El Cartel del Golfo ha sido uno de los grupos criminales más antiguos y poderosos de México, sin embargo, en los últimos años ha perdido territorio e influencia debido a varias batallas contra sus rivales, incluyendo a Los Zetas, su antigua ala militar. En su apogeo, su líder Osiel Cárdenas Guillén era considerado el capo más poderoso del hampa del país, y su brazo armado, Los Zetas, la pandilla más temida.
Redacción/CAMBIO 22
Historia
Los orígenes del Cartel del Golfo se remontan a 1984, cuando Juan García Abrego asumió el control del negocio de narcotráfico de su tío, que para entonces consistía en un pequeño negocio de marihuana y heroína. García negoció un acuerdo con el Cartel de Cali, una gigantesca estructura colombiana que estaba buscando nuevas rutas de ingreso al mercado de Estados Unidos, tras verse afectada por la ofensiva estadounidense contra sus rutas caribeñas. En términos de negocios, el acuerdo resultó irresistible tanto para los líderes del Cartel de Cali, los hermanos Rodríguez Orejuela, como para los mexicanos. García Abrego se ocuparía de los envíos de cocaína a través de la frontera mexicana, asumiendo todos los riesgos, con lo que se quedaría con cerca de un 50 por ciento de las ganancias.
Según informes, cuando García Abrego fue detenido y deportado a Estados Unidos en enero de 1996, el Cartel del Golfo tenía multimillonarios ingresos anuales, en dinero que debía ser transportado de nuevo a través de la frontera en maletas, jets y a través de túneles subterráneos. Esta organización narcotraficante construyó una red de distribución de gran alcance en Estados Unidos, de Houston a Atlanta y de Nueva York a Los Ángeles.
Otros capos como Amado Carrillo Fuentes, alias “El Señor de los Cielos”, jefe del Cartel de Juárez, siguieron los pasos de García Abrego y comenzaron a exigir a sus socios colombianos un mayor control sobre la distribución, en lugar de conformarse con los ingresos percibidos por sus servicios de transporte. Como resultado, a finales de los años noventa, los traficantes mexicanos habían construido una serie de redes de distribución de cocaína, metanfetamina y heroína que competían con el Cartel de Cali en tamaño, sofisticación e ingresos. Así mismo, pronto rivalizarían con sus contrapartes colombiana en términos de corrupción política, sobornando colaboradores en el gobierno, ministros, miembros de la policía federal e incluso de la Procuraduría General de la República (PGR).
Pero pasó un tiempo para que el heredero de García Abrego, Osiel Cárdenas Guillén, desarrollara el ala militar del Cartel del Golfo. Cárdenas reclutó al menos a 31 exsoldados de las Fuerzas Especiales de México para actuar como agentes de seguridad, pagándoles hasta tres veces su salario anterior. Eran francotiradores expertos, entrenados con armas inaccesibles para la mayoría de sus rivales narcotraficantes, tenían una rápida capacidad de despliegue de operaciones en casi cualquier entorno y encajaban perfectamente con el estilo de liderazgo osado y atrevido de Cárdenas.
Cárdenas fue detenido en 2003, después de que el Departamento de Estado de Estados Unidos ofreciera una recompensa de US$2 millones por su captura. Pero su antigua unidad de protección, que pronto comenzó a operar como un grupo independiente conocido como Los Zetas, es tal vez el legado más sangriento e influyente que este grupo dejó en la guerra contra el narcotráfico en México.
Liderazgo
Se cree que después de la extradición de Cárdenas a Estados Unidos en 2007, Jorge Eduardo Costilla Sánchez, alias “El Coss”, se quedó con el control de las operaciones del grupo, hasta que fue capturado en septiembre de 2012. El hermano de Cárdenas, Antonio Cárdenas Guillén, alias “Tony Tormenta”, administró el negocio de narcotráfico del cartel, hasta que fue asesinado en noviembre de 2010.
El arresto de El Coss dejó al grupo sin ningún sucesor evidente. En enero de 2013, uno de los candidatos para ocupar el vacío dejado por El Coss, David Salgado, alias “Metro 4”, fue asesinado por desconocidos.
Mario Ramírez Treviño, alias “X20”, un sicario y rival interno de Metro 4, asumió el control de la organización tras el asesinato de Metro 4. Ramírez Treviño fue arrestado en el estado de Tamaulipas en agosto de 2013, en una operación del ejército mexicano que estuvo seguida por el arresto de 24 miembros de su grupo, y fue recluido en una prisión mexicana, aunque también es requerido por Estados Unidos por cargos de narcotráfico y crimen organizado.
Así como con la captura de los demás cabecillas, la suya dejó un vacío de poder en el liderazgo del grupo.
Geografía
El centro de operaciones del cartel está en el estado fronterizo de Tamaulipas, y sus bastiones más importantes están en Matamoros, Nuevo Laredo y Reynosa. Estas zonas son fundamentales desde el punto de vista operacional y financiero. Una de las fuentes de ingreso del cartel consiste en cobrar a los locales por movilizarse por la zona.
Otra ciudad clave en el norte es Monterrey, en Nuevo León, donde el cartel perdió control debido a su intensa lucha contra Los Zetas, aunque parece estar ganando terreno de nuevo. El grupo es conocido por tener presencia en al menos otros 11 estados del sur de México, así como en las ciudades de Miguel Alemán en Oaxaca, Morelia en Michoacán y posiblemente también en la península de Yucatán.
Aliados y enemigos
En abril de 2010, la policía federal confirmó que existía una alianza entre la Familia Michoacana y el Cartel del Golfo contra su rival común, Los Zetas, quienes habían estado incursionando agresivamente en el bastión tradicional del Cartel del Golfo en Tamaulipas.
Para los observadores del crimen en México esta no fue ninguna sorpresa. El Cartel del Golfo tiene un violento historial de antiguos aliados que se vuelven en su contra. Una alianza anterior, negociada en prisión entre Cárdenas y Benjamín Arellano Félix, uno de los líderes del Cartel de Tijuana, se mantuvo por cerca de un año hasta que el acuerdo se rompió en 2005, dando lugar a un nuevo brote de asesinatos en los estados fronterizos. Otra división temporal del territorio con el Cartel de Sinaloa también se rompió en 2007, causando estragos en todo el país.
Perspectivas
El Cartel del Golfo ahora tiene la tarea de combatir a un monstruo de su propia creación. Hay algunos indicios de que han sido capaces de sacar a algunos elementos de Los Zetas de Tamaulipas. Pero esta organización está actuando con fuerza en las ciudades fronterizas y el Cartel del Golfo ya ha perdido gran parte de su antiguo monopolio sobre la costa oriental de México.
Secuestro de Cuatro Turistas en Matamoros, Tamaulipas
El cartel del Golfo, considerado el responsable de secuestrar a cuatro turistas estadounidenses la semana pasada en Matamoros, México, emitió una carta de disculpa y entregó a cinco de sus miembros a las autoridades locales, según imágenes que circulan en línea y una versión de la carta obtenida que obtuvo CNN de un funcionario cercano a la investigación del caso.
“El [cartel del Golfo] pide disculpas a la sociedad de Matamoros, a los familiares de la señora Areli, y a las personas y familias estadounidenses afectadas”, se lee en la carta escrita a mano, que menciona a la mexicana inocente que murió tras el tiroteo que se produjo durante el secuestro y que también cobró la vida de dos estadounidenses.
Los cuerpos de los dos estadounidenses que murieron tras el secuestro fueron entregados este jueves a las autoridades diplomáticas de EE.UU., según un funcionario mexicano. Otros dos estadounidenses sobrevivieron al secuestro.
En una de las fotos publicadas en línea se puede ver a cinco hombres amarrados y acostados boca abajo en el pavimento con sus camisas sobre sus rostros. Las autoridades uniformadas se ven de pie sobre ellos.
“El cartel del Golfo, Grupo Escorpión, condena enérgicamente los hechos del viernes pasado”, continúa la carta, refiriéndose a una división del cártel, y “por ello, decidimos entregar a los involucrados directos y responsables de los hechos, quienes en todo momento actuaron bajo su propia determinación e indisciplina, y en contra de las reglas en las que siempre opera” el grupo.
Es común que los carteles mexicanos, especialmente en el noreste del país, envíen mensajes a las autoridades o a grupos rivales después de incidentes de alto perfil, como el secuestro de este mes, según Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de la Universidad George Mason, que estudia a estas organizaciones criminales.
El funcionario que confirmó la aparente legitimidad de la carta dijo que los funcionarios de México y Estados Unidos que investigan el secuestro dudan mucho sobre la sinceridad de la disculpa del grupo, pero que sospechan que la disculpa ocurrió después de que el ataque atrajera una atención pública y un escrutinio considerables sobre las acciones del cartel.
La noticia se produce después de que las autoridades de México detuvieran en Reynosa a un líder local del cártel del Golfo, buscado por secuestros anteriores, según un funcionario estadounidense informado de la detención.
Cualquier vínculo con el secuestro de los cuatro estadounidenses no quedó claro de inmediato. Pero, el funcionario cree que los miembros del cártel del Golfo atacaron a los estadounidenses en Matamoros en un caso de confusión de identidad.
El líder del cártel local, Ernesto Sánchez-Rivera, también es conocido por tener vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación, añadió la fuente.
Los cuerpos de Shaeed Woodard y Zindell Brown, los dos estadounidenses muertos en el secuestro, fueron entregados a las autoridades diplomáticas de EE.UU. después de que dos sobrevivientes del ataque regresaran a EE.UU. para ser tratados en un hospital, confirmó el fiscal general de Tamaulipas, Irving Barrios Mojica, en un tuit este jueves.
Los estudios forenses de México sobre las dos víctimas estadounidenses también han concluido, añadió Barrios.
Los restos de Woodard y Brown probablemente serán transportados a una funeraria en Brownsville, Texas, dijo un funcionario estadounidense familiarizado con la investigación. La repatriación ocurrió días después de que los cadáveres fueran descubiertos junto a sus dos amigos sobrevivientes en una casa de los alrededores de la ciudad Matamoros, en México.
Las autopsias se terminaron en la mañana de este miércoles en México, un funcionario de la Fiscalía de Tamaulipas dijo, aunque las autoridades mexicanas no han dado a conocer las causas de la muerte. El funcionario estadounidense afirmó que se realizarán unas segundas autopsias en EE.UU.
Los fallecidos formaban parte de un grupo de cuatro amigos de Carolina del Sur que condujeron el viernes pasado hasta Matamoros para que uno de ellos, Latavia Washington McGee, pudiera someterse a un procedimiento médico, según dijeron dos familiares a CNN. Pero su viaje se interrumpió violentamente cuando hombres armados no identificados dispararon contra su camioneta y posteriormente subieron a los estadounidenses a un vehículo y se los llevaron, dijo el FBI.
Según el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, una bala perdida mató también a una transeúnte mexicana inocente que estaba a una cuadra y media del lugar donde fueron secuestrados los estadounidenses.
James Woodard, padre de Shaeed Woodard, dijo que fue difícil ver el video del secuestro de su hijo en televisión.
“Fue muy duro para mí ver esos videos y ver cómo lo arrastraban y lo tiraban en la parte trasera del vehículo”, dijo el mayor de los Woodard este jueves, que habría sido el 34 cumpleaños de su hijo. “Era un bebé y que me lo arrebataran así fue muy doloroso. Mi familia está muy dolida porque era adorable. Tenía el corazón más grande”.
El sobreviviente Eric Williams recibió tres disparos en las piernas, según declaró su esposa Michele Williams.
Cuando él y McGee fueron descubiertos con vida este martes, Williams fue trasladado a un hospital de Texas para ser operado, dijo.
Washington McGee también fue trasladada a un hospital, dijo su madre, Barbara Burgess, a CNN, aunque las autoridades mexicanas dijeron que no estaba herida.
“Ella los vio morir”, dijo Burgess, relatando lo que Washington McGee le contó sobre el secuestro. “Estaban conduciendo y una camioneta se acercó y los golpeó, y fue entonces cuando empezaron a disparar al auto, disparando dentro de la camioneta… Dijo que los demás intentaron huir y les dispararon al mismo tiempo”.
Washington McGee y Brown son primos que se criaron juntos tan cercanos como hermanos, dijo Burgess.
“Era una buena persona y lo extraño”, dijo Burgess sobre Brown. “Lo amaba. (No hay) nada que no habría hecho por él”.
Fuente: INSIGHT CRIME y Agencias
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