Extraída del Border Hub. Por Melva Frutos.

Nació en Tijuana y fue a la universidad a estudiar Comunicación. Se graduó en 2000 y durante los siguientes 14 años encontró en la fotografía la herramienta para materializar su vocación por el periodismo. Una maestría en periodismo, sin embargo, decidió a Eduardo a realizar un ajuste en el rumbo: colgó la cámara para hacer periodismo de investigación y el ajuste ha ido muy bien.   

Gracias al aprendizaje que le han dejado estas investigaciones, analiza que a pesar del agotamiento que puede presentarse al término de trabajos tan arduos, ahora mantiene encendido el instinto de la curiosidad y no duda en que pronto volverá a hacer nuevas propuestas.

Haber dado una tregua a las imágenes poniendo a descansar la cámara para iniciar su faceta como reportero ha sido un importante salto profesional para Eduardo Jaramillo

Su carrera fue la de Comunicación, se desarrolló en el fotoperiodismo desde que se graduó en el 2000 y fue hasta 14 años después que se enfocó en escribir notas y reportajes.

Ahora esas historias se han convertido en el objetivo principal a captar y revelar. 

“Siempre me gustó la fotografía, el periodismo y, entonces, lo conjugué y me hice fotoperiodista.

“Ya en el 2014 estudié la Maestría en Periodismo, soy egresado, no soy titulado, en la Universidad de Chihuahua, y ahí pues, otra vez fue cuando me nació el interés por hacer periodismo de investigación… la maestría estuvo muy enfocada en ese sentido”, recuerda el periodista nacido y criado en Tijuana, Baja California

Recién egresado de la Universidad Autónoma de Baja California se unió como fotógrafo a las filas de la agencia mexicana de noticias Notimex, en donde ocasionalmente escribía notas y colaboró hasta 2019.  

Por un breve periodo formó parte de un medio que llevó el nombre de El Mexicano y tuvo algunas colaboraciones para las agencias EFE y AFP.

En 2016 inició su trabajo como fotógrafo con Newsweek Baja California. En el 2020 pasaría a ser reportero de ese medio. 

Eduardo Jaramillo.
Eduardo Jaramillo durante una conferencia de prensa. Foto: Canek Leyva

Necesitaba enfocar su mirada hacia otros caminos, dice, pues llegó un momento en que se sentía dentro de un mismo ciclo y decidio dejar un rato la cámara”.  

Centrarse en escribir notas y reportajes de temas propios para Newsweek, con más profundidad, distintos a las habituales notas informativas que repiten los discursos oficiales, le fue mostrando nuevas perspectivas para hacer el tipo de periodismo por el que desde joven era atraído cuando se encerraba en la biblioteca de la universidad para leer la revista Proceso o el diario La Jornada

Tuvo su primer acercamiento con el Border Hub gracias a que tomó sus cursos de Periodismo de Investigación y Seguridad Digital

“Aprendí muchísimo, porque el Border te pide una investigación rigurosa en términos de los requisitos que tienes que llevar, y tienes que tener un trabajo más basado en la ciencia”, recuerda. 

El 7 de octubre pasado, Eduardo Jaramillo junto con Adelina Dayebi Pazos, publicaron en el Border Hub el reportaje “Fisamex y Orca, las empresas que lucraron con la sequía de BC”, revelando que, durante dos años, Jaime Bonilla Valdez, entonces gobernador de Baja California, gastó más en pagar auditorías sobre consumo de agua que en obras para resolver la escasez de agua en la entidad.

Fisamex en Baja California.
Ilustración principal del reportaje de Eduardo Jaramillo y Adelina Dayebi Pazos, publicado el 7 de octumbre de 2021. Autor: Carlos Mendoza.

“Contrató a la empresa Orca Energy, que cobró más que el proveedor anterior por el servicio de energía eléctrica indispensable para bombear agua a las zonas menos atendidas”, detalla la información. 

El texto detalla que Baja California enfrenta una sequía y desde 1982 el gobierno bombea un porcentaje de agua del Río Colorado, en Mexicali, para trasladarla a la poblada zona costa del estado. 

“Bombear el agua a más de 125 kilómetros era una odisea controlada, pero un cambio de proveedores causó que, ahora, el agua apenas llegue a varios barrios cercanos al Pacífico”. 

El 26 de febrero de 2020, en una reunión con empleados de la dependencia encargada del agua, Jaime Bonilla acusó a empresas y a funcionarios públicos de robar el agua, señala el reportaje, que añade que, dos días después de esas declaraciones, contrató a Fisamex con el objetivo de realizar auditorías a empresas por presuntos adeudos en el servicio de agua. 

“Desde entonces el gobierno ha cobrado 1,812 millones de pesos por pagos hechos por las empresas auditadas, de acuerdo con un reporte oficial publicado el 29 de septiembre de 2021”, describe. 

La idea de la investigación nació porque detectó que “había algo raro”, explica el reportero. Junto a Adelina Dayebi Pazos empezó haciendo solicitudes de información, que le fueron negadas. 

“Metí un recurso diciendo, pues, cómo es posible que el Gobernador sí las divulgue. Y entonces, todo eso me llevó a que había algo raro, que el Gobernador seguramente utilizaba, o sea, quemaba a esas personas, a esas empresas, porque en el fondo había enemigos o personas que estaban contra de él y fue cuando nació.

“Porque también le preguntamos a la empresa si tenía una metodología y su metodología no existía y ahí fue cuando nació todo esto”, detalla. 

Desarrollar la investigación les tomó poco más de tres meses, tiempo en que tuvieron dificultades como el hecho de que, cuando ellos cuestionaban el resultado de las auditorías, las autoridades lo daban a conocer en redes sociales para estropearles la primicia. 

Este año, invitado por la periodista Elizabeth Rosales, Eduardo Jaramillo participó en la investigación que fue publicada el 28 de abril por el Border Hub y Newsweek Baja California, con el título “Los falsos contratistas de Francisco “Kiko” Vega”. 

En ésta describen cómo en el barrio tijuanense el Cañón Bugambilias, una pareja aparecía como dueña de una empresa que facturó millones de pesos al gobierno de Baja California entre 2015 y 2016, pero no lo sabían.

A pesar de vivir en condiciones muy humildes, los sencillos comerciantes estaban registrados en un documento como socios de Grupo Viarpa SA de CV, una de 51 proveedoras de ese gobierno estatal que emitieron facturas falsas en la administración de Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid, según el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Casa que ubicaron Eduardo y Elizabeth Rosales en la que vivía la pareja que aparecía como dueña de una empresa que facturó millones de pesos al gobierno de ‘Kiko’ Vega en 2015 y 2016. Foto: Eduardo Jaramillo.

“En total, Grupo Viarpa recibió 2 millones 874 mil 935 pesos por la venta de productos de la canasta básica, aunque ese no es el giro de la empresa, que ofrece reclutamiento de ejecutivos y servicios corporativos, entre otros, según su acta constitutiva”, narra el artículo. 

Reveló además que entre 2014 y 2019, el gobierno de Baja California pagó al menos 34 millones 595 mil 999 pesos a 51 EFOS que emitieron 568 facturas falsas, de acuerdo con Facturanet, herramienta desarrollada por el Data Lab del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte

Fue un trabajo que se hizo simultáneamente en varios estados, aclara el periodista, y fue promovido por la organización civil Iniciativa Sinaloa

“Ellos fueron los que nos proporcionaron la carpeta de las empresas que ya tenía detectadas el SAT

“Y ahora sí que nosotros lo actualizamos, indagamos más allá y fue como

dimos con que, en realidad, las empresas eran fantasma y los socios eran personas que no sabían que eran socios, nunca fueron beneficiadas”.

Para Eduardo Jaramillo los factores que pueden influir en el buen desarrollo de una investigación puede variar, sin embargo, un elemento que puede ser especialmente complejo, es dedicar tanto tiempo a analizar documentos, siendo alguien que está acostumbrado a trabajar la mayor parte del tiempo en la calle. 

“Duramos casi los 3 meses tratando de encontrar ligas entre el gobierno de Bonilla, Kiko Vega, si tenían relación con los funcionarios, o sea, hasta en redes sociales. Siempre lo he dicho, cuando hay noticias puedes hacer notas, información hay demasiada, pero cuando no hay, estás indagando, indagando; cuesta un poquito más de trabajo.

“Y luego esas empresas ya habían desaparecido, tenían tiempo. Fuimos a los domicilios y decían que ya habían cambiado de dueños esas propiedades. No sabían quiénes habían rentado antes. Sí se nos complicó un poco en ese sentido”, comenta Eduardo Jaramillo

A las personas que resultaron ser “los falsos” contratistas las encontraron yendo a los domicilios particulares que aparecían en las actas constitutivas de las empresas, lo que les llevó otro lapso considerable de tiempo. 

“Y sí, nos dimos cuenta de que no podían haber sido las beneficiadas porque en realidad vivían en lugares de una manera precaria. Ahí fue cuando ya supimos que (eran) falsos, que ya desde los contratistas eran falsos. No eran las personas beneficiadas y la verdad ese hallazgo lo encontramos casi al final del reportaje”, explica.

Eduardo Jaramillo.
Para Eduardo ha sido todo un reto dedicar horas al análisis de documentos durante sus investigaciones; estaba acostumbrado a estar todo el tiempo en la calle, dice. Foto: Abdiel Ortega.

Gracias al aprendizaje que le han dejado estas investigaciones, analiza que a pesar del agotamiento que puede presentarse al término de trabajos tan arduos, ahora mantiene encendido el instinto de la curiosidad y no duda en que pronto volverá a hacer nuevas propuestas.

“Los primeros días dices, ‘no quiero saber nada’, pero pasa una semana y ya ves temas para investigar en todas partes”, afirma.