Mientras Ximena crecía, sus preguntas iban en aumento, así que ante ellas, especialmente las que involucraban eso de “¿De donde vienen los osos, las tortugas?” Entonces fui desarrollando estas historias…
Por Jorge Tadeo Vargas
Jah! Era el oso más flojo del mundo; el menos eso decían los demás osos con los que vivía. Y es que Jah! Hacía todo a su ritmo; nunca llevaba prisa, siempre iba a su propio paso. Esto molestaba a todos los demás; muchos de ellos incluso lo llegaban acusar de que se aprovechaba de los demás; que todos tenían que hacer su trabajo de recolección de frutos, de reparación de los pisos que construían en los árboles porque él era demasiado lento. Esto era una mentira. Jah! A su manera trabajaba mucho más que los otros osos; pues como no tenía prisa no se cansaba y podía trabajar mucho más tiempo que los demás.
El tenía un lema: “todo a su tiempo, todo a su paso”.
De pronto el planeta comenzó a cambiar. Había muchos terremotos por todos lados. Los volcanes; que eran muchos, comenzaron a hacer erupción todos los días. Era difícil respirar con tanto humo. Muchos animales comenzaron a irse de la región donde vivían Jah! Y su familia. Ellos también hablaban de que se tenían que ir de ahí. Que ya no era posible seguir viviendo en ese lugar. Se estaban acabando la comida y el agua. Jah! Solo les decía: “todos a su tiempo, todo a su paso” lo que enojaba a los demás.
La temperatura comenzó a bajar; el cielo pasaba más tiempo de color oscuro que azul. Llovía todos los días y no era lluvia solo de agua, no, con los volcanes haciendo erupción, era una lluvia acida, llena de azufre que comenzó a dañar a las plantas. La familia de Jah! Decidió que era momento de tener una reunión familiar.
– Tenemos que irnos – dijo Juh! Primo de Jah! Y que era el líder natural de toda la familia – Ya no podemos vivir aquí.
– Pero no podemos irnos todos – a completo Jeh! – que era el de pensamiento crítico y el más inteligente de todos. – Dejemos atrás a los más pequeños que sabemos que no van a sobrevivir.
Esta idea causo todo un revuelo en la manada/familia. No era posible. Aun así decidieron votar y gano la mayoría. Los pequeños más débiles se quedarían ahí a esperar su destino: la muerte. Entonces Jah! Hablo. – Yo me quedare con ellos – les dijo. A fin de cuentas soy “tan flojo” que solo los retrasaría.
– No pensábamos esperarte, es más, ni siquiera que te fueras con nosotros. Si te quieres quedar; hazlo. No nos importa – Le dijo Jeh! A lo que toda la familia estuvo de acuerdo.
Jah! Solo sonrió y no dijo más. El y una pequeña manada de siete cachorros, no aptos para seguir a los demás vieron a la manada/familia partir. Claro algunos comenzaron a llorar pero Jah! Los consoló. –No se preocupen – les dijo – Todo a su tiempo, todo a su paso. Vengan conmigo.
La nueva manada siguió a Jah! Hasta una cueva donde había montones de fruta seca, semillas y un pequeño lago con crustáceos y algunos peces. – Aquí nos quedaremos les dijo – ah! Tomando su papel de líder de la manada. – ahora nos toca ir a dormir. Yo les diré cuando despertar.
Afuera el mundo se volvió un caos; comenzó a caerse en pedazos y muchos animales murieron en ese lapso. Solo sobrevivieron aquellos que se escondieron y que tuvieron la inteligencia de ser precavidos. Muchos días después; meses digamos, Jah! Se despertó y despertó a los siete cachorros que ya eran unos osos enormes.
– Es tiempo – les dijo – ahora a continuar –. Los cachorros despertaron en medio de la modorra habitual después de dormir tanto tiempo y hambrientos fueron a buscar las reservas que Jah! Tenía guardadas; comieron fruta, semillas y pescaron algunos peces. Después salieron a un nuevo mundo que también comenzaba a despertar. Y así entre juego, fueron aprendiendo a recolectar, almacenar y cuando el frío comenzaba a sentirse, entrar a la cueva a hibernar.
Dándole tiempo al tiempo y caminado paso a paso.
Publicado en: primaindie@substack.com
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