Por: Isabel Dorado Auz

Se empieza a dar, en Hermosillo, una especie de campaña en contra de cualquier árbol que no sea considerado nativo o endémico. Al principio, la campaña fue feroz en contra de los yucatecos y las ceibas, ahora es en contra del olivo negro, la benjamina y el árbol del neem. Quienes tenemos formación universitaria debemos ser muy cuidadosos con nuestros comentarios si no queremos contribuir a la desinformación que se genera en las redes sociales y, por eso, hoy quiero abundar sobre la relación entre el árbol del neem y las abejas mieleras.

Revisando trabajos académicos encontré que en la Huasteca Potosina (Fernández y Sánchez, 2004) están trabajando con el establecimiento y aprovechamiento del árbol del neem como una fuente barata de manejo integrado de plagas por sus propiedades insecticidas, como alternativa al uso indiscriminado de productos químicos. Además, el fruto es consumible por humanos, aves y otro tipo de animales.

Aunque el árbol del neem posee 30 metabolitos insecticidas, el más importante es la azadiractina (AZA), la cual una vez aislada es reconocida como el principal compuesto activo de mayor bioactividad contra los insectos. Si bien se encuentra en todas las partes de las plantas, la AZA se almacena hasta cuatro veces más en la semilla respecto a las hojas. Los extractos y polvos de neem son formas artesanales muy simples de preparar y de aplicar.

Obviamente, la aplicación de la AZA va dirigida a insectos que merman la producción agrícola, pero hay quienes se preguntan que efecto tendrá en especies benéficas como las abejas mieleras. En este caso, consulté otro trabajo académico (González Gómez y col., 2016) donde se habla de concentraciones específicas que provocarían la muerte de estas especies. Aunque reconocen que a concentraciones de 21.1 % provocó un 100% de mortalidad de huevos, también mencionan que “con concentraciones de 5.3 y 10.6% (116.2 y 232.3 mg por cada litro de azadiractina, respectivamente), el número de huevos puestos por las reinas no fue significativamente diferente respecto al testigo. Se habla aquí de aplicar aceite de neem a colmenas. Hay que hacer conciencia sobre las concentraciones requeridas, porque hay quienes piensan de que solo por posarse sobre los árboles del neem las abejas caerían fulminadas.

Sirvan pues, estas publicaciones de referencia para contribuir al debate y que razonemos muy bien antes de hacer señalamientos temerarios por el uso que puede darse al árbol del neem, especialmente sus aceites, como insecticida.

Bibliografía:

Fernández, M.C. y Sánchez, R.A. 2004. El árbol del nim. Establecimiento y aprovechamiento en la Huasteca Potosina. INIFAP.

González Gómez, R., Otero Colina G., Villanueva Jiménez, J.A. Santillán Galicia, M.T., Peña Valdivia, C.B. y Santizo Rincón, J.A. 2016. Efecto del nim (Azadirachta indica) sobre abejas obreras y reinas, cuando se aplica para el control de Varroa destructor. Journal of Apicultural Research Volume 55, 2016 – Issue 5