#DíasdelFuturoPasado 34
A mediados de la década de los treinta F.D. Roosevelt, entonces presidente de los Estados Unidos implementó un plan para sacar a su país de la crisis económica en la que vivían en ese momento conocida como la Gran Depresión. En teoría, este plan llamado “New Deal” presentaba una serie de reformas que ayudaron a los Estados Unidos, sino a salir de la crisis, al menos a instalar un Estado de Bienestar. En la práctica, desde ahí comenzaron a poner los cimientos para la entrada del neoliberalismo de la mano de la Segunda Guerra Mundial que los ayudó no solo a salir del bache económico, sino que los convirtió en lo que son ahora.
Más allá de lo que los economistas pueden argumentar, el “New Deal” y su supuesto Estado de Bienestar es el responsable de esta cara amigable que maneja el libre mercado y que tanto daño ha causado en la naturaleza y en las poblaciones humanas vulneradas por el propio modelo de producción-consumo.

Ahora en plena crisis socio-ecológica que nos esta llevando peligrosamente al fin del Antropoceno -afortunadamente- con muchos cambios civilizatorios que nos pondrán en jaque como civilización, incluso nuestra propia supervivencia está en riesgo, intelectuales, senadores, activistas y una serie de personajes como Bernie Sanders, Alexandria Ocasio Cortéz, Naomi Klein proponen un nuevo plan para salir de la emergencia ecológica que nos afecta. El nombre de este plan es: “Green New Deal” y tiene como base de acción la propuesta de Roosevelt, pero adaptada a los nuevos tiempos.
Según sus promotores este nuevo pacto verde nos ayudará a salir de la crisis socio-ecológica que vivimos y lo hará principalmente apostando por energías renovables mal llamadas limpias. Eso si sin cambiar un ápice del modelo de producción-consumo, ni cambiando el sistema de clases que mantiene el capitalismo, es decir su propuesta no va más allá mantener el maquillaje verde, esta vez bajo el argumento de crisis, emergencia y otros conceptos que ya están adoptando en su lenguaje seudo-socialista.
A pesar de mantener -según ellos- a la naturaleza como el centro del pacto, la verdad es que los cambios propuestos son pocos, mantienen el crecimiento económico y el PIB como principales indicadores del estado de bienestar y no hablan de la extracción y sus impactos a la naturaleza y las comunidades afectadas. Siguen con una lógica economicista que se contrapone a cualquier proyecto de defensa del territorio y la naturaleza. Es claro que este “Green New Deal se propone desde el Norte Global donde el Sur participa poco en las decisiones. Baja directamente desde el Imperio. No hay más que reconocer el histórico papel de extracción, violencia que Estados Unidos a propiciado desde mediados del siglo XX a la fecha en zonas estratégicas para el modelo de producción-consumo para entender que este pacto dista mucho de ser una alternativa.

Este pacto promovido por la izquierda progresista, electoral, muy poco comunitaria ya habla de una cuarta revolución industrial ad-hoc a los tiempos que vivimos. Para esto buscan modificar la forma de producción de energía cambiando de energías fósiles a energías renovables. Aquí esta el primer error. No están buscando cambiar la matriz energética, ni la cantidad de energía que se consume actualmente, al contrario, se parte de una idea errónea que incluso con energía limpia podemos aumentar el consumo. Primero, el cambio de la matriz es fundamental para poder avanzar hacia medidas que permitan una transición justa y adecuada. Una matriz municipal, comunitaria es el camino correcto, no los grandes proyectos energéticos para los cuales se necesita mantener y aumentar la extracción de materia prima -utilizando sus conceptos economicistas- se necesitan cientos de miles de tonelada de metales y minerales para las granjas solares y sus paneles, para los parques eólicos, para su energía geo motriz.
Todos estos megaproyectos mantienen la extracción como el punto principal para que puedan funcionar. La naturaleza sigue estando al servicio del capital y los costos socio-ecológicos los pagan las poblaciones mas vulneradas por el sistema. Mantienen la lógica del crecimiento económico, pero esta vez lo pintan de verde y sustentable. El segundo error es creer que las energías renovables nos pueden proveer de la misma cantidad y eficiencia técnica que la que nos dan las energías producidas con combustibles fósiles. No hablar de reducción energético o no modificar la matriz energética es un error a pagar pronto si este pacto se mantiene, aunque lo más seguro es que ya tengan todo preparado para lo que se viene.
Existen tres factores a considerar dentro de las problemáticas a las que nos enfrentamos. Todos ellos relacionados con el modelo de producción-consumo y el sistema de clases que tenemos desde la revolución industrial a la fecha, pero perfeccionado con el “New Deal”. Estos son en orden de importancia. El consumo desmedido, que nos lleva directo al colapso civilizatorio y es el principal culpable de las extinciones masivas de seres vivos -flora y fauna- del Antropoceno. El modelo de producción lineal es el principal factor. Segundo es tecnológico. Nos han hecho creer que a mayor tecnología mejora nuestra calidad de vida. Para algunos antropólogos radicales como el colectivo editorial de la revista Fith Estate en los años ochenta, la tecnología llegó a su punto máximo para ofrecer comodidades en la década de los setenta del siglo pasado, lo demás ha sido para aumentar el control del sistema. El tercero que es el que mediáticamente recibe más golpeteo es la sobrepoblación humana. Este último a pesar de ser el mas satanizado no es el más importante, primero porque es relativamente fácil regular la sobrepoblación y hay una tendencia hacerlo; además que en este momento una buena distribución del territorio, de los alimentos, así como una reconstrucción de las ciudades y el campo podrían ser suficiente para mantener a toda la población actual. Tanto el consumo, como la tecnología no son contemplados para una modificación de raíz en este nuevo pacto ahora llamado verde. Intenta mantener un modelo lineal, insustentable e insostenible.

Este pacto es el último intento del capitalismo por detener la mutación hacia el neofeudalismo que con todo y sus beneficios será un cambio poco agradable. Tristemente es avalado por personajes con cierto respeto dentro de los movimientos sociales, tienen credibilidad entre muchos grupos que apuestan no por un cambio de raíz pero si un cambio mínimo, como son por mencionar un ejemplo necesario, tienen credibilidad para Greta Thunberg y su movimiento Fridays for Future, por lo que el “Green New Deal” se presenta como parte de las soluciones a la emergencia climática y por lo tanto en la COP25 será el emblema y la petición más fuerte por parte de los gobiernos. Reconocer la emergencia climática como el problema y el “Green New Deal” como la solución. Ya las instituciones financieras internacionales y las corporaciones se frotan las manos por lo que pueden hacer con esto.
Estamos ante el final del capitalismo tal como lo conocemos y no son buenas noticias. Esta es una realidad innegable. Nos toca a nosotras entender y prepararnos no con pactos que se firman desde arriba sin la participación de las comunidades. Es necesario comenzar a decrecer, trabajar en colectividad desde lo local. Recuperar viejas/nuevas formas de relacionarnos. Comunitarias, colectivas, de apoyo mutuo, de lo contrario, el sistema y sus pactos pintados de verdes nos mantendrán como lo que esperan que seamos. Esclavos de su modelo.
Piensa global, actual local.
*Jorge Tadeo Vargas
Activista, anarquista, biólogo, panadero artesanal y coordinador de lidecs.
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