El activismo de las niñas y los niños ABC

Por Alejandra Meza

Una guardería no debería ser un lugar al cual se tenga que “sobrevivir”. Debería solamente asociarse a palabras que tengan ver con el verbo vivir: como jugar, reír, inventar, imaginar y así otras tantas.

Sin embargo, hay por lo menos 71 menores que, desde hace nueve años, cargan con la etiqueta de sobrevivientes de la Guardería ABC. Pequeños que tuvieron mejor suerte que las 49 víctimas mortales del incendio ocurrido el 5 de junio de 2009 en ese inmueble, pero que acarrean diversas afectaciones a su salud.

Actualmente con 9, 10 o hasta 12 años de edad, algunos sobrevivientes han crecido activistas. Quizá los primeros años en carriola o en brazos, y posteriormente a pie, muchos de ellos han sido parte de las marchas y otros eventos de conmemoración y demanda de justicia. Y hoy, a las puertas de la adolescencia, son capaces de verbalizar un recuerdo e incluso de emitir públicamente sus posturas al respecto.

Pienso en ello mientras veo un video de la charla que el periodista Juan Carlos Zúñiga sostuvo con las niñas Nicole Alexia y Dana Camila en su espacio en Uniradio Noticias, a propósito del noveno aniversario de la tragedia. Creo que es la primera vez que escucho a dos sobrevivientes del incendio y, en todo caso, la primera vez que las pienso no solamente como víctimas sino como ciudadanas. Pequeñas agentes políticas cuya acción increpa mi pasividad.

Sobre el día del incendio y cómo fueron rescatadas, su memoria ofrece poco, pues tenían apenas 1 o 2 años de edad. Lo interesante ahora es su lectura de la lucha social que se ha consolidado gradualmente a partir de ese hecho. Porque algo habrán incorporado de las acciones emprendidas por sus familiares y otros ciudadanos para que conceptos como justicia y corrupción formen parte de su discurso, y para que sentimientos como la indignación impregnen su tono y su expresión.

Ellas forman parte de una agrupación llamada Salud y Justicia ABC, integrada por las familias de 71 afectados que exigen al estado mexicano atención médica amplia.

Nicole Alexia tiene 11 años, va en sexto de primaria y de mayor quiere ser pediatra.

“Porque los niños, yo digo que en la vida de los adultos es lo más importante, es en lo que más se fijan, en sus hijos más que en ellos, entonces yo, me gustaría, si un niño tuviera una enfermedad, yo me gustaría ayudarlos”, expresó.

Dana Camila, de 10 años de edad y estudiante de quinto de primaria, ha decidido que quiere ser gobernadora para acabar con la corrupción, un concepto del que dice no tener la definición exacta pero que entiende como “hacer trampa”.

“Yo tomé esa decisión porque yo ya lo he vivido con esto de la Guardería ABC, que no nos quieren ayudar, y si esto no se resuelve ahorita, yo lo voy a resolver cuando yo sea gobernadora”, aseveró.

A pregunta del periodista, Nicole Alexia respondió que le gusta asistir a la marcha anual de la Guardería ABC en Hermosillo porque “como hay mamás que perdieron a sus hijos, me gustaría ir a apoyarlas”, mientras que Dana Camila dijo que le gusta ir “porque siempre vemos a todos los de la guardería ABC, todos los sobrevivientes, se siente muy bonito porque no es como que todos los días nos vemos”.

Algo distintivo de la marcha del 5 de junio en Hermosillo estos últimos dos años ha sido el protagonismo de los niños. A lo largo del contingente me he topado con niñas y niños que marcan el ritmo de las consignas: “AaaaBeeeCeeé”, grita con fuerza un pequeño, “Nunca más”, corean jóvenes y adultos a su alrededor.

Y así como él otros menores: sobrevivientes, deudos, pequeños ciudadanos en formación que marchan sin saber que su presencia y sus palabras quizá nos lleven a ser ciudadanos más exigentes y gobiernos más responsables.

t: @Alejandrameza 

Foto principal tomada del Universal.com