Empieza a comentarse en pasillos universitarios que la actual dirigencia del STAUS le hará el trabajo sucio a la administración priista y eso abrirá la puerta para encajarle, a chaleco, el nuevo convenio a los trabajadores universitarios. Me niego a creerlo, pero los siguientes días nos darán señales más claras.
Por lo pronto, el exdirigente sindical, Jorge Rountree Cons, circuló una especie de reflexiones que deben ser tomadas en cuenta. Entre otras, nos dice que “El Convenio ISSSTESON-UNISON vigente tiene carácter de obligatoriedad, y no tiene fecha de caducidad, sino una intención explícita de que pudiera modificarse”. Luego entonces, ¿cuál es el apuro por negociar con un gobierno que seguramente tendrá características distintas una vez que ocurra el proceso electoral. Nos advierte que la ley 38 del ISSSTESON no rige las condiciones, ya que eso le corresponde al Convenio, tal y como ocurrió entre 1990 y 2005 cuando el convenio vigente establecía que pagáramos 2% más que lo establecido en la entonces ley vigente, ya que el convenio establecía 26% global entre universidad y trabajadores, y la ley establecía 24%. Rountree nos informa, también, que la ley federal del trabajo obliga al Estado a otorgar seguridad social.
Un dato nada despreciable que nos aporta Jorge es que el abogado del STAUS fue asesor jurídico del ISSSTESON, cuando el director era Carlos Millán Félix, en tiempos de Manlio Fabio Beltrones. Se supone que este individuo cuenta con información privilegiada que podría utilizar en beneficio de los trabajadores y detener este segundo atraco que se pretende asestar a nuestro sindicato después del desfalco de más de seis mil millones de pesos. Después de lo anterior, uno se pregunta, ¿qué interés puede tener la actual dirección sindical para acelerar la firma de un Convenio que, a todas luces, es lesivo para los trabajadores universitarios?
La pregunta anterior, toma mayor sentido cuando empieza a circular información en torno a un presunto beneficio que está recibiendo Otto Claussen, hermano del anterior director del ISSSTESON, a través de las farmacias YZY, antes Farmacón, propiedad del hermano incómodo del ahora secretario de salud. Recordar que Otto fue director del ISSSTESON en el sexenio de Eduardo Bours, mismo en el que se aprobó la actual Ley 38. Luego entonces, surge otra pregunta, ¿qué relación tienen los hermanos Claussen Iberri con el DESFALCO de los seis mil millones de pesos?
No les parece extraño, por lo menos, mis queridos lectores, que nuestro sindicato tenga apuro por “resolver” este problema. Son tiempos de unir fuerzas y si dos de las planillas contendientes en el pasado proceso electoral interno, que juntas son mayoría, están cuestionando al actual Comité Ejecutivo, parece natural invitarlos a que se unan para frenar la embestida que proviene precisamente de parte de quienes no han hecho nada por recuperar los seis mil millones de pesos desfalcados.
Por lo pronto, este lunes 19 de febrero, los integrantes de lo que fuera la Planilla Negra vamos a reunirnos y propondré que hagamos una estrategia conjunta con los Platinos y con liderazgos sindicales muy bien identificados, para que mostremos un mayor grado de organización todas las fuerzas internas que nos oponemos a este nuevo atraco.
Isabel Dorado Auz