La avícola Bachoco arrojó toneladas de material fecal y otros residuos en el ejido de San Antonio Sihó, comisaría del municipio maya de Halachó. Antes, la empresa quemó parte de las selvas aledañas y aplicó insecticidas para disimular la proliferación de moscas y otros insectos. Campesinos y apicultores exigen la intervención de Profepa y otros organismos de control

Texto y fotos: Patricio Eleisegui

YUCATÁN. – La avícola Bachoco continúa vertiendo excrementos en la selva de Yucatán.

La práctica, que no es nueva (pues se ha documentado que también ocurre muy cerca del municipio de Kinchil) ahora ocurre entre las colmenas de abejas y las milpas cercanas a San Antonio Sihó, comisaría maya de Halachó, un municipio situado a poco menos de una hora de Mérida, la capital del estado.

En esa zona, Bachoco opera tres mega granjas avícolas que no han dejado de incrementar sus respectivos tamaños en las últimas dos décadas. Estas instalaciones, que se publicitan como grandes generadoras de empleo y sólo dan trabajo a menos de 10 personas de la comisaría, comenzaron a ubicarse en el ojo de la polémica luego de que, entre abril y mayo, se detectaran vertidos ilegales de residuos en áreas linderas a Santa María Acú, otra comunidad de Halachó cercana a San Antonio Sihó.

Profepa no hace caso a las denuncias

En ese lapso, la avícola descartó toneladas de excrementos de pollos sin autorización alguna en predios de esa comunidad. Semejante carga fétida dio pie a sendas denuncias de colectivos mayas que derivaron en una tibia intervención de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa): si bien el organismo estableció la clausura de los terrenos donde se arrojaban las excretas, lo cierto es que no sancionó a Bachoco.


Publicado originalmente en Pagina3