- Constructores financian las obras
Luis Enrique Ortiz
El Plan de Justicia Yaqui (PJY), modelo de atención oficial a las comunidades originarias, no fue del todo una estrategia basada en la participación de la pluralidad de voces de la comunidad, sino más bien de corte partidista con fines de colonización.
Esta es en parte la raíz del desastre de pendientes que llevan a que, en sus casi cuatro años, la mayoría de las obras y programas del PJY quedaron inconclusas, pese a haberse ejercido un cuantioso presupuesto de alrededor de 20 mil millones de pesos.
El hospital de Vícam no fue concluido, el acueducto de 2 mil millones tampoco. Uno de los principales logros del Gobierno de México es la temprana fundación de la Universidad Yaqui, lucha por salir adelante enmedio de una fuerte incertidumbre presupuestal.
Peor aún, los operadores indigenistas del presidente Andrés Manuel López Obrador, no han podido aterrizar el tema de la autonomía en la administración del distrito de riego número 18, que podría irrigar al menos 60 mil hectáreas.
El Gobierno de México afirma que ha restituido 46 mil hectáreas a la Nación Yaqui, sin embargo, viejas disputas agrarias de etnia -por al menos 10 mil hectáreas- quedaron relegadas, nadie les preguntó qué es lo que querían. Al menos una vez, esa bandera ha sido motivo de algún cierre de la carretera federal 15, no hace mucho tiempo, por cierto.
Los pueblos de Vícam y Pótam enfrentan una crisis de derechos humanos, mientras que por distintos motivos surgen reclamos en todas las comunidades principalmente de Loma de Guamuchil, Loma de Bácum, Belem y Huirivis, por lo menos.
Reclamos que se dejaron crecer y fueron usados políticamente para dividir y partidizar el pago de la deuda histórica del Estado mexicano, con los pueblos originarios.
A la localidad de Tórim, uno de los Ocho Pueblos Yaquis, la conecta con la autopista número 15, un hermoso y bien hecho camino artesanal, esto durante la fase de enamoramiento del INPI (Instituto Nacional de Pueblos Indígenas) con los desconfiados yoemes, siempre alerta.
De ahí para acá no se ha terminado una sola obra de las proyectadas en el PJY, las cuales sin duda continuarán en el gobierno de la primer presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, pero antes no estaría mal que se aclare como es que el dinero se ejerció y no hay hospital, acueducto, potabilizadora u otros caminos artesanales que nunca se hicieron o que se llenaron de baches tipo Hermosillo antes de tiempo.
Existen varias líneas de investigación respecto a las razones por las que ninguna obra se ha terminado, con excepción de las antes referidas, pero existe una muy sólida que tiene que ver con el hecho de que las empresas constructoras ya no pueden seguir financiando, justo como se hacía antes, materiales, mano de obra y gastos de operación del multi presumido Plan de Justicia Yaqui.
El dinero que destinó el sub secretario de Hacienda, Juan Pablo de Bottom Falcón, para la ejecución de las magnas obras hidráulicas y de salud, no ha llegado abajo y las empresas constructoras han debido financiar la lentitud del reumático y quien sabe si corrupto, elefante oficial.
Foto: Tomada de la red.
La comunidad de Belem, integrante de los Ocho Pueblos Yaquis, decide cerrar el acueducto a Guaymas.
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