Esta es la segunda parte de un texto de tres.
JORGE TADEO VARGAS
“So come on let’s be young, let’s be crass enough to care
Let’s refuse to live and learn, let’s make all our mistakes again, yes
And then darling, just for one day, yeah, we can fight and we can win
And if only for a little while, we could insist on the imposible”
Love, Ire and Songs, Frank Turner.
A finales del siglo XX, a nivel global se comenzó a gestar un movimiento de resistencia contra el capitalismo neoliberal, desde donde por primera vez confluían desde los movimientos ecologistas, sindicatos, movimientos indígenas, pueblos originarios, campesinos, marxistas, autónomos, feministas, anarquistas, en fin, varios movimientos y formas de pensar se unieron con el mismo objetivo: justicia y respeto a los derechos humanos de las poblaciones más vulneradas por el sistema de clases y su modelo de producción-consumo.
Otro mundo es posible, era la frase que englobaba todas las demandas en este incipiente movimiento que intento ser inclusivo, horizontal y confrontativo, el cual le debía mucho el EZLN, que, en 1994, había causado un impacto a nivel global, cambiando las formas de pensar a las guerrillas y las tácticas de hacer protesta.
A este movimiento que tomó por asalto a los gobiernos, a las corporaciones transnacionales y a todos aquellos que se benefician de la tierra y las personas, los académicos/investigadores lo bautizaron como altermundismo, pero entre los participantes, lo llamamos como Movimiento por la Justicia Global y que tuvo su bautismo en Seattle, el último año del siglo XX, en lo que se conoció como la Batalla de Seattle y aunque después de eso, el movimiento se fue desintegrando o siendo absorbido por las ONGs, los residuos de lo que paso esos años, llegaron hasta las Primaveras Árabes, el 15M, los Indignados y claro, los Ocuppy.
Las razones por las que este movimiento fue absorbido por el sistema son muchas y diversas, pero yo destaco la oenegización del movimiento por parte de las ONGs transnacionales que tenían su propia agenda, los ataques a las torres gemelas ocurridas en el 2001 con el que se impusieron mayores medidas de seguridad en los aparatos migratorios y una criminalización y señalización hacia los activistas del Sur Global.
El punto a rescatar es que después del asesinato de Carlo Guiliani y la fuerte represión que se dio en Génova, en el mismo año del atentado a las torres gemelas, todo el movimiento por la justicia global se fue apagando. Tuvo un intento de despertar en el 2010, pero no se logró avanzar, se había perdido la confianza y las agendas particulares intentaron sobreponerse a las colectivas.
Esto fue aprovechado por el capitalismo tardío que ya iniciaba su transformación a lo que justamente profetizo Jello Biafra en la contra cumbre en Seattle, en el concierto que dio junto a Kim Thayil, Krist Novoselic y Gina Mainwal, en lo que se llamó NO WTO Combo. Biafra hablo de un neofeudalismo mucho más agresivo y devastador que el propio neoliberalismo global.
Este capitalismo tardío es el que sigue dominando a la fecha en los gobiernos que ya no apuestan tanto por una globalización descarada, sino algo más sutil, dándole mayor fuerza a los feudos corporativos al momento de negociar con los países, que a las propias Instituciones Financieras Internacionales que fueron a quienes se les señalo como las culpables del deterioro que para cerrar el siglo XX.
Mi llegada a este movimiento inició por 1993, cuando conocí el Punk y desde ahí me fui involucrando en un activismo estudiantil desde la escuela preparatoria. Mis referentes dentro de toda esta movida fueron todo lo que se dio con Crass y su colectivo, que, si bien para esos años ya habían desaparecido como colectivo, hacia el Sur Global apenas los estábamos conociendo e influyeron mucho en lo que hicimos.
Los otros referentes fueron un colectivo que a mí me gusta llamar la Profane Existence Crew, con base en Minneapolis, pero desde donde con su sello, su fanzine y sus actividades bandas como Nausea, Naked Aggression, Extintion of Mankind entre otras sonorizaban las acciones directas.
También existían otras bandas que fueron formando a toda una generación de jóvenes urgidos por salir de la comodidad inventada de la década de los ochenta. Para mí se encontraban en Subhumaz, Citizen Fish, UK Subs, Doom, Extreme Noise Terror, Bad Religion y por supuesto Jello Biafra ya alejado de los Dead Kennedys. Ellos fueron mis primeros “ideólogos” y quienes me acompañaron ya fueran en el walkman o en sus conciertos, dentro y fuera de las contra cumbres.
El punk ya desde la década de los ochenta comenzaba a perfilarse como una música con mayores tintes políticos que en sus inicios, donde tal vez The Clash, eran los más políticos de toda esa andanada de bandas que llegaron a la industria, no por nada fueron de capaces de mantenerse, no como las demás bandas que, a diferencia de Ramones, no era tan fácil venderlos fuera del Punk.
En los ochenta, el American Hardcore preparaba a una incipiente generación X en su segunda camada a demostrar la rabia y la disconformidad con el sistema. Ya para los noventa lo que teníamos era a una colectiva de jóvenes capaces no solo de hacer crítica, sino de proponer e imaginarse ese otro mundo posible, es justo cuando en la coyuntura del movimiento por la justica global, comienza a formarse toda una escena conocida como anarcopunk, desde donde se participó en muchas acciones.
Desde el nacimiento de los Indymedia, todo lo que se armó bajo el nombre de Reclaim the Streets y muchas otras formas de organizarse contra el sistema fueron sonorizados por esta nueva idea de acción del Punk, el cual también cambio en sus sonidos mucho más cercanos a lo que con el paso de los años se conocería como Crust o D-Beat. Aunque muchas otras bandas politizadas se mantenían en un estilo más Hardcore, el caso de Subhumaz y Naked Aggression son el mejor ejemplo que encuentro.
Si bien estos géneros no eran los que dominaban en las contra cumbres y las protestas que se daba, siendo más esa música alternativa como lo que hacían bandas como Mano Negra –a la postre su vocalista Manu Chao comenzaría una trayectoria como solista y un referente del altermundismo- Negu Gorriak, Rage Against the Machine, Dana Lyons entre otras, el Punk fue quien sonorizo los Bloques Negros y las acciones directas que mayor cobertura mediática tuvieron, para bien o para mal.
En todo el mundo había una revolución de ideas y la música no era ajena a ella, mucho menos el Punk, donde la influencia de Crass, sumado a las ideas anarquistas de pensadores como Mijail Bakunin, Errico Malatesta, Ricardo Flores Magón y algunos más contemporáneos como John Zerzan, John Moore fueron forjando a una generación que tuvo en la música, en los fanzines su mayor activismo y su mejor forma de expresar sus ideas y sus descontentos. Desde ahí era que la participación cobraba mayor fuerza.
Las contra cumbres tenían dos formas de organizarse, estaban aquellas donde los activistas cercanos a las ONGs con más recursos económicos se organizaban, no solo para manifestarse o para sus acciones de calle, sino hasta a la hora de pensar en donde dormir, que comer –por lo regular en hoteles y restaurantes de “consume local”- y donde era común incluso ver a los viejos trovadores llegar a protestar contra el sistema. Acá no se juzga, solo se deja claro que esta era a parte que mejor la pasaba y quienes al final absorbieron el movimiento.
La segunda forma de organizarse estaba en aquellos que, si bien no todos eran anarquistas, si eran anticapitalistas, sin hoteles, ni restaurantes todo pasaba por la colectiva, la organización en corto, así que la cocina se organizaba entre los participantes, así como la seguridad y toda la logística. Incluso los espacios de esparcimiento, por lo que no era sorpresa que de pronto se organizara algo con algunas bandas de Punk/Hardcore, locales y a veces con suerte internacionales. Esto se daba entre la colectividad, el apoyo mutuo y la autogestión, algo que se mantuvo en casi todo lo que se organizaba teniendo al Punk como parte de la resistencia.
Con los años esto cambió, mientras que el movimiento por la justicia global era absorbido y domesticado por las ONGs tal como lo predijo Arundhati Roy un poco antes de que sucediera, el anarcopunk fue víctima de su propio dogma y fue así que, en los años recientes, desde las Primaveras Árabes, hasta el Ocuppy, una nueva forma de rap más politizada y con una actitud bastante Punk o digamos cercana al sentimiento del “Hazlo tú mismo” el Rap fue la que comenzó a sonorizar las protestas. El Punk ha pasado por una blanquitud y lo que se mantiene político, activo se ha comenzado a fagotizar.
El anarcopunk también comenzó este proceso de autofagotizacion a finales a finales de la primera década del siglo XXI, con lo que se ha terminado por consumirse en su purismo de ideas. No ha muerto, solo otras “escenas” han comenzado a tener mayor protagonismo, “escenas” que poco o nada tienen de político, priorizando la música, perdiendo con esto lo que se había avanzado, claro, la idea del no futuro o del punk consumista no es la única, ni la hegemónica, pero es claro que la música prevaleció sobre las ideas.
Turtle, un Punk Activista que paso del Punk a las acciones por la justicia climática dice que el Punk mama directamente de las viejas luchas anarquistas de la Europa de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, que así como se escuchaban canciones como “Hijo del Pueblo”, “A las Barricadas” e incluso “La Internacional” la anarquista que tampoco se trata de perder el piso, así en las marchas, las acciones de calle, en el día a día de resistencia, el Punk nos regalaba una motivación real para mantenernos unidos y en la lucha.
Desde la frontera con Elisyum
Enero 2025
Desde la frontera con Elisyum.
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Sobreviviente de Ankh-Morpork, activista, escritor, traductor, anarquista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Hay días que viajo a MundoDisco. Este es mi espacio donde escribo sobre música, cine, cómics, activismo.Suscribirse
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Primera parte: https://liberaradio.com/del-no-pasaran-al-let-it-be/