Mujeres zoques, tsotsiles, tseltales, ch’oles y de las regiones de los Altos, Norte Selva y Costa de Chiapas alertaron por “el aumento de la violencia” en sus comunidades, el avance del crimen organizado, el despojo territorial por megaproyectos como “el mal llamado Tren Maya”, las desapariciones y ejecuciones y la pérdida de la soberanía alimentaria, tras reunirse en la VI Asamblea del Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios.

“Donde antes eran nuestras parcelas, hoy sólo queda un olor a muerte, los zopilotes sobrevuelan los cuerpos que no podemos recuperar, ya no podemos ir a nuestras parcelas, esta situación nos genera mucho miedo y nos imposibilita de ir a trabajar en nuestra milpa. Frente a la carencia de los alimentos, tenemos que comprarlos a precios muy altos”, expusieron las mujeres de la región de los Altos, donde de marzo a septiembre “la situación en torno al crimen organizado se ha agravado cada vez más en los territorios de Chenalhó, Pantheló y extendiéndose a Chalchihuitán”.

Señalaron que las mujeres de la región viven “bajo amenaza constante” y que las múltiples violencias perpetradas contra sus cuerpos, como violaciones sexuales, les impiden moverse libremente por sus territorios. “Vivimos con miedo de que recluten a nuestros hijos, hermanos, esposos, que secuestren a

nuestras niñas y niños”, añadieron.

Por su parte, las mujeres de la Región Norte Selva y Zoque manifestaron su preocupación por las desapariciones de personas y el encarcelamiento de inocentes, así como por, mencionaron, “los despojos de tierra hacia los pueblos originarios a causa de los megaproyectos de muerte como el mal llamado Tren Maya, los ecocidios, los monocultivos de palma africana y fragmentación de nuestros territorios, la pérdida de conocimientos y la desvalorización de la medicina herbolaria, así como la pérdida de la soberanía alimentaria”.

A su vez, las mujeres de la región Costa de Chiapas se pronunciaron contra la violencia e inseguridad e inseguridad en el estado y rechazaron el despojo de la tierra y el territorio, la vulneración de la sociedad por la construcción del Tren Transístmico y los abusos en los costos de los recibos de luz, además del hostigamiento, los cortes de energía y los apagones constantes.

“En los últimos seis meses todas las regiones hemos constatado el aumento exponencial del crimen organizado. El incremento del consumo de droga en las y los jóvenes, la cooptación de ambas por parte de organizaciones criminales, el aumento de trata de personas, la explotación sexual, los levantones, las desapariciones, las ejecuciones y el sobrevuelo de drones se ha vuelto cotidiano. Nos hemos dado cuenta que en los enfrentamientos participan personas provenientes de otros estados cuyos cuerpos se suman al número de personas no identificadas”, resumieron las mujeres que participaron en la Asamblea, el pasado 14 de septiembre.

Frente al panorama, urgieron fortalecer la organización del tejido social comunitario para articular redes más amplias que hagan frente “a la situación de desplazamiento, muertes y destrucción”, además de exigir su derecho a la seguridad y la paz, generar análisis de riesgo y protocolos de seguridad, trabajos de realizar ejercicios de sanación colectiva y recuperar las dinámicas comunitarias, como el cultivo de los alimentos temporales.

A continuación el comunicado completo:



Publicado originalmente en https://desinformemonos.org/