En el marco del día de San Valentín, un grupo de madres y familiares pide a la comunidad eclesiástica de Chihuahua no olvidarse de todas las personas desaparecidas. También señalan que el reciente nombramiento de César Jauregui como nuevo fiscal no garantiza resultados ni avances en las investigaciones, así como el notorio rezago en los análisis forenses de restos humanos.
Texto de Óscar Rosales
Fotografías de Raúl Fernando Pérez
Con corazones, fotografías, lonas y mucho amor, fue que un grupo de madres y familiares de personas desaparecidas protestaron durante la mañana de este martes de San Valentín, a un lado de la Catedral Metropolitana de la capital e hicieron una petición particular a los padres de la iglesia en Chihuahua: orar por sus hijos e hijas.
“Se los pedimos de todo corazón, vemos que piden por todos, y ahora les pedimos (a los sacerdotes) que pidan por nuestros hijos desparecidos”, dijo Lourdes Hernández, madre de Pamela Portillo Hernández, desaparecida el 25 de julio del 2010.
Acompañadas por el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), las madres colgaron corazones hechos por ellas mismas, con los nombres y fotografías de sus hijos e hijas en las rejas que rodean al principal templo católico de la ciudad.
“Nacho, hasta encontrarte mi vida”, “Papito Valerio, te extrañamos, te queremos conocer”, “Osiris, te seguiré esperando”, “Tony, te buscaré hasta el último aliento”, son tan solo algunos de los mensajes que se pueden leer en la lona que colocaron junto a los corazones y fotografías.
Para Guadalupe Ortega Sáenz, madre de Román Eduardo Chaparro Ortega, a quien desaparecieron en septiembre del 2011 en la ciudad de Cuauhtémoc, la elaboración de estos corazones y la protesta pública son actos que le ayudan a subsanar el dolor y que sirven como un recordatorio a las autoridades para que no olviden sus casos. A la par de su hijo, Guadalupe también busca a su esposo Natividad Chaparro Ríos, lo desaparecieron hace quince años en la ciudad de Lerdo, Durango.
“La esperanza no ha muerto, de que los volvamos a encontrar, porque yo creo que todas estamos en la misma situación. Siempre va haber una lucecita de esperanza, que ojalá y podamos saber algo de ellos”, compartió Guadalupe.
Carolina Revuelto, esposa de Raymundo Valerio Perea, a quien desaparecieron en el tramo carretero Cuauhtémoc-Creel en 2013, invitó a la sociedad chihuahuense a ser más empática con las familias de desaparecidos, que si cuentan con información o algún indicio que ayude a dar con el paradero de sus familiares, no teman en compartirlo, ya que es algo que puede ser de manera totalmente anónima. También pide que no se les señale negativamente por manifestarse, ya que la situación por la que atraviesa ella y el resto de mamás es algo que podría sucederle a cualquier familia.
Desde la desaparición de su esposo, Carolina, su hija e hijo (a quien Raymundo no ha conocido) quedaron muy vulnerables: tuvieron que mudarse de ciudad y se han esforzado fuertemente para reintegrarse a la sociedad.
“Tanto la autoridad como la sociedad tiene que tener más empatía para con nosotras, que no nos vean como raras, ni que andamos dando molestias, que jamás es la intención. No es nada grato tener que estar aquí”, añadió.
Cambios en Fiscalía no garantizan resultados
El grupo de madres y familiares compartió que la mayoría de ellas se reunió el pasado viernes diez de febrero con el nuevo titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), César Jauregui Moreno, donde se les prometió avances futuros en los casos.
Sin embargo, hay familias que consideran que los recientes cambios en la FGE, no garantizan resultados en los casos de desaparición. Para muchas, encuentro tras encuentro con autoridades, resulta en un proceso agotador y desgastante.
Un caso que ejemplifica lo anterior es el de Yessenia Carrera, madre de Carlos Antonio Perales Carrera, quien decidió no estar en el encuentro con Jauregui, ya que explicó que es un servidor público con el que ha tratado desde hace varios años y siempre se ha mostrado indiferente e insensible a las necesidades de las familias.
A Carlos lo desaparecieron junto con otros seis compañeros de trabajo en el municipio de Galeana, el 28 de agosto del 2015, mientras instalaban una antena de la FGE con recursos de la Iniciativa Mérida, un programa de seguridad entre Estados Unidos y México, durante el sexenio de Calderón.
Yessenia recordó que en una reunión con Jauregui, mientras todavía era secretario general de la gobernadora María Eugenia Campos Galván, este les dio su número de celular para que se comunicaran con él, que dijo estar “para ayudarlas”, pero jamás contestó.
“Yo tengo miedo que ahora que esta ahí, no nos haga caso (…) ha sido una persona que no te escucha. Quiero equivocarme y que sean mentiras, que en realidad haga su trabajo”, declaró la madre de Carlos, quien espera que el nuevo Fiscal no replique la apatía que ha manifestado anteriormente.
El reciente nombramiento de Jauregui al mando de la FGE, estuvo rodeado de polémica debido a su participación en el esquema de la ‘nómina secreta’ del exgobernador César Duarte, quien actualmente tiene prisión preventiva en el Centro de Readaptación Social #1 (CERESO) de Aquiles Serdán, por los delitos de peculado y asociación delictuosa.
Yessenia espera poder volver a ver pronto a su hijo, aquel que sigue amando y buscando, aquel quien era el primero en darle un abrazo cada día de San Valentín.
Rezago en trabajos forenses
Carolina Revuelto señaló que uno de los problemas que más le llamó la atención durante reunión con la Fiscalía, es el rezago en el análisis de los cientos de restos humanos que tiene la autoridad. Desde 2014, tras la desaparición de un hermano, ella ya había constatado esa “enorme” deficiencia.
“Ese hermano a los 15 días lo encuentran y lo que pasa es que lo echan a la fosa común, siendo que yo dejé muestras de ADN, estuve preguntando y jamás me lo entregaron”, explicó Revuelto.
Con la ayuda del CEDEHM, Carolina logró generar más presión a la Fiscalía y descubrió que su hermano tenía ya cuatro años en aquella fosa común. “Imagínense la molestia, la incertidumbre, de me quedé con la idea de que tal vez en ese rezago también pueda estar el padre de mis hijos ahí”, añadió.
Este problema de rezago, ya ha sido señalado con mucha insistencia por otra decena de familiares de personas desaparecidas. De acuerdo con informes de la FGE, expuestos durante una protesta en abril del año pasado, de 2019 a octubre del 2021, se localizaron 15 cuerpos y más de 300 restos óseos en la mina de Santo Domingo, del municipio de Urique.
Publicado originalmente en raichali.com / Aquí puedes leer la original.