El canciller Juan Ramón de la Fuente confirmó que México estará representado por el embajador Leopoldo de Gyvés de la Cruz en la ceremonia de toma de protesta de Nicolás Maduro.

Según comentaron, esta decisión refuerza la postura histórica de México en política exterior, basada en el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no intervención en asuntos internos de otros países.

La presidenta Claudia Sheinbaum defendió esta decisión, destacando que México no busca influir en el rumbo del gobierno venezolano, sino respetar la soberanía del país.

Lo anterior a pesar de la preocupación que ha generado la reelección de Maduro en la comunidad internacional, con organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Organización de Estados Americanos cuestionando la legitimidad del proceso electoral.

“Nosotros somos respetuosos de la autodeterminación de los pueblos, y será el embajador de México en Venezuela quien estará en la ceremonia correspondiente”, dijo sheinbaum durante un evento oficial.

Venezuela enfrenta una profunda crisis económica, política y social, con más de 7 millones de refugiados y migrantes, hiperinflación, desempleo y escasez crónica de alimentos y medicamentos.

El régimen de Maduro ha sido señalado por organizaciones internacionales como responsable de crímenes de lesa humanidad y represión a opositores.

La decisión de México de enviar a su embajador a la toma de protesta de Maduro ha generado debate, especialmente en un momento en que varios gobiernos democráticos de América Latina han optado por desconocer los resultados de las elecciones venezolanas.

México busca equilibrar su política exterior, manteniendo relaciones diplomáticas con Venezuela mientras participa en foros multilaterales que abogan por una salida pacífica y democrática a la crisis venezolana.