Pocitos de carbón en Coahuila, peligro constante.

#DiasdelFuturoPasado volumen 49

Jorge Tadeo Vargas.

Hace unas semanas el gobierno federal anuncio la compra de dos millones de toneladas de carbón a 75 empresarios mineros del Estado de Coahuila. Esto lo hacen dentro de las acciones que la Secretaria de Energía (SENER) ha puesto en marcha, una vez que dejaron claro que no habrá apoyo a las energías renovables, al menos no por el momento. Ni energía solar, ni eólica están dentro de sus planes.

El otro argumento que dieron para esta compra es la reactivación de la económica en esa región que es por excelencia carbonífera, en donde están aproximadamente más del 95 porciento de las reservas de carbón en todo el país, por lo que la economía de la región esta muy ligada a la extracción de este mineral, que dicho sea de paso es una de las más contaminantes y dañinas. Las zonas de sacrificio por la extracción de carbón están presentes en todo el mundo.

Para que esta compra se diera, tuvo mucho que ver el cabildeo del senador por ese Estado, Armando Guadiana Tijerina, conocido empresario carbonífero, que ahora como senador por parte de MORENA tiene la oportunidad de incidir en las políticas sobre minería, pues pertenece a la comisión de intereses, y aunque asegura que no hay conflicto de intereses pues él no tiene negocios con el gobierno federal, la poca claridad y transparencia que existe por parte de las empresas que firmaron el contrato de compra-venta levantan muchas sospechas. Es claro que Guadiana Tijerina está más preocupado por cabildear para los empresarios que para las comunidades afectadas.

Sin entrar mucho en detalle sobre las condiciones laborales en las que se practica la minería de carbón en la región, sin seguridad social, con muchas irregularidades laborales, sueldos de miseria, con solo 15 de las 75 empresas que venderán el carbón al gobierno federal cumplen con los requisitos necesarios para poder hacer negocios con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), lo que va dejando una deuda social enorme entre las comunidades y los empresarios, es claro que la SENER sigue apostando por esta energía sucia como parte de sus combustibles por lo que también va aumentando la deuda ecológica que se tiene con esa región, altamente devastada por la extracción minera.

Ahora bien, la SENER dejó muy claro que por ahora no habrá apoyo a las energías renovables y se continuará con el modelo energético actual de combustibles fósiles y carbón. Este último que aporta el 10 por ciento de la energía nacional, es responsable de más del 20 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, de entrada, mantener el carbón como una fuente de energía es una mala idea. El aumento de la crisis climática se suma a las ya de por si zonas devastadas por la minería. Aquí no cabe el discurso de que hasta los países más avanzados usan el carbón como combustible. La problemática es global pero las soluciones tienes que ser locales. La región carbonífera también es un infierno ambiental, una región de sacrificio para decir en todas sus palabras, de la cual no se habla en estos tiempos de supuestos cambios y transformaciones.

A pesar de que en otros momentos he hablado de que las energías renovables no son la solución por sí solas, que debemos de buscar un cambio en la matriz energética, a la par de que nos encaminamos a una verdadera autonomía energética, incluso más allá de la federación, de los municipios, de la iniciativa privada llevándola a terrenos comunitarios, me parece importante señalar que dentro de todos los acuerdos, tratados, convenios que el gobierno firma a nivel internacional, dentro del Acuerdo de Paris, firmado en la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de la ONU en el 2015 y rectificado un año después en Nueva York, el actual gobierno no solo no ha cumplido con este acuerdo en donde se comprometía a producir al menos el 25 por ciento de su energía con fuentes limpias y renovables. Esto lo debían haber logrado para el 2018, en este 2020, es aproximadamente el 23.2 por ciento, del cual la mayoría es de la iniciativa privada, es decir la CFE, produce casi nada por medio de fuentes limpias. Para fines del gobierno de la 4T, la energía limpia debería estar en un 35 por ciento. Los convenios con empresas carboníferas, la construcción de la refinería de Dos Bocas y las propias declaraciones de la Secretaria de la SENER son muy claras. No alcanzaremos el compromiso firmado en Paris. Esto es lo menos que podría hacer el gobierno, pero tristemente bajo argumentos sin base mas allá de su economía capitalista y desarrollista, la pandemia les viene bien como argumento para incrementar esta deuda climática.

La transición energética tan necesaria en estos momentos de crisis socioambiental, donde la crisis climática es el peor de los síntomas, en estos tiempos de la cuarta transformación se esta atrasando cada vez mas y no se ve para cuando vayan a ponerla en marcha. De nuevo esta transición debe ser de la forma más justa en todos los sentidos. El tema laboral es muy importante, la región carbonífera, el Estado de Coahuila tiene que ir preparándose para eso. Las comunidades están en un riesgo mayor de continuar con esta tendencia del gobierno federal.

Desde la rebelión ante la Xtincion

Veinte20, año de la pandemia

*Activista, escritor, anarquista, biólogo, panadero casero, coordinador de LIDECS

Foto principal: columnatamapulipas.com