El agente integrante de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC), Octavio Ayala Lugo, quien fue asesinado el miércoles por la mañana, era uno de los que brindaba seguridad a las Madres Buscadoras en sus recorridos, y fue uno de quienes las protegieron el domingo pasado en Huatabampo cuando fueron recibidos a balazos en una casa de seguridad.

Alrededor de las 8:00 am  del miércoles 14, Ayala Lugo salía de su domicilio en aquel poblado para iniciar una jornada de trabajo cuando un grupo de sujetos lo atacaron con arma de fuego para privarlo de la vida.

Apenas el domingo 11, un grupo de Madres Buscadoras de Sonora, con Cecilia Flores a la cabeza, atendió una llamada anónima que le indicaba un domicilio donde posiblemente encontrarían inhumaciones clandestinas.

Al llegar al lugar, la comitiva de Madres y los elementos de seguridad fueron recibidos a balazos: “Cuando llegamos al lugar hubo balazos, nosotros quedamos en medio de las balas porque nuestra camioneta era la segunda”, cuenta Cecilia Flores Armenta.

Se bajaron inmediatamente de la caja de la camioneta pick up y se metieron todas como pudieron en la cabina del otro vehículo. Se trataba de más de 10 madres, algunas adultas mayores.

Los elementos de la AMIC respondieron el ataque: “la comandante que venía delante de nosotros se bajó corriendo y tiró balazos”, dice Lidia Hernández. Los agresores aparentemente huyeron, pues las testigos hablan de que vieron una “persecución, personas corriendo y las autoridades detrás de ellos”.

Hasta el día viernes no se ha dado una versión oficial de esos hechos por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE), aunque las Madres aseguran que en la casa estaba un hombre privado de su libertad, probablemente herido o deshidratado, por lo que pidieron una ambulancia.

La información de que uno de los delincuentes logró huir, si hubo o no arrestos, o la posibilidad de que en la casa haya fosas clandestinas, nada de esto ha sido aclarado por las autoridades.

Sobre la muerte de Ayala Lugo, el gobernador Alfonso Durazo lamentó lo sucedido, dijo que ya se investiga el caso: “nuestro pésame a la familia, valoramos mucho el trabajo de los elementos de esta agencia; sabemos que es una actividad que tiene riesgos”, dijo Durazo. El móvil sería, según el gobernador, uno relacionado con el crimen organizado.

Por su parte, la Fiscalía aseguró que trabajan diversas líneas de investigación, incluidos todos los operativos en los que participó el agente.

Según lo dicho por las Madres Buscadoras, en las búsquedas recientes el agente fue uno de los encargados en brindarles seguridad.

Apenas dos días antes, en sus redes sociales, las madres les agradecían llamaron sus héroes. Ahora dicen estar consternadas, en pánico por la muerte del agente.

Cecilia Flores publicó un video en el que dice lamentar lo ocurrido y exige a las autoridades dar de inmediato con los responsables.

“Hay mamás que están en pánico, de por sí sufrimos mucho para salir a buscarlos y el hecho de que maten a los elementos de seguridad que nos protegen en las jornadas, pues las madres están aterrorizadas, no quieren salir, están renunciando”, comenta Flores Armenta.

Y aclara: “nosotras no andamos buscando casas donde pueda haber gente privada de la libertad, no es nuestro plan, nosotros no tenemos armas. Nos dijeron que era una casa en donde podríamos encontrar lo que buscábamos. A lo mejor era una trampa y no sabían que traíamos tanta seguridad”.

Cecilia Flores deja en claro que las Madres Buscadoras de Huatabampo no participaron en esos eventos pues ya se habían retirado, puesto que la jornada de búsqueda de ese día ya había concluido. Al recibir la llamada anónima, Flores Armenta pidió a los agentes acompañarlas al domicilio.

“Deslindamos a cualquiera, yo asumo la responsabilidad de lo que pueda pasar, no vamos a poner en riesgo a gente inocente, como  las buscadoras de Huatabampo que están en pánico pensando que las puedan relacionar con los hechos del domingo y les ocurra algo como al agente Octavio”.

Redacción: Libera Radio, con información de Gabriela Medina y Madres Buscadoras de Sonora.