Por: Isabel Dorado Auz
¡Es en serio! y ¿Qué pasó con nuestro acuerdo de destinar ese edificio para puestos de comida, gobernador? Si recuerdas, acordamos darle un lugar a los paisanos que pasan por ese rumbo para que descansaran, ingirieran unos ricos alimentos regionales y disfrutaran del Bosque que estamos creando.
No hemos estado luchando por años para que de nuevas a primeras nos salga esta sorpresa, semejante a muchas otras “ideas” que han aportado los alcaldes de Hermosillo cuando han intervenido en las áreas verdes y siempre buscaron sacarle raja política o económica, No sé cuál sea la situación en tu caso.
No se nos olvidan las múltiples ocasiones en que intentaron transgredir la integridad del Parque Madero. Desde Javier Gándara que pretendía poner un lago artificial, para rentar lanchitas y hacerlo sustentable, pasando por López Caballero quien pretendió poner un teatro dentro de ese Parque también con la idea de la sustentabilidad, o la intención del Maloro Acosta de poner un parque canino, para encerrar a los perros en un pequeño espacio cuando tienen todo el Parque para disfrutarlo. No se nos olvida tampoco, lo que hizo Eduardo Bours, quien prácticamente destruyó el Parque de Villa de Seris para darle un estacionamiento al Proyecto de Galerías Mall. Tampoco vamos a olvidar que el Toño Astiazarán intentó poner un Centro de Gobierno Municipal en el Cárcamo.
¿Por qué a los políticos les cuesta tanto trabajo gobernar con la Sociedad Civil y, por ende, respetar acuerdos ya pactados? Qué podemos hacer para que la relación con el gobierno del estado sea armónica y se atiendan la serie de irregularidades que hemos señalado y que se han atendido a medias. Hemos entrado en un juego político, donde se hacen compromisos y siempre aparecen sorpresas de cosas no pactadas. Como un simple recuento, diré que acordamos la rehabilitación del Teatro al aire libre, no su destrucción, acordamos también que no se afectaría área verde y la empresa que está realizando las obras decidió poner el cableado eléctrico sobre área verde porque le sale más barato. En nuestros acuerdos, nunca hablamos de la construcción de un muro en el Humedal de La Sauceda, pero se dieron maña para imponérnoslo. Por si fuera poco, recientemente la empresa hizo una poda criminal, lo cual nos llevó a una segunda clausura Ciudadana de las obras.
Vemos con preocupación que aquella idea de Claudia Pavlovich de hacer negocio con La Sauceda no parece muy alejada de lo que hoy estamos observando, sobretodo por esa obsesión de querer vender terrenos del vaso de la presa Abelardo L. Rodríguez dado su gran valor comercial para potenciar un Plan Hídrico que a Nadie convence.
Somos, lo sabes, un Colectivo muy pequeño y puedes avasallarnos, pero aun así nos mantenemos firmes en la intención de construir el Bosque Urbano que nuestra ciudad necesita. La Clínica Veterinaria tendrá muchos lugares alternos para instalarse, no vemos la obligación de que necesariamente esté en La Sauceda.
Disculpa, Alfonso, si una vez más he decidido alzar la voz, pero no me parece justo que sobre la marcha se modifiquen acuerdos sin contar con nuestro consentimiento. Sobrarán, quizá, grupos “ambientalistas” que te darán la razón, como los que ya integran el Comité Ciudadano de supervisión de las obras, creado por el Memo Noriega. Preocupa más, que promuevas un enfrentamiento con la comunidad animalista como en su tiempo lo intentó el Maloro con su propuesta de parque canino.
Apostemos a la integración de objetivos comunes y no nos enfrentemos estérilmente. Nuestro Colectivo está muy desgastado, pero seguirá luchando por sus sueños.