En comunidades fronterizas como Ciudad Juárez hay incertidumbre por lo que está en juego en materia de migración, economía y seguridad fronteriza con Trump de vuelta en la presidencia de Estados Unidos; expertos e investigadores en materia fronteriza y relaciones binacionales nos exponen un panorama del posible impacto en la región
Por Raúl Flores / La Verdad Juárez
Ciudad Juárez– Frente a la realidad de una nueva presidencia de Donald Trump, México está a la expectativa de cambios que puedan surgir del nuevo gobierno, desde políticas migratorias hasta económicas, lo que desata incertidumbre. La pregunta ahora es: ¿Qué se puede esperar para la frontera norte del país?
Durante su campaña electoral, Trump se dirigió en numerosas ocasiones a México amagando con más y un aumento de aranceles, renegociación de acuerdos comerciales, además con prometiendo políticas antimigrantes con repercusiones para este país.
Ante este panorama, investigadores sociales sobre la frontera y las relaciones binacionales exponen sobre el impacto del retorno de Trump a la Casa Blanca para comunidades fronterizas, como Ciudad Juárez.
De momento, las ciudades fronterizas se deberían de preparar para un posible “boom” de migrantes buscando llegar a la frontera, para aprovechar el sistema de asilo actual antes de que Trump llegue a la casa blanca en enero, considera Emilio López Reyes, profesor investigador del Colegio de Chihuahua.
“Cada vez que Trump se lanza hay caravanas, estamos esperando ahorita ya la caravana, entonces hay que estar listos para esto”, dice. ¿Las ciudades fronterizas están preparadas para esto?
El nivel de flujo migratorio ha disminuido por más de la mitad en los últimos meses, según los datos de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Desde junio hasta la actualidad, el número de detenciones fronterizas en la frontera sur de Estados Unidos y los casos de corte de inmigración han caído drásticamente.
Actualmente, la capacidad de la red de albergues “Somos Uno Por Juárez”, conformada por alrededor de 13 albergues en toda la ciudad, se encuentra en un 45 por ciento de su capacidad, de acuerdo con su director, Francisco González.
Aún es muy temprano para saber con exactitud a donde llegarán estas personas que vienen, ya que eso depende de las rutas que vayan trazando los grupos de “coyotes” que se encargan de trasladar a los migrantes hacia el norte, dice López. Lo que sí es seguro es que “el temor mueve”, y estos actores lo utilizaran a su favor para movilizar grandes cantidades de gente a través del país.
“Lamentablemente, los migrantes siguen siendo la moneda de cambio”, afirma Oscar Rodríguez Chávez, investigador del Colegio de la Frontera Norte.
Si bien, Rodríguez también predice un incremento en la población migrante que llegará a la frontera, considera que esto aún es algo incierto. Es posible que continúen las barreras o contención que se han estado manejando en el sur de México para evitar que la gente llegué a la frontera con Estados Unidos.
Es ahí donde entran las redes de tráfico de migrantes que buscarán incrementar sus ganancias al incentivar a los migrantes de intentar llegar lo más rápido posible a la frontera norte con la idea de que pronto les van a cerrar el pasó definitivamente.
“A final de cuentas, el incremento de las barreras, las políticas antimigrantes en contra del asilo lo que incrementan son las ganancias de los grupos criminales porque ellos no ocupan los caminos legales”, dice Rodríguez.
El investigador social de los fenómenos fronterizos considera, sin embargo, que la política de Trump durante esta administración va a recaer en la población indocumentada que ya está instalada, que lleva muchos años trabajando y que ya ha formado familias, según Rodríguez.
“Se ve difícil (el panorama para los migrantes)” afirma Rodríguez. “Se va a complicar mucho más el asilo”.
En campaña Trump prometió reforzar la seguridad fronteriza y deportar a millones de inmigrantes indocumentados de su país.
“Trump no nos quiere”: migrantes temen cancele el asilo
Lo más preocupante es el tema de la seguridad, considera López. “Hay un gran riesgo” porque, a pesar de que la infraestructura migratoria de Ciudad Juárez está preparada para recibir un surgimiento repentino de nuevos arribos de migrantes, no está preparada de la misma manera para proveer ayuda humanitaria a tantas personas.
Además, es muy posible que Trump cumpla su promesa de desmantelar el programa de citas que se adecuó a CBP One por el gobierno de Joe Biden, dice López. En este caso se espera la llegada de un nuevo Protocolo de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en ingles) al estilo del Quédate en México, programa que obligó a miles de personas en movilidad a permanecer en México a la espera de su proceso de asilo en Estados Unidos.
“Ese es el riesgo latente que sí veo, que CBP One termine, que hubiera un MPP 3.0, y que se vaya a este discurso de seguridad, de trata, de tráfico porque no va a haber ayuda para los albergues, no va a haber comida, se va a poner complicado”, advierte López.
Ese es el miedo que tiene Angie Romero Vargas, una mujer colombiana de 22 años. Romero, como los demás migrantes que estaban sentados en el comedor de migrantes de la Catedral de Ciudad Juárez, presentan una mirada de preocupación al escuchar el nombre de Trump.
Ella salió de su país por los problemas económicos, y lleva dos meses en México esperando su cita de CBP One. Con la noticia de la victoria de Trump, espera obtener la cita junto con su pareja antes de enero ya que no cree que la aplicación sobreviva mucho tiempo mas.
Para Alexander Hernández, un hombre venezolano de 39 años, la noticia del día es “el final de nosotros, prácticamente. Trump nos va a sacar a toditos del país”. A unos cuantos días de llegar a Ciudad Juárez a través del tren, sabe que está más cerca que nunca de su destinó.
Con inquietud en su voz, Hernández dijo que espera que su cita de CBP One, la cual lleva esperando desde marzo junto con su esposa y cuatro hijos, llegue pronto.
Edimer Rodriguez, venezolano de 49 años, dijo estar preocupado por lo que viene. Aunque tiene la esperanza de que Trump tome en cuenta la mano de obra migrante, y de alguna manera permita migrar a aquellos que de verdad buscan ir a trabajar.
“En pocas palabras, Donald Trump no quiere a los inmigrantes, ojalá viera que la mano de obra de nosotros en EE. UU. es demasiado importante, porque nosotros somos un pulmón que le impulsa mucho a Estados Unidos en todo”.
Rodríguez acababa de llegar a Juárez, pero lleva 8 meses esperando cita de CBP One. Salió de la Ciudad de México hacia la frontera con la esperanza de que aquí las cosas se muevan más rápido, dice.
Milena Fernández, colombiana de 44 años, comenta sentirse “desubicada” al escuchar la noticia de Donald Trump. Como los demás, espera poder estar del otro lado de la frontera antes de que tome posesión de la presidencia, ya que Trump es “un hombre de armas tomar” y está segura de que lo primero que hará es no dejar entrar a nadie más por las vías legales que están establecidas actualmente.
Fernández salió de Colombia porque fue amenazada de muerte por los grupos guerrilleros, así que no piensa volver a su país natal, aunque no logre ingresar a Estado Unidos. Sin embargo, tiene fe de lograr su misión, “la esperanza es lo último que se pierde”.
Dependencia económica entre dos naciones
A pesar de todo lo malo que viene para la migración, Fernández considera que Trump representa algo bueno para Estados Unidos. Es alguien que puede mejorar el país económicamente, algo que viene siendo bueno para los estadounidenses, pero malo para los migrantes.
Para algunos expertos en relaciones comerciales entre México y EE. UU., este crecimiento económico del que habló Fernández es una posibilidad muy real.
Si México continúa su vínculo económico con EE. UU., hay una expectativa positiva para ambos países, considera Alejandro Burgués Rodríguez del Colegio de la Frontera Norte. Si el país vecino crece su economía, por consecuente crecería lo que le compra a México, lo que sería ventajoso para la economía local.
Aparte, la “guerra” que Trump tiene con China podría beneficiarnos, porque México sería un candidato principal para entrar a suplir como proveedor de aquellos productos que EE. UU. deje de comprarle al país asiático.
Durante su campaña, Trump amenazó con imponer aranceles del 25 por ciento a los productos importados de México si su gobierno no logra frenar el flujo de migración y drogas. Sin embargo, lo más posible es que esto solo haya sido una estrategia electoral más que una amenaza real, según Gasapre Genna, profesor y director del departamento de ciencias políticas de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP).
Genna considera que una de las mayores “salvaguardias” que hay es el hecho de que la industria y economía del estado de Texas depende fuertemente de la manufactura de México. Según él, es el estado fronterizo que más depende de México—incluso más que California, y definitivamente más que Arizona y Nuevo México.
Cada vez que Trump, durante su administración pasada, comenzaba a “hacer sonar la jaula” sobre el comercio con México, eran sus compañeros republicanos de Texas los que le ponían un alto. Esto es algo que Genna asume que continuará.
Considerando la gran dependencia que hay entre México y Estados Unidos en comercio, probablemente no veamos un cambio muy drástico en cuanto al comercio internacional sin importar la “retórica doméstica” de Trump, dijo el académico estadounidense.
Sin embargo, sí existe la posibilidad de que se “redirija” algunos de los fondos que ya estaban asignados bajo la actual administración para acomodarse mejor a los intereses republicanos.
En el 2022, bajo la presidencia de Biden, se otorgaron 600 millones de dólares para modernizar el puente Cordova-Americas en un plazo de 5 años. Genna no descartó la probabilidad de que Trump, si llegase a ganar la presidencia, detenga ese proceso y redirija ese dinero para incrementar la seguridad en la frontera.
Publicado originalmente en La Verdad de Juárez