Por Isabel Dorado Auz
Ese es el nombre del movimiento que han creado quienes integran la etnia Mayo del norte de Sinaloa, mismos que se oponen a la planta de amoniaco que se pretende instalar en la Bahía de Ohuira.
Dicho proyecto, autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en 2014, impacta directamente los modos de vida y el ecosistema de las comunidades aledañas a la laguna costera, según lo expresado por Claudia Quintero Sandoval, líder indígena de la localidad de Ohuira, en nota publicada por Causa Natura. La opositora afirmó que se afecta directamente a más de 4,500 pescadores. Ahí trabajan una decena de cooperativas, integradas en dos federaciones pesqueras: Siglo 21 y Norte de Sinaloa-Sur de Sonora.Se aprovechan especies como la almeja chocolata, almeja china, pata de mula, pargo, camarón, entre otras. De esta actividad depende la subsistencia de la mayoría de los pobladores que viven en la zona.Además, la bahía es considerada un sitio sagrado para las comunidades indígenas, con más de 10 centros ceremoniales.
Causa Natura también nos informa que, desde la autorización del proyecto, la compañía no ha avanzado en la construcción debido a una oleada de amparos y denuncias. Lo cual provocó una consulta indígena ordenada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), luego de amparar en abril de 2022 a la comunidad mayo o yoreme de Lázaro Cárdenas, ubicada a 7.5 kilómetros del terreno de la planta.
Según Tribuna de la Bahía, en su portal de internet, se comenzó a construir la planta en un humedal protegido por el convenio Ramsar desde 2009, lo que inició el proceso de destrucción y contaminación del área que supuestamente está protegida por normas internacionales.Se dice que la producción de amoníaco será de poco más de 770 mil toneladas al año.El sitio Ramsar alberga no sólo a aves playeras, sino que también es hábitat del delfín nariz de botella y zona de cría y alimentación de las tortugas prieta y carey, así como de peces y crustáceos de importancia comercial, de acuerdo con un estudio realizado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Tribuna de la Bahía nos dice también que actualmente la planta es una obra en construcción de 26 hectáreas, pero en el proyecto se prevé que la afectación sea de 126 hectáreas, es decir, apenas se ha construido una quinta parte. Aunado a ello, la empresa en su solicitud de permisos ante Semarnat calculó que necesitará 2 millones de litros de agua de mar por hora durante los 365 días del año para mantener frío el amoniaco y así evitar que se evapore. El agua tendría que ser sustraída de la bahía y luego se descargaría con una temperatura distinta, entre 1 y 3 grados más y con sustancias químicas.
Fuimos invitados, por nuestro amigo Guillermo Sandoval, a una manifestación para el próximo domingo 6 de noviembre que iniciaría a las 8 a.m. en la Ciudad de Los Mochis y terminaría en el lugar donde se pretende instalar la planta de amoniaco, en Topolobampo. Una comitiva de nuestro Colectivo, Ciudadanía Activa Sonora, está haciendo los preparativos para acudir a esta manifestación y solidarizarnos con quienes se oponen a la instalación de la planta de amoniaco.
Seguiremos informando.