el estado, ya que el impacto ambiental de los data centers sigue siendo significativo, especialmente en regiones ya afectadas por la escasez de agua. 

Montserrat Cervantes, ingeniera ambiental y activista del colectivo Micelio Urbano, se preocupa por la protección del territorio y del agua. Comenta que, durante su trabajo en el municipio de Colón, pudo observar la invasión del territorio por la industrialización. 

Colón, al ser uno de los municipios más secos del árido Querétaro, ha visto afectada su disponibilidad de agua con el establecimiento de Agropark, un conjunto de invernaderos. 

A pesar de los empleos que generó, los invernaderos tuvieron un impacto relevante en la vida de la comunidad. Al absorber el agua de Colón, se alteró la producción y el cultivo de la milpa, que es la fuente económica principal de la comunidad. 

De manera similar, el centro de datos de Amazon Web Services, que anunció su establecimiento en el estado, se presenta como una atractiva fuente de empleo para la comunidad.  

“Desde la población empezaban a surgir esas pláticas de ‘¡Ay, sí va a venir Amazon!’ Toda esta idea de estas súper empresas que van a traer empleo.” comenta Cervantes. 

Detrás de los discursos optimistas sobre oportunidades y crecimiento, el verdadero beneficio es exclusivo. Las empresas se presentan a la población como un gran avance en el desarrollo económico y social de un país, incluso de un estado o municipio, prometiendo empleos y progreso. 

Centro de datos Grupo Salinas. Fotografía: Fernanda López Flores. 

Sin embargo, la mayoría de las veces, las empresas se instalan ocupando el espacio y los recursos de la región. Es la misma población a la que prometen prosperidad quien se ve desplazada por la migración forzada y la gentrificación. 

Joy Venegas, horticultora e integrante del colectivo Micelio Urbano, centra la problemática de los data centers en el uso que se le da al suelo. 

“Entender que el hecho de cambiar el uso del suelo para cederlo al gran capital influye muchísimo en el efecto de la isla de calor. En este sentido afecta el uso del suelo, afecta los ciclos del agua, y afecta las decisiones de desarrollo.” 

En este sentido, Venegas explica cómo, a consecuencia de la llegada de las industrias, empiezó a haber una demanda creciente de vivienda, lo que lleva a una mayor invasión del suelo. Ya sea que las comunidades establecidas sean forzadas a desplazarse o que se sobreexplote el suelo y sus recursos, el impacto de las empresas es devastador. 

En la comunidad de Coyotillos, Salinas señala que el problema del agua ha escalado debido a la cantidad de personas que han llegado en busca de trabajo, lo que ha provocado que el agua se divida entre residentes de la zona.  

No obstante, las empresas no parecen enfrentar problemas con su suministro de agua y operan adecuadamente a diario. 

Construcción del Centro de Datos KIO Networks. Fotografía: Fernanda López Flores. 

Cervantes advierte que la problemática no se centra únicamente en el uso del agua por parte de las empresas, sino en los problemas que esto genera tanto para la comunidad como para el ecosistema.  

“No es tanto el que usen el agua, porque al final de cuentas, hasta cierto punto, el uso del agua para el enfriamiento de los equipos no es tanto un problema porque son circuitos cerrados, pero te das cuenta de toda la problemática que hay alrededor de esto. ¿De dónde está saliendo esa agua? ¿A quién se le está quitando esa agua? ¿Cómo la estás regresando?” 

Sería ideal seguir el rastro del agua: saber de dónde se extrae, cómo se utiliza y a dónde termina. El activista de Micelio Urbano, Iván Aguilar, señala que los data centers están provocando un efecto dominó en el ecosistema, y son diversos los factores que afectan el clima, el agua y la vida. 

“Lo valioso es el suelo, que para mí es lo más increíble, lo que hace funcionar bien el clima. Pero no hay suelo sin plantas, aparte se van los animales, y no hay plantas sin agua. Entonces estamos así, con ríos contaminados y pozos vacíos. Toda esa interfactorialidad influye en los distintos fenómenos que nos afectan.”

Construcción del Centro de datos Kio Networks. Fotografía: Fernanda López Flores. 

La NOM-001-SEMARNAT-2021 establece los lineamientos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en cuerpos receptores de propiedad nacional. En 2021, se llevó a cabo una actualización de la normativa de 1996, la cual recupera en gran medida la esperanza para el ecosistema, gracias a la regulación más estricta impuesta a las empresas. 

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Gráficos de comparación sobre los límites permisibles de devolución de agua entre las Normativas NOM-001-SEMARNAT 1996 y 2021. 

En esta normativa, se estipulan las condiciones que debe cumplir el agua antes de ser devuelta a los ecosistemas. Aguilar señala que, a menos de que estas condiciones se cumplan, todo el ecosistema corre el riesgo de verse afectado. 

“El tema de la descarga y la temperatura de un data center es crucial para entender el destino ecológico del ecosistema acuático. Cuando el agua caliente se devuelve al río o al ecosistema, se empiezan a descomponer muchas cosas. Se empieza a agotar el oxígeno, se mueren los peces. Los microbios que sostienen la cadena alimenticia pueden transportar contaminantes”. 

Las inquietudes de las agrupaciones de activistas ambientales en Querétaro trascienden las escasas declaraciones del gobierno. No solo se trata del uso de agua y energía, sino de la vida misma y de la dignidad de las personas frente a la destrucción que avanza de manera silenciosa. 

El gobierno parece priorizar la inversión extranjera y el crecimiento industrial sobre las comunidades locales. Mientras los grandes capitales se benefician, habitantes de las comunidades como Coyotillos, El Tintero y La Obrera enfrentan un futuro incierto debido a la escasez de agua.  

La ciudad de los Data Centers. Fotografía: Fernanda López Flores. 

Las comunidades rodeadas por las industrias siguen cohabitando y compartiendo los recursos con las empresas, pero estas permanecen en “ignorancia” aparente daño que causan a su alrededor. 

Lo que por generaciones fue milpa y agua, hoy es reemplazado por la infraestructura de los centros de datos. Las comunidades que cuidaron estos terrenos durante años podrían enfrentarse a un despojo silencioso, donde las promesas de desarrollo se convierten en la desaparición de sus medios de vida.  


Publicado originalmente en Zona Docs