BITAJÓN significa “mantener vivos a los judíos” y el 7 de Octubre eso fracasó. Entrevista con el Dr. Ori Goldberg, analista político israelí.
Por Bilha Calderón @clitemnistra
Con la llegada del otoño en Israel comienza la temporada de festividades religiosas más importantes del año. Las que usualmente son semanas de introspección y contrición en el país hebreo están ahora enturbiadas por la guerra y la ausencia de miles de habitantes, ya sean soldados, rehenes, manifestantes o desplazados, que no se encuentran en sus hogares.
El 7 de Octubre se cumple un año desde el ataque sorpresivo de Hamas al sur de Israel, donde al menos 1,139 israelís murieron y 251 fueron tomados como rehenes. También se cumple un año desde el comienzo de la Operación Espadas de Hierro, que ha dejado como saldo, hasta el momento, más de 42,511 palestinos y palestinas asesinados y ha dejado inhabitable la Franja de Gaza. Una de las guerras más asimétricas de los en tiempos modernos.
Durante este tiempo, la pugna por el rescate de rehenes israelíes se ha convertido en una lucha política interna, los familiares de los 97 rehenes restantes han pedido a gritos el apoyo del gobierno de Benjamin Netanyahu, que, sin embargo, se ha negado a firmar acuerdos de tregua con Hamas y ha entorpecido las negociaciones por meses, bajo el pretexto de no ceder ante terroristas. Mientras tanto, el conflicto armado israelí, que en el último mes se ha extendido hacia la invasión del Líbano y el intercambio de misiles con Irán y Yemen, parece sólo intensificarse y crear un conflicto regional ante la mirada de la comunidad internacional, que ha mostrado poco interés en abogar públicamente por las vidas de las víctimas.
Para comprender más a fondo las motivaciones de Israel para continuar esta guerra y el respaldo de la mayoría de la población a las acciones del ejército en Gaza y al gobierno de Netanyahu, Lado B entrevistó al Dr. Ori Goldberg, quien ha escrito extensamente sobre Irán, Israel y la relación entre religión y política en Medio Oriente y exagente del Mossad (la agencia de inteligencia de Israel). El Dr. Goldberg labora actualmente como analista político independiente, usando su plataforma en internet para cuestionar abiertamente la matanza indiscriminada en Gaza, así como las políticas de Israel hacia Hamas, Hezbolá e Irán.
En entrevista a distancia, llevada a cabo el 20 de septiembre de 2024, el especialista ha descrito lo que fue su experiencia del ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023.
Desde Israel, el Dr. Goldberg desmenuza de manera sumamente crítica la ideología que respalda el actuar del país hebreo respecto a los palestinos y la percepción sobre lo que se quiere conseguir en esta guerra, así como lo que, él considera, cambiará en su nación y en el mundo tras ella.
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Reportera: Comenzamos esta conversación sobre la guerra, la Operación Espadas de Hierro que comenzó el 7 de octubre de 2023, tras el ataque sorpresa de Hamás al sur de Israel.¿Nos podría compartir lo que estaba haciendo el 7 de octubre?
Ori Goldberg: Mi hija me despertó y dijo: “Algo está sucediendo”, a lo que yo inmediatamente respondí: «No, no parece nada real. Tal vez sea este ataque extraño”. No recuerdo si la llevé en coche a mi casa o la llevé a la casa de su madre. Era muy temprano, así que yo iba escuchando y siguiendo las noticias realmente extrañas y surrealistas que fueron llegando con [información] muy confusa. No estaba claro qué estaba pasando ni dónde estaba pasando. Transcurrieron varias horas antes de que quedara claro que se trataba de un ataque masivo coordinado contra Israel.
Reportera: Ese día le escribí a un ex profesor israelí mío: “¿Estás bien? ¿Qué está pasando?”, le pregunté. Él estaba en en un estado de pánico y recuerdo que me respondió: “¡Los dejaron solos! ¡Los dejaron solos!”. Había un miedo absoluto, una sensación de que nadie sabía lo que estaba pasando. Había caos.
Ori Goldberg: También creo que sus palabras reflejan una sensación de abandono. A los ciudadanos, a los civiles, nadie vino a ayudarlos.
Reportera: ¿Cómo cambió este evento la forma en que Usted y los israelíes piensan sobre la seguridad israelí? ¿Cree que se conmocionaron al darse cuenta de que se habían sentido seguros hasta ese momento y se demostró que estaban equivocados?
Ori Goldberg: Oh, creo que fue un golpe muy duro al núcleo más profundo de los valores israelíes, porque creo que el principio fundacional de Israel es la SEGURIDAD.
En hebreo, la palabra BITAJÓN (ביטחון) es probablemente la palabra más sacrosanta en Israel y su significado más inmediato es el significado más literal: significa “mantener vivos a los judíos”.
La justificación básica, primordial, para la existencia del Estado [de Israel] es mantener vivos a sus ciudadanos. Y es la justificación básica, más inmediata, pero también es la más profunda para la existencia de Israel; es decir: si hubiera habido un Estado israelí no habría habido un Holocausto. Así que se trata de “mantener vivos a los judíos”, y eso fracasó.
Hay ramificaciones más profundas y conectadas a esto. Mantener vivos a los judíos también significa valorar la sangre judía como más valiosa que, digamos, la de los palestinos. Para mantener vivos a los judíos, si es necesario, está bien eliminara todas y cada una de las amenazas potenciales.
El hecho de que no se mantuviera vivos a los judíos el 7 de octubre significó que este sentido de superioridad, o supremacía, que también es esencial para la vida judía en Israel, resultó ser una ilusión. No pudimos hacerlo. Lo que significó que, durante un tiempo, las vidas de los judíos fueron igualmente importantes que las vidas de los demás, algo que nunca habíamos considerado realmente.
Reportera: Podrían morir igual.
Ori Goldberg: Sí. Fue un golpe a nuestro profundo sentido de identidad, porque, pues, éramos mejores, superiores, más importantes. La prueba de ello era que éramos los defensores, teníamos seguridad. Pero [el 7 de octubre] ya no teníamos seguridad. Así que eso significó que tal vez la realidad dictaba que éramos como todos los demás.
Reportera: Entonces, ¿cómo ha afectado la guerra a su vida diaria? ¿Cómo es un día normal para usted después de casi un año de guerra?
Ori Goldberg: Hubo muchas [alarmas] inmediatas cuando Hamás estaba lanzando cohetes. Pero como vivo en la Costa, en el centro de Israel, mi vida no se ve realmente afectada por la guerra, no en el sentido de mi horario diario ni nada. La escuela está en sesión, los negocios están abiertos, la vida continúa. La vida se ve afectada diariamente de otras maneras: los precios están aumentando rápidamente en todos los ámbitos, desde los apartamentos hasta el precio de la comida en un supermercado, el shekel [Shekel IL ₪] está perdiendo valor y los salarios cuentan menos.
Sin embargo, el norte de Israel está cerrado: unas 100 mil personas fueron evacuadas del norte, la gran mayoría no ha regresado. El Estado está subsidiando sus vidas en el centro; aunque ahora están tratando de hacerlos regresar [a sus hogares].
Así es como [el gobierno logró] que la gente de las regiones fronterizas de Gaza [del lado israelí] regresaran. Durante aproximadamente un año, durante seis u ocho meses, [los desplazados] tuvieron escuelas alternativas abiertas para ellos en Tel Aviv, por ejemplo, pero luego las cerraron. Así que este septiembre, cuando comenzó el año escolar, la gente que vivía en el sur básicamente regresó, aunque la situación allí está lejos de ser tranquila. Pero en el norte, que está bajo el fuego continuo del Líbano, la gente que [permanece] allí lo hace por su cuenta y bajo su propio riesgo.
Los Otros
Reportera: ¿Es usted ciudadano israelí, correcto? ¿Puedo preguntar si cumplió con el servicio militar?
Goldberg: Sí.
Reportera: ¿Dónde sirvió?
Goldberg: En inteligencia militar. Me matriculé en árabe cuando estaba en la escuela secundaria. Así que era un “arabista”.
Reportera: ¿También habla persa, cierto?
Goldberg: Entiendo [el persa] mejor de lo que lo hablo, como también entiendo [el árabe escrito], porque me dedicaba sobre todo a los textos, así que mi dominio escrito de ambos idiomas es mejor que el oral.
Reportera: ¿Cómo influyó su servicio militar en sus opiniones y su visión del mundo y de su país?
Goldberg: Bueno, era joven cuando hice mi servicio militar, pero después trabajé, porque soy especialista en asuntos de Medio Oriente, como consultor para varias organizaciones de seguridad, desde las Fuerzas de Defensa de Israel hasta el Mossad.
Pero, incluso cuando era joven, lo que aprendí fue lo omnipresente que es la influencia de los militares en todos los aspectos de la sociedad israelí. Para mí, personalmente, también me sirvió para conocer la lengua árabe y a los árabes en general. Había vivido una vida bastante protegida hasta entonces, no había conocido a muchos palestinos cuando era niño. [Durante mi servicio,] como pasé tres años escuchando hablar árabe, adquirí una familiaridad con el árabe que la mayoría de mis compatriotas, mis compatriotas judíos, no tienen. Creo que salí de mi servicio militar con un sentido bien establecido de que los árabes en general eran seres humanos.Creo que muchos israelíes, ciertamente durante el año pasado, han perdido esa creencia.
Reportera: ¿Ha habido una deshumanización del Otro?
Goldberg: Sí. Una deshumanización que ha estado ocurriendo desde que se estableció Israel en relación con los palestinos, pero que ahora se ha extendido a los árabes en general.
Quiero señalar, quiero enfatizar que el significado de esta deshumanización no es que pensemos que todos deberían morir, ni siquiera que pensemos que todos quieren matarnos: significa que no nos importan.
Reportera: Los árabes simplemente no deberían estar en el camino?
Goldberg: Sí, precisamente. Deberían estar fuera de nuestra vista.
Reportera: Entonces, cuando llegó el 7 de octubre de 2023, ¿cómo se fusionaron todas estas ideas con lo que estaba sucediendo?
Goldberg: Fue desconcertante y confuso, porque la parte más intensamente aterradora fue la incapacidad de entender lo que estaba sucediendo. Luego, poco a poco, fuimos comprendiendo no sólo el alcance del ataque, sino también el alcance de la incompetencia [israelí]. Eso fue algo muy importante. Fue un shock tal que, en muchos sentidos, eso todavía no ha sido abordado aún [por los israelíes].
[Ese día] Hamás tomó posesión de dos o tres bases militares. La mayor parte de la atención se centró en la matanza de civiles, obviamente, [pero esto fue] en parte porque estaba completamente fuera de nuestro alcance considerar que Hamás había tomado posesión de bases militares. Porque nos gusta pensar en Hamás como una milicia primitiva y en las FDI como la fuerza más gloriosa del mundo. Resultó que la milicia primitiva era capaz, con sus muy escasos medios, de planificar y ejecutar una operación, una incursión, que dejó nuestras bases militares completamente abiertas: no sólo fueron tomadas, sino que mataron a un gran número de soldados en el interior. Gradualmente eso se hizo evidente.
Además, a Israel le llevó algo así como una semana o diez días (en ese momento Israel ya estaba bombardeando Gaza), pero a Israel le tomó una semana o diez días atrapar a todos los soldados de Hamás que entraron en Israel. Así que el territorio israelí no era seguro.
Recuerde lo que dije sobre la seguridad. No había seguridad, no en el sentido de que nosotros en Tel Aviv estuviéramos bajo amenaza de muerte. Sabíamos que se disparaban cohetes, había sirenas y todo eso. No era eso. Los cohetes de Hamás son notoriamente caseros, son básicamente tubos de metal con explosivos. Para que te pase algo debido a un cohete de Hamás tienes que estar parado directamente debajo de uno mientras cae. Así que no corríamos peligro de muerte, pero lo terrible, lo aterrador, fue la sensación de que nadie se detenía un momento a revaluar la situación. Los bombarderos comenzaron a bombardear Gaza, pero, mientras tanto, todavía había agentes de Hamás en Israel. Esa fue una paradoja con la que nos costó mucho vivir.
Vivir para ocupar
Reportera: Israel es un país en el que la mayoría de los abuelos, madres e hijos han llevado la carga de ser soldados y, al mismo tiempo, han entregado a sus hijos al gran proyecto de crear, mantener y defender a su nación. La mayoría de los países no tienen esto; incluso en los países donde existe un servicio militar obligatorio, no hay uno solo en el que haya tres generaciones que hayan tenido el deber activo de colonizar a otro pueblo.
Goldberg: Sí, eso es cierto. Es una distinción muy importante la que usted hace. Una cosa es hablar de combates, pero la era de las grandes guerras duró unos 25 años, prácticamente hasta 1973, que fue la última guerra importante. Luego tuvimos la invasión del Líbano, que fue una guerra por elección: Israel eligió luchar en esa guerra. Todas nuestras escaramuzas, conflictos, operaciones y guerras desde entonces han sido guerras por elección. Una cosa es hablar de un ethos de lucha y sacrificio, pero Israel lleva existiendo 76 años, donde a partir de los 30 o 35 años la lucha se convirtió en ocupación. Mientras la mayor parte de los recursos militares de Israel se invierten en aviones de combate, bombas inteligentes y cosas por el estilo, el ejército israelí no había combatido en una guerra durante mucho tiempo y no ha ganado una guerra durante mucho más tiempo. La vida cotidiana del ejército israelí ha consistido principalmente en ocupar y vigilar [a los palestinos].
Reportera: Durante esta guerra, la gente fuera de Israel está perturbada por las imágenes del uso excesivo de la fuerza y la violencia contra los palestinos en Gaza y Cisjordania, pero, como hemos comentado hasta ahora, en la sociedad israelí ¿se entiende que los soldados deben utilizar la violencia contra el Otro y que eso forma parte del mantenimiento de la seguridad israelí? Este poder y superioridad son una necesidad en la vida.
Goldberg: La violencia está justificada por nuestra superioridad.
Reportera: A principio de año, una de las declaraciones de la CPI fue: ésta es una de las primeras guerras en las que los abusos están documentados por las víctimas y también por los agresores.¿La documentación de estos abusos escandaliza a los israelíes?
Goldberg: No. Lamento decirlo, pero no.La sensación general es que lo que Hamas hizo el 7 de octubre fue tan horrible, tan fuera de toda humanidad, que Hamas no merece piedad ni remordimiento, y la mayoría de los israelíes realmente creen que cada muerte en Gaza es única y exclusivamente responsabilidad de Hamas. Y que, sea lo que sea lo que esté haciendo Israel, no es sólo que los soldados estén actuando correctamente, sino que incluso si están actuando incorrectamente, nada de lo que puedan hacer estará jamás al nivel de lo que Hamas hizo el 7 de octubre. Así que, me temo, no es ninguna sorpresa.
La cuestión es la siguiente: nos sorprendió el 7 de octubre, pero para una gran mayoría de judíos israelíes, el 7 de octubre también fue una validación de algo que siempre habíamos sabido, pero de lo que nos sentíamos incómodos hablando. Lo que siempre habíamos sabido era que, dejados sin control coactivo, los palestinos querían matar judíos. Todo el mundo quiere matar judíos, pero particularmente los palestinos. Así que el 7 de octubre no fue sólo una sorpresa, sino una reafirmación. Quitó las capas falsas de [intenciones] de paz y compromiso, de coexistencia y de dos estados, y nos dejó con nuestra verdad profunda: éramos nosotros o ellos. Así que, sí. ¿Por qué nos importaría [su sufrimiento]?
Reportera: Algunos académicos sostienen que el ejército israelí es el gran instrumento de asimilación en Israel. Este permite una re-educación en que, de dondequiera que los israelíes vengan, al entrar al país se unen al ejército, y ahí el aparato ideológico opera para fortalecer un sentido de pertenencia y compromiso para defender el proyecto colonialista israelí.
¿Cree Usted que la ideología y el compromiso provienen del ejército, o del sistema de educación básica o de los medios de comunicación?
Goldberg: No. No creo que provenga del ejército. Creo que el ejército refleja, el ejército no es un generador independiente de adoctrinamiento: el ejército es una herramienta, el ejército refleja los agentes de unión que unen a los israelíes de diferentes clases y comunidades. No creo que se pueda señalar un segmento específico de la sociedad israelí y decir «aquí es donde ocurre». Creo que, como dicen los estadounidenses, «está en el agua que se bebe». Somos amamantados con esto desde que nacemos, pero no se presenta como una ideología abiertamente racista, ni una especie de ideología nazi. Nadie habla de estas cosas. No hace falta hablar de estas cosas pues se aprenden simplemente existiendo aquí. [Por ejemplo,] así como uno sabe que si intenta alquilar un apartamento y tiene un nombre que suena árabe, le será más difícil firmar [un contrato]. De la misma forma uno sabe que las ciudades árabes son todas realmente feas, porque el Ministerio del Interior israelí no autoriza planes centrales para asentamientos árabes, por lo que se ven obligados a construir en un terreno y tienen que construirlo parcela por parcela, y lo que sale es feo. Uno no pregunta por qué es así, simplemente lo sabe. Uno sabe cómo identificar una ciudad árabe por el hecho de que es fea.
No son los medios de comunicación, no es la educación. Recuerde que cuando hablamos antes, usted dijo «los israelíes quieren que los palestinos se quiten de en medio»: creo que ha dado en el clavo, eso es exactamente lo que queremos. No queremos matarlos, sólo queremos que sepan cuál es su lugar y que se queden allí.
Reportera: Que sepan cuál es su lugar y se queden allí.
Goldberg: Sí. Su lugar es inferior y debería estar lo más lejos posible de nosotros. Y si insisten en hacer lo contrario, entonces, por desgracia, tendremos que dispararles.
Reportera: Ellos deberían saber que los israelíes son superiores y apartarse del camino o sufrir las consecuencias. Lo cual es mayormente la experiencia palestina desde 1948.
Goldberg: En 1948 esto fue contundente, porque [las opciones para los palestinos] eran salir o quedarse y morir. En 1967 creamos otra grieta, porque en 1967 no solo teníamos ciudadanos palestinos, sino teníamos súbditos palestinos. Así que pudimos hacer que nuestros ciudadanos palestinos miraran a los súbditos, a sus hermanos los súbditos, y dijeran «si no te gusta tu vida como es, siempre puedes irte a vivir a Cisjordania”.
Netanyahu y la esquizofrenia israelí
Reportera: Las víctimas de la guerra en el lado israelí son cruciales para el debate sobre lo que Israel quiere obtener de la guerra. Sin embargo, mientras que son retratadas como víctimas para el mundo exterior, porque han sufrido ya lo inimaginable, Netanyahu y su gobierno trata a estas víctimas y a sus familias como oponentes políticos que deben ser manejados. Han sido tratados de manera atroz al interior.
Goldberg: Esa es la táctica de Netanyahu. Su táctica característica es: divide y vencerás. Él siempre divide a su oposición. Por lo tanto, creo que no se trata tanto de las víctimas como de las familias de los rehenes. Netanyahu, muy conscientemente, se acercó a las familias de los rehenes que provienen de los asentamientos religiosos y les ayudó a crear una sede alternativa, una organización opuesta a la organización principal de las familias de los rehenes. A partir de ahí fue muy fácil presentarlos como un problema político. Son derrotistas, liberales, quinto-columnistas* que quieren un acuerdo sobre los rehenes, son ellos los que están poniendo su propio interés personal por encima del interés de la nación, porque el interés de la nación exige que ningún terrorista sea libre, porque los terroristas que sean liberados eventualmente recurrirán a la participación en el terrorismo, y las futuras generaciones de judíos sufrirán como resultado.
Reportera: Netanyahu está pidiendo sacrificios a las familias de los rehenes.
Goldberg: Lo importante es “poner el interés colectivo por encima del interés individual”. Luchar por la nación en lugar de traer a alguien a casa.
Reportera: Cuando, hace semanas, los videos mostrados por Hamas mostraban a los rehenes israelíes, muy jóvenes todos, dando sus últimos mensajes, me pareció interesante el hecho de que mencionaron que Gilad Shalit había sido salvado liberando mil palestinos detenidos. Una de las chicas específicamente dijo: “¿No valgo yo lo mismo?”.
¿Hasta qué punto prevalecía entre los israelíes esa creencia de que, incluso si ocurriera lo peor, serían rescatados y sus vidas valdrían mil a uno? Debe ser devastador que se rompa esa creencia, esa certeza que tenían.
Goldberg: Yo utilizo la palabra esquizofrenia.Somos esquizofrénicos en esto. Por un lado, los israelíes siguen yendo a manifestaciones todos los días o todas las semanas, coreando “¡Traiganlos a casa!”, pero, por otro lado, los israelíes no están dispuestos a hacer ningún tipo de concesión o compromiso para permitir que esto suceda.
Recientemente, en parte de la protesta contra el gobierno, un segmento que está encabezado por algunos millonarios israelíes del sector de alta tecnología, salió con un nuevo lema: «Traiganlos de vuelta y vuelvan». «Traiganlos de vuelta» significaba los rehenes, «vuelvan» significaba a la guerra.
Por un lado es chocante porque se da por sentado que el Estado haría todo lo posible para traernos de vuelta a casa, si alguna vez nos encontráramos en semejante aprieto, pero no queremos terminar la guerra. Queremos que se resuelva el problema de Hamás y ahora, aparentemente, también queremos que se resuelva el problema de Hezbolá, y la única manera que conocemos de hacerlo es utilizando fórmulas vacías como “destruir a Hamás o a Hezbolá como organización”, lo cual no significa nada.
Así que… esquizofrenia. Ambas.
Reportera: Miles de israelíes han protestado contra el gobierno de Netanyahu durante meses antes de la guerra, y ahora las protestas han añadido la gestión de la guerra a sus quejas.
Goldberg: No. No han añadido la gestión de la guerra, han añadido la incapacidad de traer a los rehenes de vuelta a casa. No hay absolutamente nada en sus quejas sobre los crímenes de guerra, sobre el número de muertes de civiles en Gaza.
Reportera: Entonces, ¿los israelíes apoyan fundamentalmente la toma de decisiones de Netanyahu en general, excepto por el hecho de no traer de vuelta a los rehenes?
Goldberg: Los israelíes aceptan la lógica de Netanyahu. Es un político muy inteligente, lo sabe, está jugando con esto. Los israelíes aceptan su lógica, comparten su lógica, que en última instancia lo único que se puede hacer es ir a la guerra.
Sin paz, no hay compromiso. No se puede llegar a un acuerdo con esta gente: [los árabes] son animales, todo lo que quieren hacer es matar judíos.
[Por ejemplo], el ataque reciente con buscapersonas en el Líbano. Los israelíes hacen bromas y lo tratan como un ataque de precisión. Hay bromas y memes muy vulgares sobre cosas como «se están sirviendo pelotas de Hezbolá», ya que mucha gente resultó herida en la cintura. Los israelíes hablan de ello como que esto es una gran victoria, una demostración del genio israelí. Simplemente hay una deshumanización completa de los libaneses. Cuando piensas en eso y lo multiplicas por un millón de veces, tienes lo que los israelíes piensan de los gazatíes.
Reportera: Pero entonces, presionar militarmente las fronteras con el Líbano, como han hecho las FDI, es inevitablemente llamar a una guerra regional que, sin duda, traerá la guerra a Israel, con un oponente mucho más poderoso que Hamás.
Goldberg: He aquí la cuestión: ya no nos importa [a los israelíes]. Dudo que nos importara antes, pero el año de esta guerra nos ha llevado a una situación en la que simplemente no nos importa. Es obvio que algo malo va a suceder, pero [los libaneses] se lo merecen. Tenemos que llevarles la guerra porque de lo contrario ellos quieren matarnos. Sabemos que nada bueno puede salir de ello, pero no tenemos otra opción y no nos importa.
Reportero: ¿Y si la guerra llega a Israel?
Goldberg: Entonces la guerra llegará a Israel. No tenemos otra opción. Esa es la mano que nos tocó.
Reportero: Eso es muy cínico. Pero es muy propio de los israelíes, es muy pragmático.
Goldberg: En realidad no es cínico, porque el cinismo tiene una crítica implícita. Los israelíes no son realmente críticos, incluso aquellos que están muy en contra del gobierno actual sienten que tenemos que hacer lo que tenemos que hacer.
Pero, de nuevo, parece una paradoja. Tal vez mi uso de la palabra esquizofrenia sea útil de nuevo aquí.
Genocidio
Reportera: Recuerdo que en 2014, cuando se desató la guerra en Palestina había múltiples proyectos e iniciativas de construcción de paz y convivencia entre israelíes y palestinos. Cuando la guerra comenzó, la mayoría de esos proyectos retrocedieron, se diluyeron o simplemente desaparecieron porque no había más confianza para trabajar o dialogar entre palestinos e israelíes en ese momento.
Después de esta guerra, ¿qué cree que pueden hacer las iniciativas de construcción de la paz para revertir la desconfianza? ¿O no es algo en lo que se puede pensar para la próxima década, tal vez?
Goldberg: Piense en los proyectos que se detuvieron después de 2014 e imagine cuál es el estado actual de cualquier tipo de proyecto que fomente la coexistencia. Francamente, creo que la única manera de avanzar es que algo que no sea israelí o palestino se haga cargo de todo el asunto.
Sin duda, en el caso de Israel, sé que [después de esta guerra] tendremos que sentarnos solos en la oscuridad, por un tiempo, antes de que se nos permita hablar.
Las palabras mismas han perdido su significado. Incluso palabras como guerra. Lo que está sucediendo en Gaza no es una guerra. Se puede debatir si es un genocidio o no, yo creo que lo es, pero no es una guerra. Y por otro lado, piense en una palabra como paz: ¿qué significa la paz después de un año de derramamiento de sangre? Y después del 7 de octubre, ¿qué podría significar la paz?
Por lo tanto, las cosas tienen que calmarse, al menos inicialmente, simplemente haciendo que todos se callen y se concentren en las tareas más urgentes que tenemos por delante, como dar a los habitantes de Gaza un lugar donde vivir, hacer que se recuperen físicamente, asegurarse de que coman, que tengan agua potable, etc.
Hasta que eso suceda, no creo que haya manera de dialogar, a menos que el mundo, nuevamente, tome el asunto en sus propias manos e impulse algún tipo de acuerdo entre ambas partes, lo cual espero que suceda, pero no veo que eso suceda.
Reportera: Bueno, ciertamente ha habido un silencio internacional masivo durante todo este tiempo. Hay una impunidad bestial.
Goldberg: Sí. Yo no soy optimista en absoluto. Pero incluso en mi estado de ánimo pesimista, tenemos que reconocer que esta matanza tiene que terminar antes de que pueda suceder cualquier otra cosa.
Diré algo más con lo que, quizás, el público latinoamericano pueda identificarse más inmediatamente. Esto también es una prueba de cuán en bancarrota y moralmente corrupto es realmente el orden global liderado por el “norte global”. Israel es la peor pesadilla, la destilación de los derechos, la condescendencia y la impunidad del norte global. Israel es todo lo malo del norte global concentrado en un pequeño país. Creo que eso también va a resultar muy poderoso una vez que esto termine.
Creo que la diferencia entre el norte global y el sur global será mucho más evidente después de que termine esta guerra. Y creo que la división política también será bastante poderosa, porque creo que muchos países observan la forma en que se le permite a Israel hacer esto y se cuestionan: «podríamos ser los siguientes», «¿quién puede decir que no seremos los siguientes?». E Israel sigue ampliando los límites: este ataque con buscapersonas [en Líbano] es increíble.
Reportera: Es increíble que no haya una protesta internacional y un llamado a cuentas.
Goldberg: No creo que las repercusiones se vayan a sentir hasta dentro de un tiempo. ¿Qué pasará con los bienes producidos en Israel? ¿Qué pasará con la idea misma de que se puede utilizar un teléfono móvil? que para la mayoría de nosotros es como una extensión de nuestro cuerpo, y se puede utilizar para matarte o mutilar. Los israelíes están presentando esto como una gran operación dirigida con precisión. En realidad no lo es. Pero el hecho de que los israelíes lo estén haciendo da una indicación del alcance y de la diferencia de cómo los israelíes y los estadounidenses, por ejemplo, ven el mundo y la forma en que los palestinos, pero también la gente de América Latina, la gente de África, la gente de Asia ven el mundo.
Reportera: ¿Los israelíes realmente creen que hay alguna victoria en una guerra tan asimétrica que ha obliterado la mayoría de las reglas de la guerra? ¿Hay una victoria allí?
Goldberg: Recuerde que el punto de partida de Israel es que las reglas no se aplican a nosotros.
Reportera: ¿Porque tienen la justificación definitiva?
Goldberg: Sí.
Reportera: Cuando yo trato de explicar la sociedad israelí y sus motivos en medios hispanohablantes, frecuentemente me preguntan lo siguiente:¿Cómo pueden los judíos israelíes hacer a otros lo que se les ha hecho a ellos? refiriéndose a los daños del Holocausto.Así que, si me lo permite, le extiendo la pregunta a Usted.
Goldberg: Es muy fácil. Creo que es una dinámica humana muy básica. Al igual que los abusadores seriales son personas que han sido abusadas en la infancia.
Hay grandes versos escritos por W. H. Auden, el poeta, en un poema llamado “1 de septiembre de 1939”. Escribió:
“Yo y el público sabemos
Lo que todos los escolares aprenden,
Aquellos a quienes se les hace el mal
Devuelven el mal.”**
Creo que es una explicación muy básica, muy humana, muy inmediata en su alcance y aplicación. Lo hacemos precisamente porque nos lo hicieron. Por supuesto, va en contra de la idea de que somos el pueblo elegido, de que somos especiales, porque esto nos hace muy humanos. Pero resulta que no somos las personas que creíamos ser, o tal vez somos quienes siempre hemos sido. Esa también es una opción.
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El 1ro de Octubre de 2024 Israel comenzó una invasión militar por tierra al territorio Libanés tras días de campañas de bombardeos cerca y dentro de la capital, Beirut. Días más tarde Irán atacó con misiles a Israel causando daños a algunas de sus bases militares.
Israel ha declarado que planea llevar a cabo una «represalia significativa” en respuesta al ataque con misiles de Tehran.
* Una persona o un grupo de personas que apoyan al enemigo del país en el que viven y lo ayudan en secreto o abiertamente
** del libro “From Another Time” de W. H. Auden, publicado por Random House. Copyright © 1940 W. H. Auden
Publicado originalmente en Lado B