• Prepara tu suelo, consigue semillas y siembra con la Luna en un lugar soleado

Por Luis Enrique Ortiz

La Luna ejerce una influencia significativa en la conducta de la naturaleza, regula la cantidad extra de luz que la Tierra necesita para que ocurra el milagro de la vida como la conocemos y es tan cabrona que la sigue el agua de los océanos por su proximidad con el planeta, es responsable de la magnitud de las mareas.

Selene es más pequeña que Pacha Mamama, pero es responsable de la conducta de esta, de todos sus habitantes, incluso de las semillas en especial aquellas que pueden ayudar a producir alimentos inocuos, sanos y regenerativos.

La Luna ejerce mayor influencia sobre la Tierra en la medida que se llena de la luz del Sol y ni siquiera necesita energía propia, sino la voluntad de hacerlo y el único satélite natural de nuestra casa, podrá ser frío, pero no nunca falta a su cita con ese jaloncito extra que eleva la tasa de germinación de las simientes.

Este mes de diciembre reúne condiciones excepcionales para quienes gustan de producir una parte de sus alimentos #sinagrotóxicos, sanos, mineralizados, regenerativos, nutracéuticos. O como decía el viejo Hipócrates: “que tu alimento sea tu medicina”.

La reducción de las temperaturas provee de manera gratuita el clima para el cultivo a partir de semilla o plántula de todo tipo de lechugas, acelgas, cilantro, rábanos, repollo, zanahoria, frijol ejotero, yorimunni, yerbabuena, epazote, espinacas, perejil, apio, betabel, brócoli, papa, coliflor, cebolla, chiles, ajo, arúgula y muchas que de seguro después recordaré.

Previo a cualquier tarea de siembra se debe estar seguro de que se cuenta con agua suficiente, un lugar (del tamaño que sea) con bastante sol al menos 8 horas de luz directa cada día.

Existe una consideración adicional que debe tenerse en cuenta para tener un huerto exitoso y es la calidad del suelo, así como de conocer algunas estrategias de control de plagas y regular la nutrición del mismo de manera natural, sostenible, sustentable, sin #agrotóxicos.

Para una buena producción se necesita un suelo muy fértil y sano.

Este se puede más o menos “hacer”, con una buena mezcla de sustratos, materia orgánica, minerales e incluso propiciando la generación de microbiología por medio del compostaje, pero si no tiene chanza de hacer composta y quiere empezar ya a sembrar sus lechugas y la arúgula con la que quemará en enero las grasas de las fiestas de fin de año, compre tierra para matas en cualquier vivero, métale un tercio de tierra lama y otro de peat moss y/o perlita, mezcle todo y adelante.

Una vez que tiene su lugar soleado, con suelo fértil y agua aunque sea del “mini split” o de la lavadora (sin cloro y un breve proceso), espere a que llegue la fase cuarto creciente del astro y a partir de ahí y armado con algunas semillas de las plantas que le platiqué antes, siembre de manera directa al suelo sobre todo rábanos, betabel, zanahoria, ajo, cebolla, cilantro, calabaza.

Considere distancia entre plantas, entre surcos, deberá entutorar plantas como tomate o pepino y no todos las plantas se llevan bien, hay que conocer un poco el tema de los policultivos, la biodiversidad, la milpa.

Algunos como la papa requieren poca agua para su desarrollo, en cambio la lechuga es más demandante, sin embargo, al final esta consume menos liquido ya que su ciclo es de 45 días, en tanto que el del tubérculo puede ser de más de 120 días.

Del 19 al 31 de diciembre, se recomienda sembrar en “charola” o semillero otras como lechuga, espinaca, brócoli, pepino, aromáticas y flores, esto nos permite una mejor manejo de las semillas, con un gran ahorro y elevar la tasa de geminación más allá de la Luna y contar con repuestos, porque hasta al mejor agricultor se le pueden secar las plantas.

Quienes siembren en charolas podrán trasplantar exactamente a partir de un día después del cuarto menguante y el más próximo es del 4 al 16 de enero, de preferencia.

Es posible que deba proteger contra gatos, aves u otros intrusos que pueden afectar su tasa de éxito, en el tema de la producción para auto consumo. Tal vez sea esta, junto con la reforestación, la mejor forma de ayudar al mundo natural a prevalecer y regenerarse.

Siembre con la Luna y no sólo tendrá un alimento sano, sino ese fotón escondido en lo que coma que le de el empujoncito extra para germinar o florecer, según sea el caso.

Si no tiene patio, con una chingada siembra en macetas. Una planta de tomate, las papas que se te nacieron el refrigerador o las semillas de papaya de tu desayuno.

Hágale un favor al mundo y a Usted mismo, compre menos y produzca más, contribuya a reducir el desperdicio mundial de alimentos que según estimaciones de organización es internacionales como la FAO, es de alrededor del 30%.

Gaste menos y ahorre, haga el propósito de que a partir de 2024 nunca volverá a comprar el kilo de tomate a 50 pesos o una lechuga en 40, cuyo costo de producción no llega a los dos pesos.

Aunque sea por joder, pero siembre.

Publicado originalmente en: https://www.facebook.com/luisenrique.ortiz1