Por Ángeles Mariscal
Pobladores de Lacanja Chansayab, de la etnia lacandona, analizaban las medidas para seguir desarrollando actividades turísticas.
El pasado 8 de febrero el gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguila, visitó el municipio de Palenque, una de las puertas de entrada al turismo que llega a la Selva Lacandona. Tras esa reunión en la que se planteó la importancia de tener condiciones de seguridad para que se desarrolle esta actividad, habitantes de la comunidad Lacanjá Chansayab convocaron a una asamblea que se celebró el jueves 12 de este mes, y en la que una persona a la que ubican como líder de un grupo del crimen organizado, agredió a los comuneros y les advirtió que no debían permitir la entrada de operativos policiacos.
De acuerdo al testimonio de comuneros de Lacanjá Chansayab -comunidad que es uno de los focos turísticos más importantes de la Lacandona porque se encuentra a 14 kilómetros de la zona arqueológica Bonampak-, en la asamblea hablaban sobre las acciones que deben realizar para favorecer la llegada de turistas durante la próxima temporada vacacional.
“Entonces ellos dijeron en la Asamblea: Bueno, ¿cómo activar el turismo después de todo lo que ha sucedido? El Gobernador pide que nosotros, como lacandones, trabajemos tranquilo. Pero en ese contexto, pues primero es la seguridad, estar pidiendo que haya seguridad, que no queremos crimen organizado”.
Los comuneros de la etnia lacandona recordaron que en los tres años recientes este lugar y otros de la región han sufrido el impacto de los grupos del crimen organizado, uno de los hechos que se ha documentado es el de avionetas que dejan droga en dos pistas clandestinas que hay en los terrenos de la comunidad y una en la zona arqueológica de Bonampak.
También la oposición a que elementos de la Marina y Armada de México, así como personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), lleguen a la zona.
Durante la asamblea del miércoles pasado, a la que asistieron alrededor de 149 comuneros y comuneras, los asistentes denunciaron que al tratar los temas de seguridad, “dijeron que quieren que entre la fuerza pública para que ese crimen organizado que está operando aquí, ya no esté, ya no queremos”.
Entonces un grupo de pobladores se comunicó por radio con una persona a la que conocen como “El Cabra”, también de la etnia lacandona, y a quien señalan como el líder de los traficantes, quien llegó al lugar donde se celebraba la asamblea, en camionetas, acompañado de personas armadas originarias del Petén guatemalteco.
“Ahí le salió un descontrol, porque (El Cabra) interrumpió la Asamblea, y agarrando a los que protestaban. Los agarró y les dijo, ´aquí yo mando, la autoridad no manda, el que manda soy yo. Por lo tanto, yo lo que yo diga es lo que se va a hacer, y a la orden mía, no es que el gobernador mande”.
“Comenzaron a decir de que aquí todos tenemos que decir que aquí no hay crimen organizado, que vamos a trabajar así a la orden de él, y el que quiere trabajar se tiene que afiliarse de acuerdo al crimen que maneja el Cabra”, explicaron.
Detallaron que los comuneros intentaron oponerse a las amenazas. “Ya nosotros ni podemos alquilar nuestras cabañas (construidas para hospedar turistas), ya ni podemos trabajar porque nos quiere a la fuerza someternos. No, ya no, eso ya no queremos. Ya llevamos más de 2 años sometidos para querer cobrar el derecho de piso”, dijeron.
En ese momento, los hombres armados que acompañaban a “El Cabra” hicieron disparos al aire, por lo que la mayoría de los comuneros escaparon del lugar donde se celebraba la asamblea; sin embargo, dijeron que el grupo armado hirió y golpeó a seis comuneros lacandones.
Las personas que denunciaron la agresión, explicaron que la asamblea fue suspendida. Pidieron difundir lo que pasa en su comunidad, “El Cabra tiene el control, pues el Agente Municipal (de Lacanjá Chansayab), el Comisariado, los del Consejo de Vigilancia, las policías rurales, forman parte de ellos. Y por eso ya la gente no tiene con quién pedir auxilio, saben que si piden auxilio te levantan y te llevan para tablear”.
De acuerdo a la denuncia, “El Cabra”, además del tráfico de droga, controla el transporte público que llega a la comunidad; integrantes de su grupo criminal impiden que se realice cualquier actividad turística sin su participación, consentimiento y supervisión.
Los pobladores pidieron la intervención de las autoridades. “Ya no aguantamos, no podemos seguir dando esto, que la delincuencia controle todo”, dijeron.
Publicado originalmente en http://Chiapas Paralelo