Extraído del Border Hub. Por Melva Frutos.
Desde 2018, César Gaytán apoya en la coordinación e impulso de nuevos contenidos y proyectos de innovación en el periódico Vanguardia de Saltillo y está convencido de que hoy, periodistas y medios de comunicación requieren lectores que los reten permanentemente y les exijan mejor información.
Los medios de comunicación transitan a nuevas plataformas utilizando las mejores tecnologías para captar más audiencia, pero antes que nada se debe pensar en la contribución a la sociedad.
César Gaytán prepondera la aportación del contenido en favor de la comunidad antes de las múltiples proezas técnicas que se pueda aplicar para dar a conocer el contenido.
“Más allá de las cuestiones técnicas y modelo de negocio, ¿realmente para qué estamos usando las herramientas que tenemos? ¿Para qué sirve una tapa de periódico? ¿para qué la portada?
“La portada es sólo para poner una nota de ocho columnas y poner una agenda, ¿o estamos escuchando realmente lo que la gente tiene que decir y le estamos poniendo atención a las necesidades de nuestra audiencia?”, cuestiona el coordinador de contenido del periódico Vanguardia.
Y agrega que no se debe deliberar cómo ser más atractivos, sino cómo ser más relevantes y además ayudar a la sociedad.
Desde 2018 Gaytán apoya en la coordinación e impulso de nuevos contenidos y proyectos de innovación en el medio establecido en Saltillo, Coahuila.
Trabaja de la mano de los reporteros que realizan reportajes especiales de mediano y largo aliento.
Gaytán recalca la premisa de que el periodismo debe ser una herramienta que empodere a la sociedad, que cuestione y sea crítica, “necesitamos lectores que nos reten y nos digan, ‘oye, yo quiero mejor información’.
“Eso finalmente termina construyendo una mejor sociedad y creo que los periódicos también están para eso. Si no nos enfocamos en la gente, pues me parece que también habría que cuestionar para qué seguimos haciendo periodismo”, advierte.
Hay incontables instrumentos tecnológicos detrás de las “vistas” de un medio de comunicación. Antes de la impresión de un periódico se pasa por importantes procesos.
Sin embargo, al final se trata de personas, agrega, de historias que se deben contar con calidad y que los lectores deben conocer.
El comunicólogo por la Universidad Autónoma de Coahuila llegó en agosto 2009 a hacer sus prácticas profesionales a Vanguardia.
Empezó en edición de video y después pasó a formar parte del equipo de redacción. Inició desde cero aprendiendo de periodistas experimentados bajo la tutoría de quien entonces era editora, Kowanin Silva.
En 2014 puso pausa al periodismo y tomó talleres de literatura con reconocidos escritores, como Julián Herbert.
Ese mismo año obtuvo el Premio Estatal de Periodismo y el Premio Cultural de la Universidad Autónoma de Coahuila. Este último lo volvió a obtener en 2018.
Posteriormente, durante un par de años trabajó en una escuela de creatividad digital, “me dio muchas herramientas que, cuando regresé a Vanguardia en 2018, pude empezar a integrar cosas que no sabía que tenían que ver con el periodismo, como tecnología, empezado a pensar más en periodismo de datos, que era un mundo muy desconocido para mí”.
Sacar el máximo provecho de los recursos tecnológicos para mostrar las notas y reportajes, es parte de lo que ahora hace en Vanguardia.
“Que podamos estar mejorando productos y sacando nuevos proyectos. Mejorando procesos para hacer mejor periodismo, esto puede ser con una célula de reporteros, y trabajamos un tema que finalmente tiene una salida, (ya sea) como una nota, un reportaje, a rediseñar algunas secciones, a replantear el contenido que estamos haciendo de manera más estructural, más de fondo”, detalla.
Con todo el “background” de literato y comunicador vanguardista, Gaytán se da tiempo para escribir historias que cumplen con la demanda temporal, pero con un toque de sensibilidad poética.
“La muerte por COVID-19 no es bienvenida” fue publicado bajo su autoría el pasado primero de agosto en Semanario de Vanguardia y el Border Hub.
El texto de seis capítulos fue una especie de catarsis. Inicia narrando cómo el 3 de noviembre de 2020 su pareja, Elizabeth se entera que se ha contagiado. Él dio negativo a la prueba.
No obstante, no pasaron muchos días para que los síntomas invadieran su cuerpo, para después estar 24 horas conectado a un respirador.
“Así inició la pesadilla más grande de nuestras vidas. Y sí, el inicio de esta crónica es pantanosa, porque cada quién vive el COVID-19 a su manera y aunque en total la penuria duró dos meses, para nosotros fue como un día bochornoso cuyas horas se alargaban eternamente sin llegar al final mortífero previamente anunciado”, detalla la publicación.
Con una prosa muy literaria, Gaytán va contando su experiencia por lo que considera la ronda de la muerte por su vida, por la de sus seres amados, hasta “La resurrección”, pormenorizando las secuelas y la complejidad de tratar de volver a la normalidad.
El periodista destaca que el texto se construyó en una mezcla de literatura y periodismo porque deseaba incluir la influencia de cierta poesía que en ese momento invadía su mente.
“Tuve una referencia muy particular, es un poema, que cuando yo estuve enfermo traía mucho este poema en particular, que es Hospital Británico de Héctor Viel.
“Dije, ‘quiero hacer algo con eso’, porque ciertos versos de esta ese poema me están hablando. Obviamente no estoy hablando de plagio, sino, dije ‘siento que me está pasando algo similar’, en cuanto a lo que me hace sentir ese poema”, revela.
Cuenta que haber tenido una estructura previa del texto que iba a entregar fue fundamental para su construcción.
“Tú borrador está más cerca de ser una versión final si tienes una estructura previa, que si te sientas con la hoja en blanco e intentar resolver sin una premisa”, advierte.
Primero fue escribiendo bullets de cómo sería la estructura, explica, detalló las escenas cronológicamente y fue agregando datos duros de la situación del virus.
“Ayudó a que saliera mucho más rápido, y a que también supiera qué información me faltaba, porque finalmente, no es sólo una vivencia y ya, también, obviamente, metimos datos duros. Ir haciendo esta estructura me dio muchas pistas de que necesitaría cierta información”, añade.
Al ser parte de la transformación del medio para el que trabaja, apuesta al progreso digital, no obstante, es partidario de ir más allá de la premisa de la nota diaria.
Observa el gran valor que da a la sociedad que los medios se aboquen a la creación de mejores contenidos, simbióticos y profundos.
“Me encargo de luego rescatar ciertos temas y decir, ‘ah, esto lo podemos hacer con más detenimiento, mejor planteado, más grande’, ‘¿qué tal si en vez de una nota hacemos un reportaje y además en digital y lanzamos un video?’”, precisa.
El periodismo va más allá de sólo reaccionar, afirma, pues hay trabajos y temas que requieren de una maduración.
“Obviamente tenemos que cumplir siempre con un cierre, pero ahora me estoy dando cuenta que al periodismo le hace falta el pensamiento lento, de decir, ‘vamos a replantearlo’, porque finalmente, esto termina impactando en la vida de la gente”.