Luis Enrique Ortiz
Después de las elecciones del pasado 2 de junio y en el marco de temperaturas de 40 grados o más, se han dado de manera casi consecutivos delitos de alto y muy alto impacto, desde San Luis Río Colorado hasta Bácum y más allá, pasando por Caborca, Hermosillo y sus alrededores.
Enfrentamientos entre grupos del crimen organizado dejaron tres muertos en el extremo noroeste de Sonora, en tanto que dos ganaderos de la región de Caborca-Altar, han desaparecido después de que su rancho fue incendiado por presuntos sicarios. También se llevaron al vaquero.
Horas más tarde, un alto funcionario del ayuntamiento de Cajeme, director del organismo operador del agua, fue asesinado cerca de Loma de Bácum de dos balazos en la cabeza y según la policía ministerial el móvil del crimen fue el robo carretero. Podrán decir que se trata de hechos aislados, pero de alto impacto, pero donde la cosa no cambia es en Caborca.
Ayer fue levantado por civiles armados un elemento de la policía municipal ¿plata o plomo?, pero el día anterior enfrentamiento callejero entre bandas rivales dejó un saldo oficial de tres muertos. Apenas un día antes, las fuerzas armadas decomisaron por aquellos mismos rumbos media docena de fusiles cuernos de chivo, y un vehículo blindado de los llamados “Rhino”, “monstruo” o narco tanque.
Pero 24 horas antes habían sido arrebatados a alguno de los grupos armados que se disputan el control territorial, cuatro vehículos con blindaje artesanal. Esto ocurrió en la Y Griega del municipio de Caborca.
El día previo habitantes del vecino municipio de Santa Ana, del ejido El Claro, reportaron balaceras entre bandas rivales que incluye el uso de drones porta granadas y que algunas han caído al pueblo. Tienen miedo y consideran irse.
Previamente, el Ejército informó el decomiso de otro carro monstro en el municipio de Plutarco Elías Calles y cinco mil cartuchos útiles, tampoco se reportaron detenciones o bajas.
La jornada anterior trabajadores agrícolas reportaron por redes sociales, la presencia de gente armada que impedía el ingreso a los campos donde laboral.
Cuando sí hubo detenidos, fue el 25 de junio -cinco- en Caborca, donde también la Secretaría de la Defensa Nacional, decomisó otro vehículo “arreglado”, casi tres mil cartuchos y hasta una ametralladora antiblindaje de las conocidas como calibre 50, entre otras armas.
El mero día de San Juan fueron localizados dos cadáveres dentro de bolsas negras, en el kilómetro 8 de la carretera a La Costa, en Caborca. En Cajeme, donde ciertamente ha disminuido la frecuencia de asesinatos, ocurrió algo similar dos días antes cuando dos persona descuartizadas fueron encontradas dentro de bolsas negras, en el lugar del tianguis que se instala detrás del teatro del ITSON.
El mismo día, policías municipales de Hermosillo realizaron operativos para frenar el crecimiento de las conductas antisociales, en el poniente de la ciudad capital. De manera casi simultánea soldados y miembros de la Guardia Nacional localizaron restos humanos sobre el cauce seco del río Asunción, en Caborca.
A mitad de esa misma semana se reportaron hechos violentos y balacera en el restaurante 200 ubicado en la carretera que une a Caborca y Sonoyta, la Mesa de Seguridad negó que los hechos hayan ocurrido, pero la evidencia desmintió la versión oficial de “aquí no pasa nada”. Al menos dos heridos de bala y un desaparecido, fueron el resultado inmediato de la “balacera fantasma”.
La segunda quincena de junio sobre temas de percepción de seguridad pública, la presunta desaparición de Cecy Patricia Flores, quien a las pocas horas fue encontrada en su propio refugio, con signos de deshidratación. No pasó a mayores, ya se encuentra bien, pero sirvió de recordatorio de que en Sonora hay muchas personas por localizar e identificar.
Antes, intentaron asesinar a un hijo de la presidenta municipal de Guaymas, quien fue reelecta el pasado 2 de junio para estar al frente tres años más de la se espera sea la puerta más grande Sonora al mundo y destacado nodo de comercio global.
Mucha inversión y promoción, pero en seguridad se aprecia aparente retroceso.
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