Por: Fabián Urias Velázquez.
Cierto día le hice caso a mi curiosidad y empecé a investigar a un mítico habitante de la parte costera sur de nuestro desierto Sonorense y de la parte baja de la Península de Baja California, y sentí que su historia merece ser contada. Este es el relato de “El Árbol Sagrado que Roba el Sueño”, su nombre es “Jito” o “Palo Santo”, aunque también tiene su nombre rimbombante (Forchammeria Watsoni). Empecemos:
Sus hojas son extrañas; cuando las miras, pareciera que vives una historia jamás escrita de Julio Verne, es como si estuvieras en otro mundo, o de otra época, como si se hubiera detenido el tiempo. Quien las observa, diría que no son hojas, es tan extraño y a la vez tan especial que genera debates y opiniones interminables. El jito está ahí para que lo conozcamos, nos dice que lleva miles de años (sin que haya estudios que lo comprueben) y que ha visto los cambios que hemos provocado, pero se niega a explicarnos como es que sobrevive en estas condiciones climáticas tan extremas como es el desierto Sonorense, así que cuando tengas la oportunidad de estar bajo la sombra de un jito, recuerda que te está arropando un árbol que NO te robará el sueño, pero si, el corazón.
Nos vemos en la próxima aventura.
Un agradecimiento a mi amigo Carlos Roberto Mati Ortega sin su ayuda no habría podido concretar esta investigación.
Espero sus comentarios.
Fabián Urias Velázquez
Twitter @Furvel75 Correo: fabian.urias75@gmail.com.
Existen historias románticas en relación al jito, por ejemplo, dicen los mayos que puedes estar bajo su sombra, descansar y reflexionar, pero no debes dormirte, porque los espíritus que lo habitan te robarán el sueño y la razón.
Pero también hay argumentos científicos que son interesantes, por ejemplo, hay quienes dicen que las edades de estos árboles rondan los 10 mil años y que están en proceso de extinción, sin embargo, no citan las investigaciones que comprueben tal cosa. Confieso que es muy emocionante pensar que es cierto, porque de ser así, estaríamos ante la presencia del árbol más viejo del mundo, lamentablemente por más que busqué corroborar esto, no tuve éxito.
En mi búsqueda me ayudó mi amigo Carlos Roberto Mati Ortega quien me presentó al Maestro en Ciencias de la Universidad de Sonora José Jesús Sánchez Escalante, amablemente me atendió y me prestó un libro que se llama Sonoran Desert Plants. Ahora sé que el jito es un árbol que mide de 3 a 8 metros de altura, su corteza es lisa y gris y su hoja es verde oscuro y no muere (no se cae) con la llegada del otoño, esto significa que su hoja se renueva o reconstruye paulatinamente durante el año (perene); florece en marzo y abril y se cree que se poliniza por el viento. Se podría decir que el termino apropiado para este árbol es “inmune a la Sequía” en vez de “Resistente a la sequía”… ¿verdad que suena interesante?
Esta es mi conclusión, acerca del jito, aclaro que no soy ecólogo, simplemente soy un aprendiz de escritor:
Sus hojas son extrañas; cuando las miras, pareciera que vives una historia jamás escrita de Julio Verne, es como si estuvieras en otro mundo, o de otra época, como si se hubiera detenido el tiempo. Quien las observa, diría que no son hojas, es tan extraño y a la vez tan especial que genera debates y opiniones interminables. El jito está ahí para que lo conozcamos, nos dice que lleva miles de años (sin que haya estudios que lo comprueben) y que ha visto los cambios que hemos provocado, pero se niega a explicarnos como es que sobrevive en estas condiciones climáticas tan extremas como es el desierto Sonorense, así que cuando tengas la oportunidad de estar bajo la sombra de un jito, recuerda que te está arropando un árbol que NO te robará el sueño, pero si, el corazón.
Nos vemos en la próxima aventura.
Un agradecimiento a mi amigo Carlos Roberto Mati Ortega sin su ayuda no habría podido concretar esta investigación.
Espero sus comentarios.
Fabián Urias Velázquez
Twitter @Furvel75 Correo: fabian.urias75@gmail.com.
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