..Si observamos con atención veremos que lo que se construye son centros comerciales, edificios para empresas transnacionales o de la iniciativa privada nacional. Los edificios que serán ocupados por empresas transnacionales y la construcción de centros comerciales contribuirán a aumentar la desaparición de empresas locales o nacionales por la desigual competencia..
Por Oscar Yescas Domínguez
En el último año se ha observado en forma evidente un auge en la construcción en la capital sonorense. Construcción de nuevas unidades habitacionales, edificios para comercios, centros comerciales, casas habitación, etc.
Podría pensarse a primera impresión que esto es un indicio de una recuperación de la economía de nuestro país y que significan claros avances en un proceso de desarrollo social en la medida de que se abren fuentes de empleo trabajadores de la construcción conocidos en México como albañiles y alternativos de crecimiento para proveedores de la industria de la construcción.
Sin embargo, si observamos con atención veremos que lo que se construye son centros comerciales, edificios para empresas transnacionales o de la iniciativa privada nacional. Las casas que construyen los albañiles tendrán un precio tan elevado que para quienes las construyen será imposible adquirir un crédito para financiar su compra.
Los edificios que serán ocupados por empresas transnacionales y la construcción de centros comerciales contribuirán a aumentar la desaparición de empresas locales o nacionales por la desigual competencia que enfrentan éstas con las transnacionales que tienen mayores recursos económicos y materiales, personal más calificado y pueden tener mayor capacidad de endeudamiento para bajar precios a sus productos y mantener por períodos prolongados una guerra de precios con las empresas locales.
Los bajos salarios que perciben los trabajadores de la construcción y el pueblo en general, pierden la batalla con el exagerado aumento de precios que se observa en la mayoría de los productos tanto de la canasta básica como fuera de ella.
Por lo tanto, el incremento de la industria de la construcción no se refleja necesariamente en un desarrollo humano como podría aparecer en una primera impresión. En realidad los únicos beneficiados con este momentáneo crecimiento de la industria de la construcción son los dueños de las empresas transnacionales y los propietarios de las empresas nacionales, es decir, el capital privado tanto nacional como extranjero.
Los trabajadores de la construcción tendrán empleos temporales, mal pagados como siempre y una vez que termine la obra quedarán sin empleo otra vez. Un dato importante digno de destacar es que en anteriores décadas los trabajadores de la construcción eran por lo regular personas adultas, mayores de 40 años. Pero hoy se puede observar en los trabajadores de la construcción jóvenes menores de 20 años de edad y la mayoría de los que trabajan en la construcción son jóvenes de 20 a 30 años de edad.
Esto es un reflejo de la crisis económica que afecta a México, al descuidar el desarrollo humano de su juventud, cuando se les niegan oportunidades de educación, de empleos bien remunerados, de opciones de diversión, deportes, etc.
Es realmente lamentable ver que jóvenes ante la falta de oportunidades de desarrollo laboral y de educación, se involucran en una actividad laboral que no ofrece oportunidad de tener una carrera laboral y que pasarán años en las mismas condiciones de explotación y subdesarrollo, sin darse cuenta de que están construyendo muros y paredes que simbolizarán una prisión de la que no podrán escapar en un futuro.