Por: Isabel Dorado Auz / auz3@isabel-dorado-auz

Una de las consecuencias de las prisas por aprobar la “nueva” ley orgánica 169, que ahora rige en la Universidad de Sonora, es el relajo que significará la primera convocatoria para elegir a los órganos colegiados, misma que le permitirá a la rectoría imponer todo el poder que le otorgó la nueva normatividad.

Acorde a la convocatoria, será un algoritmo encriptado el que decida quien podrá ser candidato o candidata, con el pretexto de la equidad de género. Esto es, al haber registro de planillas, conformadas por un hombre y una mujer, el algoritmo decidirá quien será la persona que funja como propietaria y quien como suplente. La cuota de género se pone por encima del derecho constitucional a ser votado en la posición de propietario.

La convocatoria señala como única alternativa el registro electrónico si se quiere ser candidato o candidata a una posición en los órganos colegiados. Esto es, tendrá que esperar a recibir un correo electrónico que le confirme si obtuvo o no el registro.

Lo más lamentable es que la votación se llevará a cabo de manera electrónica, lo cual deriva en la violación a principios fundamentales de los procesos democráticos como lo son la secrecía del voto y la certeza misma del proceso electoral, ya que quien controla la máquina controla el proceso electoral, algo que hemos venido denunciando en las votaciones electrónicas que lleva a cabo el STAUS y que motivó que en la pasada elección del Comité Ejecutivo Sindical hubiera planilla única, dada la desconfianza en el manejo electrónico del voto de los profesores.

Sorprende que la convocatoria señale, que en atención al cuidado del medio ambiente, sustentabilidad y responsabilidad social, las planillas podrán realizar campaña electoral hasta el 27 de marzo, a pesar de que el registro de planilla inicia el 22 del mismo mes. Causa sorpresa, dado que no se señala explícitamente alguna recomendación que evitaría el daño al medio ambiente y la sustentabilidad, lo cual nos haría ser socialmente responsables.

Paradójicamente, si entiendo bien, se invierte la ecuación para favorecer el voto electrónico, dado que en la misma convocatoria se señala que quien no pueda emitir el voto electrónico podrá asistir a los módulos que se establecerán en cada Campus donde, entiendo Yo, se podrá emitir el voto de manera física en una boleta electoral.

Por último, la Comisión electoral hace un llamado para que las planillas, de solo dos integrantes, incorporen representantes de las colectividades que constituyen minorías (comunidades indígenas, personas con discapacidad, LGBTIQ+, entre otras). Lo veo hasta como una falta de respeto, ya que quien pertenezca a esas minorías y muestre la capacidad para integrarse a los órganos colegiados no necesita la tutela de Nadie y, por lo mismo, seguramente será electo o electa para que nos represente.

En fin, empieza mal la operación de la cuestionada ley orgánica 169, lo cual es consecuencia de la prácticamente nula participación de la comunidad universitaria en su elaboración. El congreso del estado en su farsa de Parlamento Abierto, no nos dio la oportunidad de debatir y consensar el marco normativo que nuestra Alma Mater merece.