POR: JORGE TADEO VARGAS

Días de revuelta, días de combate

La pandemia que trajo el COVID-19 dejó muchos aspectos negativos de los que ha sido imposible recuperarnos. Nos dejó un fortalecimiento de los conspiranoicos en todo sentido, mismos que han servido como caldo de cultivo para que la derecha ultra liberal vaya ganando terreno en la política partidista a nivel global. También fortaleció el capitalismo de plataforma/aplicaciones con lo que hubo un aumento en el modelo de producción-consumo, principalmente en lo que se refiere a residuos/basura, por lo que la crisis socio-ecológica alcanzó niveles históricos, especialmente la crisis climática, la cual ha sobrepasado el punto de no retorno, en donde las medidas de mitigación han perdido todo sentido, sin embargo el sistema sigue apostando por ellas para fortalecerse, pues las medidas de adaptación solo pasan por falsas soluciones sin ninguna utilidad aparente, mientras que las únicas medidas de este tipo que pueden realmente funcionar son aquellas de carácter ecosistémico y anticapitalistas.

La pandemia sirvió para fortalecer un modelo de producción-consumo mucho más que cualquier acción calculada por el sistema y una de las actividades económicas que más se fortaleció fue la industria naviera, la cual de tiempos pandémicos a la fecha sus ganancias han ido aumentando para llegar a los 340 mil millones de dólares anuales, pagando solo alrededor de 30 mil millones en impuestos, lo que a todas luces es injusto, además ejemplar de cómo funciona el capitalismo en estos días.

Aquí es importante decir que esta industria está dentro de las cinco industrias que más contribuyen en el aumento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), pues producen alrededor de mil millones de estos gases al año, siendo una de las principales fuentes de impacto en la atmósfera. Cabe señalar que esta industria no se toca en las negociaciones que se hacen en las Conferencias de las Partes sobre Cambio Climático, lo cual deja ver que las llamadas COPs no están pensadas en buscar soluciones, sino sólo maquillar de verde un modelo depredador y ecocida.

Hace unos días se presentó un informe elaborado por la Organización Marítima Internacional (OMI), la cual se reunirá en unas semanas, para definir las acciones que –según su propio informe– necesitan llevar a cabo para reducir su impacto en la crisis climática. Lo cual podríamos decir que no es algo malo, sin embargo, tomando en cuenta las declaraciones que ha hecho esta organización, lo que podemos prever es que aplican impuestos como “medida” de mitigación de GEI, es decir. aplicar esa idea de “el que contamina paga” que solo sirve para fortalecer los monopolios, pues es bien sabido que quienes no ´pueden pagar son las empresas más pequeñas que son absorbidas por las corporaciones evitando la competencia y manteniendo los impactos ecológicas/ambientales a los que se les suma los laborales. Esta medida de reducción-mitigación está condenada al fracaso contra la crisis climática, pero será un éxito para el sistema y su modelo.

Otra de las acciones de las que se hablado desde la OMI es buscar la transición justa para hacer sobrepeso a los impactos socio-ambientales que se producen en esta actividad, lo cual en teoría no suena mal, la búsqueda de una transición justa encaminada al decrecimiento económico es lo que se deben de plantear todas las actividades en las que se sostiene el modelo de producción-consumo, sin embargo hacer esto es ir en contra de la idea de crecimiento económico infinito que es desde donde se sostiene el capitalismo tardío, por más que busquen maquillarse de verde, por lo tanto hablar de transición justa desde el capitalismo no solo es un sin sentido, sino que solo es un maquillaje que oculta el fondo, cambiando la forma.

En el modelo de producción-consumo, la actividad naviera, no solo es una de las actividades de mayor impacto frente a la crisis socio-ecológica, sino que es la que sostiene mucho de la economía global, desde ahí es fácil entender porque no es tan cuestionada o denunciada como otras actividades y es que en esta radica el movimiento y flujo de las materias primas para la producción y el consumo; es como se mueve la mayor parte de lo que consumimos y muchos de los residuos, por lo que es importante tenerla en el radar, pues hasta el día de hoy está casi se regula sola –es decir no se regula- y se mueve con muy pocas regulaciones tanto a nivel global como a nivel países. 

Si realmente queremos hacer cambios en nuestra actividad diaria, es importante entender que la industria naviera es la que sustenta el capitalismo tardío y el de plataforma, por lo tanto, para buscar un verdadero decrecimiento económico con un impacto positivo en la naturaleza, es importantísimo revisar esta industria que además de impactar en los océanos, lo hace en nuestras vidas.

Marzo 2025

Sobreviviente de Ankh-Morpork. Escritor, traductor, anarquista y a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena

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