¿Sabías que un bebé desde que nace es capaz de buscar su propio alimento?, vaya que es algo realmente sorprendente. Así lo capta el lente de Leilani Rogers, una fotógrafa de Austin, Texas especializada en partos y lactancia. La fotógrafa explica que tanto la madre como el padre de la bebé de nombre Harper, le comentaron que les ilusionaba mucho tener las imágenes del “breast crawl”, ese momento en que su bebé repta hasta llegar al pecho de su madre, por ello y durante el parto, Rogers retrata ese maravilloso y -al mismo tiempo- natural momento de la vida de esta recién nacida.
No es un milagro, simplemente es fisiología, el reflejo del reptado o “gateo hacia el pecho” o “afianzamiento espontáneo”, son los mismos movimientos que un bebé realiza para empujarse por el canal de parto, sólo que ahora estos movimientos lo llevan hacia el pecho de su madre, a localizar el pezón y succionarlo.
Al instante en el que un bebé nace su grado de receptividad está en los niveles más altos, se dice que la primera hora es un periodo sensitivo con grandes beneficios, tanto para la madre como para el hijo; por ello un contacto precoz favorece la impronta afectiva, ya que les permite reconocerse, olerse, sentirse y alimentar del calostro. Este momento, cada vez menos conocido y experimentado por las madres y sus bebés, es fundamental para iniciar la lactancia materna.
En un mundo donde la OMS reporta que menos del 40% de los lactantes menores de seis meses reciben leche materna como alimentación exclusiva, rescatar el reflejo del “gateo hacia el pecho” contribuiría a superar algunas de las dificultades que las mujeres enfrentan en el proceso de lactancia, puesto que los bebés separados de sus madres al nacer tienen más problemas de succión y lactancias más cortas.
El gateo hacia el pecho es una de las historias más bellas e impactantes que nos recuerdan que la función alimentadora de los senos es parte de la normalización de la lactancia.
Por: América Montoya
A continuación, la galería Documenting the Breast Crawl de Leilani Rogers