Restaurar ríos contribuye a cumplir con otros acuerdos globales, como lo es la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, o la Iniciativa mundial 30×30 para proteger una tercera parte del territorio como Área Natural Protegida.

Por: Cuauhtémoc Osorno Córdova*

Si quieres ver el peor reflejo del desarrollo económico y urbano en México, lo puedes observar en nuestros ríos. Hoy en día, los ríos de la nación se encuentran sobrexplotados, contaminados o sepultados por las voraces ciudades de concreto.

Los ríos de los que disfrutaron décadas atrás nuestros abuelos y madres, en su mayoría ya solo son agridulces recuerdos. Esta triste y normalizada situación también significa un fracaso rotundo de la política ambiental e hídrica en el país.

Pero en este nuevo gobierno federal, puede haber un margen para la esperanza. El punto seis de los 10 principios de la nueva política de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), propuso la restauración de nuestros ríos.

Esta promesa presidencial, retoma el compromiso internacional “Desafío por el Agua Dulce” (Freshwater Challenge) al que México se sumó con otras naciones en marzo del 2023 ante la ONU, con el objetivo de restaurar 300 mil kilómetros de ríos.

Restaurar ríos contribuye a cumplir con otros acuerdos globales, como lo es la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, o la Iniciativa mundial 30×30 para proteger una tercera parte del territorio como Área Natural Protegida.

Además, este tipo de proyectos sirven para garantizar el derecho humano a un ambiente sano. Aquí algunos de los beneficios que nos ofrece la restauración de ríos:

  1. Disminuyen daños por inundaciones
  2. Conservan la biodiversidad local y migratoria
  3. Proveen aire y agua limpia
  4. Recargan acuíferos
  5. Reducen temperaturas en las ciudades
  6. Absorben gases de cambio climático
  7. Brindan paisajes para la recreación y el turismo.

Algo que se requiere aclarar, es que no es lo mismo el saneamiento que la restauración. Lo primero se enfoca en atender la parte bioquímica de la calidad del agua de los ríos. Mientras que lo segundo abarca lo hidrológico, geomorfológico y ecológico.

El objetivo central de la restauración de ríos, es tratar de recuperar la salud integral de estos ecosistemas lo más parecido a su forma natural, así como fueron antes de ser invadidos, canalizados, desecados, entubados y/o contaminados.

Las principales acciones de restauración de ríos son:

  • Recuperación y restauración de taludes, meandros y llanuras de inundación
  • Reforestación de vegetación ribereña
  • Control o erradicación de especies invasoras
  • Conservación o reintroducción de especies nativas
  • Mejoramiento y saneamiento de la calidad del agua
  • Establecimiento de caudales ecológicos (garantizar agua en el cauce)
  • Destrucción de presas y otras barreras artificiales en el río.
Propuesta de restauración del río en Leipzing, Alemania.

Propuesta de restauración del río Los Ángeles, Estados Unidos.

Restauración del río Cheonggyecheon en Corea del Sur.

Por el lado político, es positivo que la presidenta, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, haya impulsado durante su gobierno en la Ciudad de México, proyectos para el rescate de los ríos locales, como el río Magdalena llamado “el último río vivo” de esa capital.

Al igual es destacable la “Estrategia Nacional de Restauración de Ríos”, impulsada en 2021 por la asociación Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, junto con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), que es parte de la SEMARNAT.

México puede aprovechar la gran experiencia que ha tenido Europa desde hace décadas en esta materia. Por ejemplo, España celebra anualmente encuentros de restauración de ríos, donde la Estrategia Ebro Resilience nos puede enseñar mucho.

Lo más probable que la promesa de restauración de ríos en México se inserte en el Programa Nacional Hídrico 2025-2030, donde las instituciones responsables sean la CONAGUA, el INEEC y/o el IMTA. Pero ojo, se necesitarán miles de millones de pesos.

Debido a las limitantes presupuestales, será clave que esta política de restauración se realice desde una visión de gobernanza, en alianza con gobiernos locales, organizaciones civiles y academia, para sumar recursos y lograr mayor impacto en el país.

Lo importante en todo caso, será atender a la par las causas de los problemas que enfrentan los ríos: el descontrolado crecimiento urbano y agrícola, la falta de vigilancia y educación ambiental, el indebido desecho de residuos y el incumplimiento de la ley.

Una noticia alentadora, es que recientemente el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), aceptó colaborar a nivel técnico, a petición del movimiento #UnRíoEnElRío, para proponer un plan de restauración del río Santa Catarina en Nuevo León.

En México nos merecemos el derecho a disfrutar de ríos vivos y sanos. La restauración de ríos son soluciones basadas en la naturaleza para la justicia socioambiental, que ayudará a recuperar el patrimonio biocultural y afrontar los retos del cambio climático.

Mientras esta política pública se diseña y se implementa en los siguientes años (eso esperamos), te invito a que la próxima vez que pases por el río de tu municipio o colonia, pienses en cómo te gustaría verlo en un futuro y si tú ahora puedes hacer algo por él.

* Cuauhtémoc Osorno Córdova es miembro de la Red Mexicana de Cuencas. Al igual es egresado de la Maestría en Gestión Integral del Agua en el Colegio de la Frontera Norte (El COLEF). Se especializa en políticas públicas y derechos humanos relacionados al agua.


Publicado originalmente en http://ladobe