Luis Enrique Ortiz

Hoy 20 de Septiembre el presidente de la Unión Ganadera Regional de Sonora (UGRS), Juan Ochoa Valenzuela, en el marco de una soberbia entrevista con el camarada Luis Alberto Medina, dijo que su esposa se enoja con él porque ama tanto a los animales que a veces la compara con una vaca.

Ganaderos desplazados, asesinados o desaparecidos por toda la región del vasto desierto de Sonora que se extiende allende el condado de Pima, en Arizona.

Completan el cuadro robo de ganado e invasión de mubles e inmuebles, que son cosa de todos los días y los más de 75 vaqueros asesinados de más de 50 ranchos. No son casos aislados.

Pero en lugar de alzar la voz por los intereses del aporreado gremio, Ochoa Valenzuela, es exhibido como machista y defendiendo el sufrimiento de los animales. Sí, dijo esto en una de las principales multiplataformas informativas del país.

Son animales, no hablan, no se les puede hacer entender con palabras, precisó el ganadero favorito de la Cuarta Transformación en Sonora.

Estos fueron los argumentos del rico hacendado en contra la nueva Ley de Protección Animal que aprobó el Congreso Local de Sonora: su amor por los animales al grado de compararla con la familia misma, pero al mismo tiempo decir que dicha norma no debe ser aplicada al sector agropecuario del estado, porque los animales no entienden con palabras.

Sonora produce una de cada tres reses del país, con más de 270 mil cabezas, es un negocio multimillonario, muy escondido en el Producto Interno Bruto del estado, que sin embargo en los últimos años ha tenido tasas de crecmiento del 5% tan sólo la producción y venta de bovinos.

Disputa de manera permanente con Chihuahua el lidrazgo en exportación de becerros en pie, cuyos precios han ido a la alza incluso en este 2024, pese a la sequía que aqueja a cientos de pequeños productores sonorenses.

La produccción vacuna estatal, es la segunda en importancia del sub sector con un valor de poco más de 7 mil millones de pesos, sólo superada por la cadena de porcinos, cuya cifra casi se duplica con 13 mil 700 millones de pesos.

En abril de 2024 el kilo de becerro en pie promediaba 105 pesos, en julio pasado cerró por arriba de los 138 pesos, kilogramo.

El problema de la ganadería no es una ley que suena más a caja china que a nada, sino las muertes, desapariciones, desplazamientos, robos y despojo que vive el sector y no sólo de engordadores, intermediarios o cualquiera otro que participe en la cadena desde el insumo hasta el producto.

Como colofón de esta triste historia Ochoa Valenzuela, amenaza con ir a quejarse con el gobernador Alfonso Durazo, porque los diputados no acataron el 100% de sus observaciones a una ley aprobada hace más de una semana, pero que apenas algunos lo notaron, lo que por desgracia le ha costado el descrédito al representante de todos los ganaderos de Sonora.

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