Por Ángeles Mariscal
Chiapas. 45 indígenas tsotsiles asesinados y ninguna persona en la cárcel, es el saldo 25 años después de la masacre de Acteal, ocurrida el 22 de diciembre de 1997 en el municipio de Chenalhó, en la zona de Los Altos de Chiapas. La víspera del aniversario, indígenas sobrevivientes de la masacre iniciaron los rituales para recordar a sus muertos y reiterar su demanda de justicia.
La conmemoración de la masacre se da también en un contexto de acoso a los sobrevivientes, de las fracturas internas que la organización de Las Abejas de Acteal ha tenido en este cuarto de siglo, y de la petición a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que emita el Informe de Fondo que pueda servir para llevar el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), y así obligar al Estado mexicano a enjuiciar a los autores materiales e intelectuales de estos hechos, entre ellos al ex presidente Ernesto Zedillo.
De acuerdo al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), representante de las Abejas ante la CIDH, la masacre permitió evidenciar que el Estado mexicano, en ese entonces a cargo de Zedillo, estaba llevando a cabo una estrategia de contrainsurgencia llamado “Plan de Campaña 94”, que incluía la formación y protección de grupos paramilitares que actuaban contra la población que consideraba cercana al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), quienes tres años antes se habían alzado en armas.
Aunque Las Abejas de Acteal habían manifestado que ellos no estaba a favor del uso de las armas para la reivindicación de demandas sociales, eso no les salvó de ser blanco de las acciones del grupo paramilitar contrainsurgente que el 22 de diciembre asesinó a 18 mujeres adultas, cuatro de ellas embarazadas; 16 niñas, cuatro niños y siete hombres; además de dejar heridas a 26 personas más con lesiones permanentes, en su mayoría niños y niñas.
Tras la masacre el gobierno federal no pudo ocultar la existencia de los grupos paramilitares que ya habían sido denunciados desde años antes y que antes de la masacre ya habían dejado homicidios, desapariciones, daños, robos y desplazamientos forzados. Entonces se vio obligada a detener a los autores materiales de la masacre de Acteal.
En total, fueron llevadas a prisión 116 personas acusadas de ser los autores materiales, pero a la fecha ninguno está en la cárcel porque al poco de su detención empezaron a ser exonerados, y a los últimos que permanecían, en prisión en 2009 la Suprema Corte de justicia de la Nación (SCJN) los liberó, aduciendo violaciones al debido proceso.
La organización de Las Abejas interpusieron entonces una solicitud para que CIDH analizara el caso, una vez que se agotaron las instancias nacionales de justicia; la Comisión aceptó la petición porque encontró suficientes elementos de prueba, pero a la fecha esta instancia no ha publicado el Informe de Fondo sobre el caso.
“Lo estamos esperando para que se dicte una sentencia y el Estado mexicano asuma su responsabilidad en el contexto de contrainsurgencia y de violaciones graves a los derechos humanos que se cometieron en Acteal”, explicó Pedro Faro, uno de los representantes del Frayba ante la Comisión.
La demanda ante la CIDH interpuso pruebas tendientes a demostrar que fueron funcionarios del gobierno mexicano, entre ellos el mismo expresidente Ernesto Zedillo, los que instrumentaron el Plan de campaña 94 y de la contrainsurgencia que derivó en la masacre. Pero hasta que la CIDH no emita el Informe de Fondo, el caso no puede pasar a la Corte Interamericana y por tanto no se puede juzgar en esa instancia internacional al Estado mexicano.
Otro obstáculo para que se haga justicia en este caso, es que en estos 25 años fracciones de sobrevivientes de la masacre acordaron con el gobierno mexicano indemnizaciones económicas por la masacre, lo que contravino los principios de la organización de Las Abejas de no aceptar nada que no venga acompañado de un reconocimiento de las autoridades por su participación en los hechos, y del castigo a los autores materiales.
A la par, los sobrevivientes de la masacre han sido agredidos de diversas formas, la más reciente se dio apenas esta semana, cuando vecinos suyos les cortaron los servicios de agua y luz, sin que ninguna autoridad interviniera para restablecer los servicios.
La víspera del aniversario de la masacre, en la comunidad de Acteal integrantes de la Sociedad Civil las Abejas de Acteal, familiares y sobrevivientes de la masacre, iniciaron un ayuno para recordar los hechos y continuar su demanda de justicia.
Pedro Faro refiere que a 25 años de la masacre, Las Abejas de Acteal siguen siendo un referente de lucha, justicia y dignidad, porque muestra la resistencia y la no claudicación, además de un proceso de autonomía y de construcción de autogobierno indígena, que es un referente para los pueblos originarios.
Publicación original: chiapasparalelo