“El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir”.
José Saramago
En la euforia del triunfo, quizá Nadie, de los que ganaron en Sonora, esté viendo como un problema que más del 50% de la población en edad de votar, que integra la lista nominal del instituto electoral, decidió no participar en la reciente contienda que se llevó a cabo el pasado 6 de junio. En mi distrito local, menos de una tercera parte depositó su voto en las urnas, razón por la cual el diputado electo tendrá una representación real cercana al 15%.
Si somos honestos, el Pueblo decidió, en su mayoría, abstenerse de votar. ¿Por qué lo hizo? Es una pregunta que deberán responderse quienes tomarán las riendas de la conducción política del estado. Pasar de la democracia electoral a la democracia participativa es un anhelo planteado en los estatutos del partido que será gobierno en Sonora, por lo mismo, al no romper la inercia del abstencionismo electoral el reto es aún mayor.
Hay mucha desconfianza del Pueblo Sabio y sería bueno indagar cuáles son las principales razones. Quiero comentarles, por ejemplo, que el pasado sábado se acercó un joven a Mí y me dijo que Él creía que Yo no volvería a las jornadas de limpieza y reforestación de La Sauceda, dado que había terminado la campaña electoral y no había obtenido la victoria como candidato a la diputación local. Al parecer, no sabía que tenemos casi dos años haciendo esas jornadas y le aclaré que continuaremos con las mismas, dado que el compromiso es y seguirá siendo rehabilitar esa área verde tan importante para el municipio. El punto es, que si no logramos convencer con acciones concretas entonces ¿cómo?
Es muy difícil generar cambios importantes sin la participación del Pueblo. En este proceso electoral, los medios, en general, decidieron desentenderse de las campañas de los candidatos a las diputaciones locales y se centraron principalmente en los candidatos para la presidencia municipal y para la gubernatura. El resultado fue que muchos de los hoy diputados electos no ocuparon hacer contacto directo con los votantes y, obviamente, desconocen la problemática social que supuestamente deben resolver. No olvidemos que es el Congreso Local el que aprueba el presupuesto y, por lo mismo, los diputados deben ser los más enterados de las necesidades del Pueblo Sonorense, dado que el gobernador solo ejecuta lo que decide el Poder Legislativo. Bueno, eso dice la lógica del quehacer político.
Da la impresión de que el Tigre sigue suelto en Sonora y que pudieron ser las cúpulas, poderes fácticos, quienes decidieron la elección. De ser así, los grupos de interés solo cambiaron de partido y conservarán sus privilegios. Anhelo, sin embargo, que mi impresión sea equivocada y que en la integración del gabinete de Alfonso Durazo haya una señal clara del cambio que esperamos ver ahora que Morena gobernará Sonora. Hay perfiles interesantes que espero ahora sí sean tomados en cuenta y que no resulten sorpresas desagradables como ocurrió con la selección de candidaturas.
Una buena lectura del alto nivel de abstencionismo pudiera ser la mejor manera de iniciar el nuevo gobierno. Espero que no se caiga en la tentación de subordinar esfuerzos, sino más bien buscar una muy buena coordinación de las potencialidades de tod@s y cada un@ de las personas que se integrarán al nuevo equipo de gobierno. Espero que la administración de Alfonso Durazo marque un antes y un después que refleje la integración plena de todo el Pueblo Sonorense a las nuevas labores de gobierno.