El sacerdote Eduardo Aguilar Navarro, secretario ejecutivo de la Conferencia del Episcopado Mexicano, llegó a San Cristóbal de Las Casas a acompañar a integrantes de la Diócesis, y a los obispos Rodrigo Aguilar y Luis Manuel López Alfaro; ello tras el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez.

“Venimos en una representación para hacerle sentir en primer lugar a la iglesia chapaneca que Chiapas no está solo. Los obispos de México acompañan a los pastores que peregrinan en esta tierra, en esta tierra chiapaneca que a lo largo de tanto tiempo siempre ha tenido situaciones complicadas de ausencia de paz”, dijo el religioso.

Habló sobre el Diálogo Nacional por la Paz, un proceso que tiene su origen en el asesinato de los sacerdotes jesuitas en Cerocahui, en la Sierra Tarahumara, en junio de 2022, y que busca, con apoyo de la CEM, organizar a cabo discusiones sobre la situación de violencia en el país, con el enfóque en la construcción de procesos de paz.

También llegó Ana Paula Hernández Romano, coordinadora del Diálogo Nacional por la Paz en México, quien informó que buscarán impulsar este proceso con el gobierno que el próximo diciembre entra en funciones.

Cuestionada sobre la denuncia implícita que feligreses de la Diócesis de San Cristóbal realizan al señalar como un problema la “narcopolítica”, Ana Paula Hernández dijo que no se puede hablar de paz si no hay justicia y si no hay seguridad, “y con ello la percepción de seguridad también; en ese sentido, sin duda en el país y en territorios específicos como Chiapas, como Guerrero, como la Tarahumara, como Guanajuato, Michoacán, hay muchísimo por hacer y el tema de la gobernanza atraviesa el tema de estas alianzas entre la política y la delincuencia organizada, y es una cosa a la que no podemos obviar”.

Sin embargo, dijo, “no somos quienes vamos a confrontar con la autoridad, sino a través de nuestras acciones de paz y la promoción de la paz, esto pueda llegar a la conversión de esos corazones que muchas veces se han dejado corromper o que han llegado a generar una narcopolítica”.