Llegó el tiempo de las candidaturas locales y se percibe claramente que no llegó la candidatura que necesita la capital del estado. Esto es, ninguna de las candidaturas que se nos están ofertando reúne los requisitos mínimos que debiera tener la persona que cubra el puesto de Alcalde o Alcaldesa de Hermosillo.

De los cinco candidatos, sólo Guadalupe Curiel ha ejercido como alcalde, pero del municipio de Navojoa que presenta características muy distintas a la capital sonorense. Además, es el candidato con menor intención del voto, según las encuestas publicadas, cuchareadas o no. Norberto Barraza, el Independiente, fue funcionario municipal, pero tiene el perfil del personaje que sabe hacer muy bien las cosas que le mandan hacer, pero en toda su carrera política no ha figurado como el líder que propone y que confronta ideas con sus contrapartes políticas. A Mirna Rea se le identifica como parte de un equipo panista de larga tradición en el municipio, pero no se le conocen liderazgos de tipo político en su ir y venir a la arena política. Célida López tiene un poco más de enjundia, pero en los momentos claves ha demostrado ser una buena defensora de causas no muy nobles que digamos. No solo es la defensa a ultranza que hacía de Guillermo Padrés, sino también el no saber acomodarse de parte del Pueblo Hermosillense cuando se llevó al Congreso del Estado la Privatización, disfrazada de Concesión, del Servicio de Alumbrado Público. El Pato Lucas, el rey en las encuestas (no lo puedo creer) ha dado muestras sobradas de su incapacidad como político, desde que fue Secretario de Seguridad Pública, con Eduardo Bours, hasta su paso por Pro México y recientemente en su nefasto papel como Secretario de Educación y Cultura en el actual gobierno estatal.

Podríamos decir que de Todos no se hace uno; sin embargo, esas son las ofertas que tenemos, a menos que quiéranos recurrir, nuevamente, al Voto Nulo. Siendo autocríticos, volvimos a fallar como sociedad civil y mostramos, también, nuestras propias incapacidades al no lograr lanzar una candidatura con otro perfil que fuese garantía de un verdadero cambio.

Esa candidatura inexistente estaría hoy poniendo el dedo sobre la llaga. Cuestionaría, por ejemplo, la demagogia de varios de los candidatos que prometen cosas que no fueron capaces de cumplir cuándo ejercieron alguna función pública. Pero sobre todo, podría delinearnos un verdadero plan de gobierno que abarcaría necesariamente los siguientes puntos:

  1. Una revisión del saqueo que pretenden continuar los Coppel con los terrenos de la presa Abelardo L. Rodríguez.
  2. Una revisión del “negocio”, disfrazado de retenes de antialcohol, que han implementado las últimas administraciones y que ha propiciado la generación de un verdadero grupo mafioso que involucra a Autoridades policiacas, médicos legistas, jueces calificadores y, por supuesto, al titular de la alcaldía. Lo digo con conocimiento de causa a raíz del conflicto que permanece vigente entre el Ayuntamiento y un servidor, a pesar de que hay una Recomendación de la CNDH emitida en Mayo de 2016, razón por la cual esa mafia pretende cobrarme mi osadía reteniendo en prenda mi carro.
  3. Una revisión de todo tipo de contratos que resultaría, seguramente, en la detección de los moches que tanto se han denunciado. Podríamos saber, por ejemplo, cuanto ganó el Mal Oro Acosta por la Privatización del Alumbrado Público, quiénes son los beneficiarios de los contratos de bacheo que se multiplican cada vez que llueve en la ciudad capital.
  4. Una revisión de ese programa implementado, que podría llamarse “Primero matas después viriguas”, para combatir a los macheteros, o cualquier individuo que porte un arma blanca y tenga un enfrentamiento con la policía local.
  5. Una revisión del grado de contaminación que ha alcanzado el municipio a raíz de esa cultura permanente de acabar con nuestras áreas verdes.

Si toman nota, Ustedes que se toman la molestia de leerme, se fijarán que usé la expresión “Una revisión” y no marqué propuestas concretas que debieran tener el candidato o candidata que no se presentó a esta contienda electoral. La razón es muy sencilla, cualquier líder para ser coherente con sus propuestas debe tener información precisa del quehacer político, pero eso de la transparencia es algo que no se les da a quienes reciben actualmente el mote de políticos.

Así es que, si decido votar, buscaré en las opciones que se me presentan, algo de coherencia entre el decir y su pasado político. Veré, sobre todo, la capacidad para tomar sus propias decisiones y no sean títeres de los grupos económicos locales o nacionales.

Isabel Dorado Auz.

auz3@correom.uson.mx